¿Has imaginado alguna vez vivir en un castillo francés antiguo y señorial? Puede que pienses que se trata de un sueño imposible de alcanzar, pero podrías hacerlo realidad si tienes unos 52 millones de euros. Ese es el precio que ha tenido que pagar el empresario checo Daniel Křetínský para hacerse con la propiedad del Château du Marais, un espectacular palacio catalogado como monumento histórico que fue construido en el siglo XVIII cerca de París.
El castillo, construido entre 1772 y 1780 por el arquitecto Jean Benoît Vincent Barré está considerado como uno de los edificios más hermosos y característicos de la época Luis XVI. Tanto es así que se le conoce con el nombre de Petit Versalles, por su belleza y su increíble arquitectura. Ha pertenecido a diferentes familias de la aristocracia francesa hasta que hace unos meses fue adquirido por Křetínský, en una operación comercial guiada por la inmobiliaria Engel&Völkers.
El Château du Marais se localiza en una finca en la región de Essonne, en el municipio de La Val-Saint Germaine, a tan solo 36 km. al oeste de París. Además del castillo, la propiedad incluye un gran parque natural con frondosos jardines.
La belleza de la arquitectura clásica
Clásico, señorial, de proporciones espectaculares… Así es el Château du Marais, una joya de la arquitectura francesa del siglo XVIII. El edificio principal, de planta rectangular, muestra los elementos propios de este tipo de construcciones neoclásicas. En el cuerpo central destaca el pórtico con cuatro columnas dóricas, un frontón y una cúpula cuadrada.
Recuerdos del pasado
Todo en el Château du Marais refleja el estilo neoclásico propio de los edificios de la época. El estilo Luis XVI se caracteriza por una vuelta al clasicismo y a las formas grecorromanas que se hace patente en los interiores: en la decoración de los salones y dormitorios, en las proporciones armoniosas de las estancias y en el mobiliario. Abundan las formas rectas y los motivos geométricos, los materiales nobles como la madera y una paleta de colores claros y luminosos.
Los salones del château, decorados al estilo Luis XVI, hacen gala de bellos muebles de líneas rectas con toques dorados, sillas con respaldo ovalado y patas acanaladas, mesas redondas con sobre de mármol y camas con dosel. Las tapicerías, a pesar de los estampados profusos, se simplifican y apuestan por tejidos más ligeros, como la seda, frente a los anteriores de pesados brocados y gruesos terciopelos.
En plena naturaleza
El jardín es uno de los encantos de la propiedad. Aunque a lo largo de la historia ha hecho gala de diferentes estilos, fue replanteado a principios del siglo XX por el paisajista francés Achille Duchêne, quien proyectó una zona extensa de parterres de estilo francés rodeados por acequias. Además, el jardín incluye una zona de más de 35 hectáreas de extensión con árboles centenarios y un lago de 550 metros de longitud.