Los jardines naturalizados como su propio nombre indica imitan a la naturaleza. Entonces, ¿en qué se diferencian de los diseños convencionales? En que huyen de las líneas rectas, la geometría o la pulcritud propias de propuestas más estructuradas.
Descubre cómo recrear este estilo en tus exteriores con el asesoramiento del paisajista Fernando Nájera (fernandonajera.es). Te enamorarán especialmente por su autenticidad que hace estos jardines singulares y únicos, buena muestra de ello es este exterior diseñado por Fernando Alonso, del estudio Ábaton.
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La naturaleza en estado puro
Las praderas naturalizadas son el máximo exponente de este estilo de jardines, y en estas, verdaderas estampas de un exuberante prado en primavera, lo que prima es la espontaneidad de la planta. “Floraciones consecutivas, inflorescencias secas junto a otras coloridas, superposición de plantas… es decir, que el único orden que busca el paisajista es de tipo temporal: es decir, lograr que el clímax de cada planta se vaya produciendo en cascada de modo que el jardín sea vistoso el mayor tiempo posible”, detalla el experto. No obstante, un jardín naturalizado es mucho más que una pradera de gramíneas y pequeña planta; de igual modo arbustos y árboles emplazados estratégicamente son grandes protagonistas en estos espacios exteriores.
Marta Roca, de Espaiverd, da gran relevancia a un árbol muy mediterráneo, el olivo, en este jardín situado en el Empordà (Girona). Lo convierte en el punto focal y, a sus pies, combina plantas de hierba de San Jorge (Centranthus Ruber coccineus) con Centranthus ruber albus, Stipa tenuissima, siempreviva del monte (Helichrysum angustifolium) y, por último, verbena morada (Verbena bonariensis ‘Lollipop’).
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Claves para planificarlos
Los elementos básicos son la plantación y los paseos. Estos jardines pretenden confundirse con la naturaleza, por lo que deberemos huir de elementos de clara factura humana. Las formas serán orgánicas, los materiales de borduras, escalones… lo más naturales posibles (acero, madera, ladrillo) y se apostará por una iluminación indirecta y muy discreta.
Los paseos serán las sendas por las que circulemos, y gracias a ellos apreciaremos mucho mejor el contraste entre plantas. También podemos añadir piedras singulares exentas, pasos de piedra, falsas tapias de piedra seca… Sugiere Fernando, quien añade que, otros elementos no vegetales aparte de los senderos, como piedras o láminas de agua, persiguen asimismo ese aspecto salvaje. En ellos abundan plantas que parecen propias del ámbito campestre, y la manera de diseñarlos persigue lograr un efecto de ‘no diseñado’.
Quien crea este jardín en Sotogrande (Cádiz) es la empresa Lanscapers, que dirige Francisco Díaz.
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Adiós llanuras perfectas y extensas
Fernando reconoce que es partidario de usar el relieve del jardín como aliado, huyendo de explanaciones, ataludamientos innecesarios… es decir, estos jardines imitan la naturaleza, y en ella no existen las superficies totalmente llanas. “Podemos generar suaves lomas con el sustrato, o incluso eligiendo las plantas a propósito con esa intención de que sean más altas que las vecinas. De hecho, en términos generales, un jardín con cierto desnivel resulta mucho más atractivo”, explica.
Este paisajismo en un terreno en pendiente es obra de Jaime Mitjans, de Singular Jardinería.
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¿Conoces las piscinas naturalizadas?
Las piscinas naturalizadas son toda una tendencia que ha llegado para quedarse. De tipo lago o tradicional pero con filtración natural, en ambos casos son láminas de agua mucho más parecidas a una laguna natural que a una piscina.
“Son el complemento perfecto a un jardín, si bien requieren usuarios concienciados y una ejecución impecable. Las de tipo lago utilizan morteros en colores tierra, bordes de piedra natural, pequeñas cascadas y zonas de vegetación acuática. Sin caer en el exceso propio de un parque temático, pueden ser grandes aliadas”, señala el paisajista.
El ambiente lo firma ARAGrup, que cuenta con tecnología de TeichMeister&Balena. Esta empresa es está especializada en piscinas naturales que se integran en el paisaje y cuyo conjunto vivo cambia (igual que la naturaleza) con las estaciones del año. Las plantas se secan en otoño e invierno y vuelven a brotar en primavera para ofrecer su esplendor ornamental y depurador en verano.
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Consejos si vas a instalar un estanque
Los estanques son una apuesta segura en un jardín naturalizado, pero para que sean sostenible (y no un pozo de suciedad) deben estar adecuadamente oxigenado, contar con plantas filtrantes, e incluso se puede emplear una lámpara UVA para controlar las algas.
Para la impermeabilización del estanque lo más habitual es usar una lámina de EPDM, si bien el acabado negro que deja a la vista no es lo más aconsejable. Así que el experto indica que sobre este material puede instalarse una base de arena y bolos de piedra que simulen el lecho de un río. Conviene que sean relativamente profundos para que el impacto de la radiación solar sea menos dañino: se calentará menos el agua y, así, también se evaporará en menor medida.
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Caminos, ¿cómo planear sus trazados?
Ya lo hemos comentado, deberás recrear líneas orgánicas y por lo tanto los senderos tienen que ser algo sinuosos, lo mejor es que no formen una línea recta. Además, pueden verse estrechados por una piedra o arbusto, como lo harían en el campo.
“Pero no olvidemos que es un jardín, y probablemente ese camino tenga un uso práctico. Si somos exageradamente orgánicos corremos el riesgo de entorpecer la circulación, lo que llevará a que surja un atajo dibujado a regla fruto del cansancio del rodeo alternativo. Por ello no perdamos de vista la practicidad”, señala Fernando, quien firma el paisajismo del jardín naturalizado de la imagen.
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Genera hermosas zonas de sombra
En todo jardín debemos contar con sombras y, si no pueden provenir de árboles, lo normal es que sean pérgolas o emparrados los que nos sombreen. “Dado que es imposible ver una pérgola natural que brote de la tierra, debemos aceptar que es un elemento humano, pero que bien planteado puede darle mucho interés al exterior”, reconoce el paisajista.
Será un elemento de contraste vertical, y según qué trepadoras usemos, la estructura puede quedar totalmente oculta tras sus ramas (glicinas, parra virgen…) Además de fijarnos en la estética hay que remarcar que la pérgola vegetal cumplirá una doble función: por una parte, nos permitirá disfrutar del jardín a salvo del calor y, por otra, será un buen cobijo para la fauna.
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¡Atrae la biodiversidad!
“Decir que tenemos un jardín naturalizado y olvidarnos de la fauna del lugar es algo ilógico. Por ello debemos de pensar no solo en hoteles de insectos [los de la imagen pueden adquirirse en Leroy Merlin] o en comederos para aves, sino en charcas, troncos vacíos, grandes arbustos que sirvan de refugio… es decir, debemos pensar en que el jardín va a ser un pequeño ecosistema en el que esta fauna va a ser aliada nuestra polinizando, controlando plagas…”, señala Fernando.
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Finalmente, hay algunas plantas que son especialmente atractivas para insectos y pájaros, bien sea por el polen, los frutos o el cobijo que procuran. Debemos apostar por algunas de ellas como las verbenas, rudbeckias, romeros, lavandas, o zarzamoras, serbales y dientes de león (en la fotografía).
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¿Puedo naturalizar terrazas?
Por supuesto que sí, las terrazas y las cubiertas verdes de los edificios pueden tener el mismo aspecto que un jardín naturalizado, siguiendo idénticas premisas de procurar no crear diseños muy estructurados. En estos casos, deberás procurar una correcta impermeabilización para evitar problemas de filtraciones y, a la hora de disponer las plantas, tomar como premisa la libertad, jugando con colores y formas. La selección vegetal debe ser variada, diviértete mezclando especies y piensa en que el paisaje exterior debe resultar interesante de ver y pasear a lo largo de las cuatro estaciones del año, esa debe ser el objetivo principal.
Este espacio exterior se ubica en la denominada Garden House de Las Palmas de Gran Canaria, proyectada por Romera y Ruiz Arquitectos, que cuenta con la azotea ajardinada en la que se equipan áreas de descanso e incluso para la actividad, como un minigimnasio.
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