Cuando el verano termina y ya no hace tanto calor, llega el momento de revisar a fondo nuestro jardín para ver qué necesidades tiene ahora y de qué forma podemos cubrirlas.
Has disfrutado a tope de las zonas de exterior, del césped, de los espacios de estar, de la sombra de los árboles… Ahora llega el momento de devolverle al jardín la energía que la actividad intensa y el calor veraniego le ha robado. Toma nota de las tareas y cuidados que necesitan las plantas ahora.
Las tareas de limpieza
Antes de que acabe septiembre tendrás que programar una serie de trabajos de limpieza que te ayudarán a devolverle a tu jardín salud y belleza. Serán el primer paso para que tus plantas continúen creciendo sanas y frondosas.
- Comienza por cortar el césped y eliminar las hojas que ya hayan podido caer y cualquier resto vegetal muerto que cubra el suelo.
- También tendrás que limpiar los senderos de tu jardín y los espacios que quedan entre las diferentes zonas.
- Las tareas de limpieza se extienden también a los macizos de flores. Muchas de las plantas estarán terminando su floración. Elimina las flores secas o estropeadas.
- Ahora es el momento de desbrozar la zona de alrededor de los árboles frutales, para acabar con las malas hierbas.
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Recoger las primeras hojas caídas
Dependiendo de cada tipo de planta, el fin del verano puede marcar para muchas especies el momento en que las hojas comienzan a caer. El otoño aún no ha llegado y puede que la caída de la hoja no sea tan relevante todavía, pero ya hay plantas caducifolias que comienzan a perderlas.
Recogerlas cuanto antes es beneficioso para el suelo del jardín, ya que si se van acumulando impedirán que a las plantas les llegue el aire, el agua y la luz del sol.
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Fabricar tu propio compost
No hay mejor manera de aprovechar los restos vegetales muertos que has recogido del jardín que hacer compost con ellos. Es una forma sostenible y eficaz de lograr un alimento de primera calidad para el suelo del jardín y del huerto.
Además, fabricar compost es una tarea sencilla que no consume recursos ni requiere de ningún esfuerzo. Lo primero es hacerte con una compostadora sencilla, aunque te servirá un simple cajón de madera que tenga cierta ventilación.
Colócalo en un rincón del jardín y comienza a acumular en él materia orgánica para que se vaya descomponiendo: restos vegetales (que estén libres de hongos, enfermedades o plagas), las hojas secas de los árboles, hierba cortada, restos orgánicos de alimentos como peladuras de frutas, cáscaras de huevo o posos de café. Humedécelos y deja que se descompongan. Cada cierto tiempo deberás removerlos un poco. En unos meses el compost estará listo para utilizarlo.
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Los cuidados del césped
La pradera del jardín te ha ofrecido el escenario perfecto para los juegos estivales de toda la familia. Ha sido una alfombra vegetal mullida y fresca, perfecta para disfrutar del sol y del aire libre. Sin embargo, tanta actividad y las altas temperaturas le han pasado factura. Ahora que el calor está remitiendo es el momento de mimar tu césped para devolverle la lozanía que ha perdido en verano.
Comienza por eliminar los restos vegetales que cubran el suelo e impidan que este se oxigene debidamente. Después puedes escarificarlo para reducir su compactación. Para ello utiliza un escarificador con el que podrás pincharlo sin mucho esfuerzo. A continuación, practica unas incisiones en vertical en el césped, de unos 8 cm de profiundidad, que permitan que se aireen las raíces. También es buen momento para abonar la pradera.
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Acabar con las malas hierbas
Las temperaturas cálidas propias de esta época junto con las lluvias más abundantes configuran la situación ideal para que proliferen las malas hierbas en tu jardín. Acabar con ellas ha de convertirse en una de tus prioridades, ya que le robarán a tus plantas los recursos que necesitan para crecer sanas y felices: el agua y los nutrientes del suelo.
Puedes tratar de arrancarlas de forma manual, utilizar una desbrozadora para cortar la maleza o usar un herbicida adecuado. Si prefieres no usar sustancias químicas, puedes emplear remedios más naturales como agua hirviendo, la sal o el ácido acético (vinagre).
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Una inyección de energía
Tras el duro verano tus plantas del jardín necesitan una buena dosis de energía en forma de nutrientes. Con el tiempo el suelo se va empobreciendo. Por eso lo mejor en este momento es que les proporciones a tus cultivos un abono adecuado, mejor si se trata de fertilizantes de tipo orgánico como compost o humus de lombriz. Estos abonos son más naturales y resultan también muy efectivos.
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Los beneficios del mantillo
Dentro del grupo de los abonos orgánicos, el mantillo es uno de los más adecuados por las muchas ventajas que tiene para las plantas. Ahora que el otoño está a punto de comenzar, es buena idea extender en el suelo del jardín una capa fina de mantillo.
No solamente aportará nutrientes al terreno, sino que es una excelente manera de proteger las raíces de las plantas. Esta técnica del acolchado o mulching es muy eficaz para mantener la humedad del terreno, ahora que todavía puede hacer calor. Y cuando el tiempo pase y lleguen las primeras heladas, el mantillo protegerá las raíces de los cambios drásticos de temperatura.
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Dividir las plantas perennes
Las especies perennes duran varios años en tu jardín, floreciendo cada temporada. Si quieres multiplicarlas ahora es el momento de dividirlas y trasplantarlas.
- Para conseguirlo comienza por cavar alrededor de la planta que quieras dividir y extraerla de la tierra con cuidado, de forma que el cepellón se mantenga intacto.
- Retira la tierra de las raíces y divide el cepellón en dos partes con ayuda de un cuchillo afilado, limpio y previamente desinfectado.
- A continuación cava un hoyo en otra ubicación para tu nueva planta que sea el doble de ancho que el cepellón de la planta, añade una capa de compost y rocía las raíces con agua antes de plantar y rellenar con tierra. Termina haciendo un riego abundante.
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Nuevas plantaciones de otoño en el huerto
Aunque la primavera y el verano son las épocas doradas del jardín, cuando la productividad en los cultivos alcanza las cotas más altas, en otoño la actividad hortícola no se detiene por completo.
En este momento es conveniente preparar el terreno para nuevas plantaciones. Para ello lo mejor es hacer rotaciones de cultivos, lo que ayuda a mejorar la fertilidad del suelo. Se trata de ir alternando el tipo de plantas en cada zona del huerto.
En esta época puedes plantar guisantes, habas y calabacines directamente en el suelo, y cebollas en semillero, ya que necesitan una mayor protección frente a las bajas temperaturas.
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