Cómo sacar partido a un dormitorio abuhardillado para que no tenga complejos de estancia de segunda

Las habitaciones abuhardilladas se debaten entre el encanto de dormir bajo las estrellas y la posible sensación de agobio que puede producir la pendiente. Sin embargo, distribuyendo bien el espacio, colocando los muebles adecuados y eligiendo el lugar idóneo para cada elemento, crear el dormitorio de tus sueños es más fácil de lo que parece. Poseen 'charme' y la cercanía de su techo aporta un plus de calidez y de intimidad que no tiene que resultar agobiante.

1. Elige los muebles idóneos

Aunque parece obvio, cuanto más se inclina el techo, más recomendables son los muebles bajos. Porque este lado tan inclinado, además de hacer retroceder el espacio en el que puedes ponerte de pie, tiende a abarrotar la habitación y a desordenarla visualmente. Los muebles bajos contrarrestan este efecto, porque despejan la altura, ofreciendo un espacio vacío, permiten que la habitación respire y, así, parece más espaciosa. Si el lateral no invade demasiado la habitación, es posible jugar con la altura con piezas altas y estrechas, así como con cortinas para acentuar esta impresióna lo alto.

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2. Aprovecha la pendiente

¿Qué hacer bajo la pendiente? Seamos prácticos. Si no podemos estar de pie, y no vale bajar la cabeza, lo ideal es optar por crear un espacio para estar sentado, que saque partido a ese rincón. Desde un escritorio hasta una zona de tocador e, incluso, un pequeño salón o un rincón de lectura. Si lo pones coqueto y sacas toda tu artillería ‘deco’, estamos seguras de que será uno de tus sitios preferidos de la casa, un refugio para leer tranquilamente, chatear antes de dormir, hacer una llamada o simplemente relajarte.

3. Busca la luz

Las ventanas de techo son un básico para crear un espacio agradable donde hacer vida. Por eso, pon tantas cuantas puedas, especialmente una bajo la cama que te permita ver las estrellas. Para completar el proyecto lumínico, debes jugar con la iluminación artificial, para que no haya huecos ni rincones a oscuras. Lo ideal es iluminar por zonas con pequeñas luminarias, en lugar de una iluminación principal fría, ya que contribuyen a un ambiente suave: no dudes en dirigir unos cuantos focos LED hacia la pendiente. Apliques y lámparas de pie y de sobremesa son los mejores aliados para este fin, sustituyendo a las luminarias de techo, menos prácticas aquí.

4. Logra más espacio para guardar

Una buena manera de rentabilizar la pendiente y no dar ni un centímetro por perdido es usando ese hueco para almacenar. De forma que, no solo sacas partido a esa zona, sino que, además, liberas otros lugares para este fin. Las posibilidades son infinitas: baldas, barra de armario, taquillas, puertas correderas… En este ambiente, los muebles a medida se sienten como pez en el agua, ya que aprovechan al máximo las condiciones. En el caso de que la habitación sea estrecha y alargada, debes tener cuidado de que el almacenamiento bajo la pendiente acentúe el 'efecto pasillo'. En estos casos, es más conveniente dejar esta zona libre y usar otra pared para almacenar en vertical. De esta manera, reequilibrarás las proporciones, sin restar capacidad.

5. Distribuye adecuadamente

Una buena distribución saca partido al espacio y amplía los metros, al mismo tiempo que facilita la rutina diaria. Aunque todo depende de la planta y las dimensiones, lo habitual es colocar en la parte más alta el armario o la cómoda, piezas delante de las cuales sueles estar de pie para vestirte, y la zona de paso, que te permite desplazarte por el dormitorio sin problemas. Mientras que, en la más baja, habitualmente se pone la cama, ya que normalmente estaremos sentados o tumbados en ella. También puedes poner aquí un tocador o similar.

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6. Dale un plus de encanto

Hacer que el desván pase de patito feo a princesa, con ese aire que tienen las buhardillas francesas que vemos en las películas hay un paso. Importante, eso sí. No importa si prefieres un estilo moderno o uno clásico, la idea es potenciar los elementos estructurales, como el techo y las vigas, y sacar partido ‘deco’ a la caja. El techo debe ser protagonista absoluto del ambiente y destacar del resto. Para que luzca, puedes abrir una ventana al mundo exterior, desde donde contemplar las estrellas o la lluvia calentita bajo las sábanas; barnizarlo si es de madera o pintarlo de un color blanco para ganar claridad o atrevido para incrementar su carácter. Por su parte, las vigas siguen siendo un elemento de decoración encantador y deben tenerse en cuenta en la planificación. Úsalas para delimitar espacios, cuelga focos de luz o, incluso, una hamaca para vivir en modo ‘slow’.

7. Hazlo ‘suite’, si puedes

Evidentemente, todo depende de los metros cuadrados disponibles y de la planta y el desnivel, pero si las cosas te son favorables, convierte la buhardilla en un dormitorio cinco estrellas. Incorpora el vestidor en una pared lateral, que siga la pendiente del techo, coloca una librería baja o un mueble con cajones, pon un bonito sillón para leer… Como remate, nada mejor que integrar el baño y tener todo a mano. Puestos a soñar, imagina una bañera exenta bajo el desnivel con una ventana que te dé luz durante el día y ambiente durante la noche. ¡Me lo pido!

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8. Sitúa bien la cama

¿A favor o en contra de la cama en la caída del techo? Obviamente, depende de la pendiente. Si sientes que puedes tocar e, incluso, abrazar el techo, probablemente sea demasiado bajo para colocarla ahí. Sin embargo, si es posible esta distribución, tendrás un montón de ventajas, ya que puedes moverte fácilmente alrededor de la cama, crear la impresión de un ambiente ‘cocooning’, desplazarte por la habitación sin mayores obstáculos, disfrutar de la vista si tienes un tragaluz...

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9. Crea una ‘deco’ a su medida

Es importante que, como en las casas de pocos metros, tengas en cuenta que la cantidad de muebles está vinculada a los metros disponibles y que cuantas menos cosas haya, más ligera y amplia se verá. Así, opuesta por piezas sencillas, preferiblemente de colores claros, pon pocos adornos, coloca alguna planta cerca de la ventana, di sí a las fibras vegetales y viste la cama con fundas y sábanas en blanco o tonalidades suaves, como pasteles.