Tanto si eres una de esas personas que sueña con vivir en un palacete parisino de aire señorial como si lo tuyo es el estilo nórdico más depurado, debes conocer una de las tendencias decorativas que no ha hecho más que reforzarse en los últimos tiempos: las molduras decorativas. Ideales para crear remates y centros de atención en paredes y techos, no solo son capaces de aportar carácter y personalidad a todo tipo de ambientes, sino que también son un recurso ideal para compensar irregularidades o disimular imperfecciones. ¡Lo vemos!
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Ilimitadas posibilidades de diseño
Aunque la palabra moldura evoca de forma automática altos techos y suntuosos salones con elaborados relieves de escayola (ya sean con formas geométricas clásicas que evocan la antigua Grecia o propuestas más naturalistas y orgánicas propias del art déco), lo cierto es que estos (más o menos discretos) ornamentos protagonizan muchos proyectos de interiorismo de plena actualidad. A ello contribuye la amplia variedad de diseños existentes, que van desde los más sobrios y minimalistas hasta los más elaborados y barrocos.
Un buen ejemplo de ello es este ambiente decorado por la empresa belga Cube Interiors con molduras de la firma NMC en el que conviven elementos modernos y clásicos, sobrios y excéntricos, mediante la utilización atípica de molduras y rosetones como puntos de interés.
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Hazlo tú mismo
Sea cual sea el estilo por el que nos decantemos, todas las molduras decorativas tienen en común su sencillez de instalación, que ha sido, sin duda, un fuerte impulso para su auge.
Y es que, si bien antiguamente las molduras estaban fabricadas en escayola (relativamente frágil frente a los golpes y el desgaste), los nuevos remates para paredes y techos se fabrican en materiales mucho más resistentes y manejables, como el poliuretano o el poliestireno expandido (por citar dos de los más habituales), que destacan tanto por su ligereza como por la facilidad de corte y colocación mediante adhesivos específicos.
El resultado: cualquiera con un poco de habilidad, un adhesivo adecuado y un poco de masilla para las juntas puede colocar perfiles, zócalos, cornisas, cubrejuntas o rodapiés capaces de transformar por completo un ambiente con una mínima inversión de tiempo y dinero.
¿Te animas a recrear un ambiente tan refinado como el de la imagen, de inspiración parisina actualizada? Pertenece al edificio histórico rehabilitado por Ilmiodesign, Mabel Villa de París, en Madrid.
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Posibilidad de adaptación
Capaces incluso de adaptarse a formas curvas y sinuosas (en sus versiones más flexibles), estos materiales aceptan todo tipo de acabados, por lo que pueden pintarse tanto en el mismo color de las paredes (para que se integren de forma armoniosa en ellas), como en tonos más claros o intensos, para conferir un mayor dinamismo al conjunto.
Las opciones de diseño que ello confiere son prácticamente ilimitadas, sobre todo si tenemos en cuenta la posibilidad de combinar diferentes diseños de molduras para crear composiciones originales.
Un buen ejemplo de ello es la colección cápsula Classic, de Orac Decor (en las dos imágenes anteriores), en la que las formas existentes ofrecen diferentes dimensiones, para combinarlas y jugar con las diferentes proporciones hasta encontrar la armonía perfecta para tu diseño y lograr diferentes resultados.
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Efectos cautivadores y únicos
Concebidas en origen para realizar una transición limpia entre las paredes y el techo (sobre todo cuando estas superficies están pintadas en colores distintos), las molduras pueden cumplir funciones aún más específicas, capaces de equilibrar ambientes o potenciar rasgos específicos de estos.
De este modo, por ejemplo, los diseños anchos y elaborados son capaces de ‘acercar’ un techo muy alto. En este sentido, las cornisas geométricas (a modo de escalera) son muy recomendables, ya que, si se coloca la parte más ancha de la misma contra el techo, la estancia parece también más ancha; por el contrario, si se coloca la parte más ancha contra la pared, el efecto óptico en la estancia será de mayor altura.
Por su parte, los zócalos y los perfiles formando cuarterones y paneles permiten tanto ensanchar como estilizar una pared, en función de cómo se dispongan.
Asimismo, emplear distintas gradaciones de una misma tonalidad en este tipo de elementos es la mejor manera de conferir profundidad a una habitación pequeña en la que no se pueda prescindir del más mínimo espacio útil.
En la imagen, la original composición de molduras de NMC que recorren el techo hasta el cabecero de la cama aporta dinamismo a este dormitorio clásico renovado.
Distribuir espacios
Otro de los recursos prácticos que ofrecen las molduras es la posibilidad de enmarcar espacios, lo que resulta especialmente útil en estancias de uso compartido. Una muestra magistral de esta utilidad de las molduras decorativas la encontramos en la reforma de este piso del Ensanche barcelonés, llevada a cabo por la interiorista Pia Capdevila, en el que se consigue una gran amplitud en la zona de día mediante la integración de una galería que, no obstante, tiene su propia personalidad gracias al arco revestido con cuarterones.
El empleo de los paneles enmarcados de la pared del comedor, al modo de una clásica boiserie, para introducir dos espejos que multiplican los metros y la luz, es otro excelente ejemplo de cómo sacar partido a unos cuantos perfiles estratégicamente colocados.
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Cortinas bien integradas
Cornisas y molduras resultan muy prácticas para realizar los foseados de las cortinas fijadas al techo, de modo que no haya elementos como barras o raíles a la vista. El resultado, como se puede ver en la imagen, una propuesta de Ele Room 62 para el espacio de BC3 Cocinas en la última edición de Casa Decor, es pulcro y depurado, apto para todo tipo de estilos decorativos, incluso los más sobrios.
Selecciona una cornisa lisa y sin ornamentación si quieres que las cortinas se integren de la forma más desapercibida posible en el conjunto de la estancia o, por el contrario, elige un modelo elaborado que las enmarque y realce, si quieres que cobren protagonismo en el marco de una decoración clásica y señorial.
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Potencia la luminosidad del espacio
Las molduras decorativas de tipo cornisa encuentran en la tecnología de iluminación LED un excelente aliado para crear sugerentes escenarios lumínicos. De reducido tamaño y capaces de modular su intensidad, así como su color, la colocación de una iluminación indirecta oculta en estos elementos resulta ideal para crear diferentes ambientes, en función del momento y el uso que se dé a la estancia.
Frente al mayor coste que supone crear un falso techo, bajar el nivel del perímetro para crear este foseado es la opción más sencilla y económica para crear una agradable iluminación perimetral. En la propuesta es de Molduras 3D.
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¿Cuánto cuesta colocar molduras?
Son bellas, están de tendencia y elevan el nivel de la decoración. Seguro que ahora te estás preguntando, ¿son costosas? La amplia oferta de molduras de poliestireno y poliuretano permite encontrar modelos desde unos 4-5 €/metro (los perfiles más sencillos y finos) que se van encareciendo en función de su complejidad y dimensiones. Otras piezas decorativas, como los rosetones, se pueden encontrar desde 25 €/unidad en adelante y, como las molduras y cornisas, se colocan pegados con adhesivos específicos.
Wink Group por ejemplo reforma un piso en Madrid añadiendo toques clásicos como las molduras en paredes y techos.
Si bien la gran ventaja de las molduras de estos materiales frente a las clásicas de escayola es que se las puede colocar uno mismo, ten en cuenta que, en caso de que quieras que las instale un profesional, el precio mínimo se duplica fácilmente.
La de la imagen es el modelo CX132 de Orac Decor (200 x 2 x 2 cm en Duropolymer), también disponible en versión flexible, un perfil pequeño y redondeado que tiene un precio de 3,88 €/metro.
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