No resulta muy práctico tener siempre a mano y ocupando un valioso espacio en casa objetos de los que hacemos un uso muy puntual, como elementos para practicar deportes de invierno o verano, un costurero para remiendos esporádicos o papeles de regalo. Maite Albañil, directora de la empresa de organización para el hogar Particular Home Planners (www.particularhomeplanners.com), nos ofrece una guía acerca de dónde almacenar estos objetos de uso poco habitual pero que todos tenemos en nuestras casas.
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Hay que tirar o donar los trastos
La primera cuestión es que tenemos muchos objetos en casa de uso poco habitual, en ocasiones hasta olvidados, ¿cuándo conservarlos y cuándo es un trasto del que necesitamos desprendernos? En general, depende de estas variables por orden de prioridad:
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Deberíamos tener que usarlo al menos una vez al año seguro. “Aquí evitaría el famoso guardarlo ‘por si acaso’. Aunque he de decir que hay alguna excepción concreta que luego describo”, apunta la experta.
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El volumen del objeto, cuánto espacio ocupa teniendo en cuenta los metros disponibles. Si la vivienda es pequeña, definitivamente, toca priorizar: lo que más necesitamos vs lo que menos.
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El coste del objeto: si es algo que casi no usamos, en las situaciones en las que el coste es alto, es mejor alquilarlo o pedirlo prestado. En los casos concretos en los que no exista esa posibilidad o que el coste sea bajo, comprarlo en el momento en el que lo necesitemos y plantearse donarlo o venderlo de segunda mano si ya no lo vamos a necesitar más, es una posibilidad.
Lo importante es no atiborrar la casa de “trastos” que apenas usamos.
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Existen casos, incluso, en que nos podemos plantear contratar el servicio. Maite nos ofrece este ejemplo práctico: no hace falta que tengamos una caja de herramientas o un taladro en casa si no somos especialmente manitas, porque el día que necesitemos colgar unos cuadros o arreglar algo, aunque sea mínimo, podemos llamar a alguien que se dedique a ello que nos lo haga. Así nos liberamos de la tarea y del gasto de comprar esas cosas. Pagamos por lo que necesitamos, únicamente cuando lo necesitamos.
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Encontrar un lugar para pequeños objetos
¿Qué pasa con aquellas cosas que todos tenemos (o deberíamos tener) pero en las que nunca pensamos? ¿Por qué resulta tan complicado encontrarles su lugar? Hablamos por ejemplo de alguna bombilla de recambio (especialmente si las lámparas requieren bombillas especiales), un destornillador, una llave inglesa, un costurero básico para algún botón que se haya caído en el último momento o una cinta métrica. Todos ellos son artículos que es muy probable que se usen muy poco al año. Aunque reconoce Maite: “encontrar lugar a este tipo de cosas es fácil porque son cosas pequeñas”.
Los lugares para ellas pueden ser el cuarto del lavadero o los armarios de la entrada, si lo permiten. En general, les buscaremos lugares menos accesibles, porque son cosas a las que normalmente no vamos a recurrir.
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Cuando los problemas crecen
Si se trata de objetos que abultan más, ya empiezan a generar más problemas. ¿De qué elementos puede tratarse? Por ejemplo, una escalera, que estéticamente genera mucho ruido visual, pero está muy bien tener por su practicidad. Si no la necesitamos en el día a día y tenemos un trastero en el mismo edificio, ese sería el sitio ideal, si no debería tener su propio lugar en la zona del lavadero, ya sea teniendo su propio armario o en un hueco entre pared y armario. En todo caso, deberíamos evitar que estuviera a la vista.
En este cuarto de lavado y planchador, equipado con lavadora y secadora, la escalera es plegable y se sitúa en un rincón.
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¿Dónde guardar los medicamentos?
Las medicinas, pululan por toda la casa (cocina, baño, comedor…). ¿Conviene encontrar un sitio fijo al botiquín? Maite aconseja que los medicamentos que no se consuman con asiduidad siempre se encuentren fuera del alcance de los niños en un lugar seco y sin grandes variaciones de temperatura. Por lo tanto, el baño no sería la mejor opción ni tampoco la cocina.
El mejor lugar es tenerlas en una caja plástica o de cartón en un estante alto de un armario en alguna zona común de la casa.
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Elementos para envolver regalos
Papel, lacitos y bolsas bonitas para envolver regalos son cosas que solemos tener por casa, pero, en este caso conviene evitar acumular. La experta señala que, “si decidimos guardar algo, que sea un único rollo de papel regalo, un par de lacitos a juego y un par de bolsas bonitas, preferiblemente de dos medidas distintas. Nada más. Guardar retales de esos papeles o incluso papeles de regalo usados y toda una colección de lazos y bolsas que se van acumulando con el tiempo solo ocupan espacio y al final, ni se acaban usando”.
Los dispondremos en el despacho o habitación de estudio, si puede ser. Otra opción es guardarlos en alguno de los armarios de las zonas comunes de la casa, pero evitando el lavadero y la cocina, para que no se deterioren.
Piezas de temporada
Respecto a los elementos relacionados con ocio o deportes, muchas veces el uso es estacional, por ejemplo, las tablas de paddle surf para pasear por el mar o un lago suelen sacarse coincidiendo con la llegada del calor, y los esquíes con época de nieve.
Todos estos objetos, incluidas las neveritas o las sombrillas (esta es de Gato Preto), al ocupar bastante más espacio, suele generar más problemas a la hora de almacenarnos. Considerando que no son de uso cotidiano, si disponemos de trastero, ese sería su lugar ideal. Si no es el caso, se miraría de ubicar en altillos y, si no los hubiera, quedaría el armario de menor uso destinado a este tipo de artículos.
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Las maletas, en el caso de familias poco viajeras
Para las familias poco viajeras, la recomendación de Maite es meter las maletas pequeñas dentro de las grandes y dejarlas en el trastero si lo tenemos, si no, subirlas al a los altos de los armarios roperos, que es donde las necesitamos cuando las vamos a usar. Si eso no es posible, en los bajos o en armarios de zonas comunes.
Para aquellos que sí tiendan a realizar escapadas de fin de semana o hagan viajes cortos por trabajo, una maleta de medidas apta para cabinas de avión debería situarse en el alto o el bajo del armario ropero o vestidor, para tenerla siempre a mano. Y en cualquier caso, es mejor evitar dejarlas debajo de la cama.
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Decoración por fiestas
Nos encanta vestir la casa para ocasiones especiales, decorarla durante las fiestas navideñas, darle un toque otoñal y hasta terrorífico por Halloween… Sin duda, todo lo que guardemos para estos momentos puntuales, debería ir en una caja en un altillo, si es posible. En la propuesta las bolas de Navidad son de la firma danesa Madam Stoltz.
Por otra parte, Maite comenta que prestemos atención con guardar disfraces. Si los conservamos porque una vez fuimos a una fiesta y nos da pena tirarlo, lo podemos regalar o donar… pero no aconseja mantenerlos en casa robando un espacio valioso para otras cosas.
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El socorrido trastero
Una regla comprobada es que cuanto más espacio tienes, más guardas. Poseer un trastero es, sin duda, una gran ayuda para el almacenaje del hogar, pero se puede también convertir en un riesgo de acumulación importante. Con los trasteros debemos seguir la misma premisa con la que comenzamos el reportaje: no guardemos nada que no usemos al menos una vez al año seguro, como mínimo.
En ese espacio ordenaremos siempre por categorías, en estantes o armarios, con todo debidamente embalado y protegido contra golpes y polvo. Cada caja debe llevar un rótulo con lo que contiene; otra alternativa es aportar por las cajas de plástico translúcidas que revelan el contenido, por lo que son una excelente solución para tenerlo todo protegido y controlado. Es ideal que las cajas sean del mismo tipo porque esto produce un efecto de menor ruido visual y da una apariencia más homogénea y ordenada. La experta se despide con una última recomendación: “también se debe evitar apilar en exceso”, de este modo todo queda accesible y el lugar resulta práctico y agradable.
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