Ahora que estamos inmersos en uno de los veranos más calurosos de los últimos años es el momento ideal para hacer un análisis del consumo doméstico de energía y tratar de reducirlo, si creemos que es necesario. Hoy hacemos un pequeño repaso de algunas acciones sencillas que podemos llevar a cabo para conseguirlo.
Reducir el consumo energético
En los tiempos que corren es más que necesario conocer muy bien cuál es el consumo de energía de nuestra casa si queremos mantenerlo bajo control.
En la época estival cuando las temperaturas se disparan, también lo hace el consumo eléctrico de los hogares. Según datos de la Red Energética de España (REE) el gasto de energía de los hogares españoles en verano alcanza los 300 KW de media. Esto sucede, principalmente, porque las viviendas no son eficientes desde un punto de vista energético.
Para tratar de contener el problema, lo mejor es aumentar la eficiencia energética de nuestra casa. ¿Cómo podemos conseguirlo? Reduciendo el consumo. Si esto te parece difícil, presta atención a los siguientes consejos.
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Mejorar el aislamiento
Conseguir una casa bien aislada es fundamental si pretendes mejorar la eficiencia energética de tu vivienda, tanto en verano como en invierno.
Cuando el calor en el exterior resulta asfixiante, conectar el aire acondicionado es lo mejor que puedes hacer. Sin embargo, no tiene mucho sentido tratar de contener el gasto en electricidad mientras el frío se escapa por las ranuras de las ventanas.
Para conseguir una casa eficiente es imprescindible cuidar el aislamiento manteniendo las ventanas de la casa en perfecto estado, o sustituyéndolas si están muy deterioradas. Elige ventanas de calidad, de PVC por ejemplo, que eviten que se pierda el frío en verano y el calor en invierno.
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Hacer un buen uso del aire acondicionado
Este verano el aire acondicionado se ha convertido en algo muy necesario en nuestras casas para poder soportar el calor extremo. Sin embargo, hacer un mal uso del mismo no es beneficioso para nuestra salud, tampoco para el ecosistema y menos para nuestro bolsillo. Es importante que hagamos un esfuerzo por regular el termostato a 26º C, una temperatura adecuada para el interior. Recuerda que cada grado que bajes supondrá un incremento importante del consumo y de la factura eléctrica.
También es importante tratar de climatizar la casa por zonas, lo que puede suponer un ahorro considerable. Según la orientación de la vivienda, algunas habitaciones de la casa requieren más climatización que otras. La temperatura adecuada para el salón, por ejemplo, no tiene por qué ser la misma que en los dormitorios o en otras habitaciones que apenas se usan durante el día.
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Aprovechar la luz natural
En verano, los días son más largos y anochece más tarde, lo que puede resultar una ventaja a la hora de controlar el gasto eléctrico. Disfruta de la luz natural y, una vez haya pasado la hora de más calor en la que deberás controlar la entrada de sol, abre persianas, cortinas y toldos para dejar que entre la luz del sol y retrasar al máximo el momento de encender las luces artificiales.
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Pintar la fachada de blanco
Dado que el color blanco refleja la radiación solar haciendo que las superficies absorban menos calor, es buena idea pintar la fachada de nuestra casa de ese color, igual que es costumbre en los pueblos andaluces, donde la gente ha aprendido a lidiar con temperaturas extremas en verano.
Esta idea es solamente una forma más de tratar de lograr viviendas eficientes energéticamente hablando. Nos ayudará a regular la temperatura del interior y evitaremos, en la medida de lo posible, que la casa se recaliente.
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Elegir una fachada ventilada
En lo que al exterior de la casa se refiere, las fachadas ventiladas son muy adecuadas para reducir el consumo energético en los meses de verano.
Este tipo de fachadas crean una cámara de aire que envuelve el exterior de la casa mejorando así el aislamiento y favoreciendo el ahorro energético. Además, el aire circula por las paredes exteriores lo que preserva el interior del calor.
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Utilizar elementos con control domótico
Puede que las casas de la mayoría de la gente todavía no incorporen modernos sistemas de domótica que nos hagan la vida mucho más fácil, pero sí es posible ahora mismo disponer de algunos elementos que nos ayudan a controlar el gasto energético.
Como los enchufes programables, con los que podremos decidir cuándo queremos encender y apagar determinados electrodomésticos.
Otra idea es utilizar un controlador wifi para el aire acondicionado que permita encender y apagar a distancia la climatización de la casa, evitando derroches de energía.
Apostar por electrodomésticos eficientes
Está claro que no vamos a cambiar de una sola vez todos los electrodomésticos de la casa por otros que consuman menos energía, pero cuando tengamos que renovar alguno de ellos será buen idea elegir un modelo eficiente.
Si antes los modelos más eficientes eran los A+++, ahora con la nueva clasificación son los de la letra A, ya que la actual etiqueta energética va desde la A hasta la G. Cuando tengas que sustituir un electrodoméstico en casa, invierte en uno que sea lo más eficiente posible y lo agradecerás después.
Instalar paneles solares
Una de las mejores cosas que podemos hacer para mejorar la eficiencia de nuestra casa es emplear fuentes de energía renovables como la energía solar. Con esta acción conseguimos, además, un beneficio para el medio ambiente ya que son mucho más sostenibles.
Por otra parte, en los últimos años se ha reducido el coste de la inversión que hay que hacer para contar con unos paneles solares que generen la electricidad para tu propio consumo, lo que supone un aliciente más para utilizar este tipo de energía.
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