La cocina es uno de los espacios de la casa en los que el orden cobra mayor relevancia. Es muy importante organizar correctamente el espacio de almacenaje, para que todo esté accesible y resulte cómodo y funcional.
Armarios, cajones, muebles, estantes… Hay una gran variedad de sistemas para guardar todos los elementos necesarios en la cocina. Entre todos ellos, los estantes abiertos son útiles, prácticos y también decorativos.
¿Baldas o armarios altos? Esa es la cuestión
Los armarios inferiores que se colocan bajo la encimera son imprescindibles en una cocina. Nadie los cuestiona, puesto que son la forma más práctica de conseguir espacio para guardar la gran cantidad de elementos y utensilios que se necesitan.
Sin embargo, no sucede lo mismo con los muebles altos, con los que no se cuenta en numerosos diseños de cocina en la actuallidad. En las cocinas más modernas, los armarios suspendidos se sustituyen por baldas largas de pared a pared, o por estantes mas cortos, en función del espacio disponible. De esta forma la cocina parece más amplia y los espacios no resultan tan recargados.
Las baldas tienen muchas ventajas, frente a los armarios. Además de ser más económicas y fáciles de instalar, se consigue un efecto más ligero y amplio, aunque también se pierde algo de espacio de almacenaje.
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Un elemento decorativo
Una de las razones por las que merece la pena elegir estantes volados para decorar la cocina es que con ellos el espacio resulta más ligero. Las baldas, en el material y color adecuados, pueden convertirse en un punto clave que decora la pared de forma especial. Opta por materiales modernos y le darás a la cocina un aire actual.
En la foto, la balda volada se ha pintado en el mismo azul intenso que la pared, de forma que queda totalmente integrada. La idea es de la firma de pinturas Annie Sloan.
Un consejo: no satures los estantes con demasiadas cosas. Piensa bien en lo que tienes que guardar y, si es mucho, selecciona los elementos más adecuados. Todo quedará a la vista, por lo que es importante organizar las cosas adecuadamente.
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Todo a la vista
Otra ventaja de los estantes abiertos es la de que todo está a mano, con lo que resulta más fácil encontrar aquello que necesitas en cada momento. Con las baldas, no tendrás puertas ni cajones que abrir. Con un simple vistazo encontrarás aquello que buscas.
Sin embargo, eso implicará que las cosas deben estar ordenadas, ya que quedarán a la vista. Esto es especialmente importante en las cocinas abiertas al salón, en las que el desorden puede tener efectos desastrosos.
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Mantener el orden
Este es uno de los mayores inconvenientes de los estantes abiertos en la cocina: la necesidad de mantener el orden. Si llenas las baldas de objetos y utensilios, sin procurar que no queden demasiado abarrotadas, el resultado será caótico. Debes tener siempre presente que las cosas quedarán a la vista, por lo que lo mejor es limitar los objetos en las baldas y cuidar de que estén ordenados. Lo mejor es tomarse esto como un reto para lograr ser más organizado, y para recoger la cocina cada día.
Materiales y colores para elegir
A la hora de elegir las baldas, hay muchas opciones. Apuesta por materiales que resulten armónicos con el estilo de la cocina, con el color de los muebles y de la encimera. Los estantes de madera son adecuados para cocinas de estilo rústico, especialmente si el acabado es en bruto, sin tratar. La madera funciona también en cocinas modernas, combinada con otros acabados. Para cocinas de estilo industrial puedes elegir baldas de acero inoxidable o aluminio.
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Para cocinas abiertas al salón
Las cocinas de concepto abierto, abiertas totalmente al salón o cerradas con cerramientos acristalados, también se benefician de los estantes y las baldas, ya que resultan más decorativos que los armarios altos. Sin embargo, es esencial que no sean un foco de desorden ya que se verán desde el sofá.
Un consejo: coloca en los estantes algún cuadro, unos libros de cocina o unas plantas, para darle un toque que armonice con el resto de la decoración del salón.
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Para huecos difíciles
Las baldas son perfectas para aprovechar el espacio en zonas difíciles como las esquinas de la cocina, o un hueco junto a la ventana. No hace falta que los estantes sean demasiado largos, sino que se pueden colocar varios de la longitud adecuada. Este tipo de soluciones de almacenaje se adaptan de maravilla a cualquier rincón, aunando funcionalidad y decoración. Además, puedes combinar materiales como en la cocina de la imagen, una propuesta de Boca do Lobo, en la que los estantes de mármol se combinan con azulejos con diseño de rombos.
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El equilibrio, la clave del éxito
Una buena solución para resolver el dilema de estantes versus armarios altos, es combinar ambos en un mismo espacio. De esta manera dispondremos de una zona para guardar cerrada con puertas donde poner todo aquello que no queremos que se vea, y de unas baldas en las que colocar objetos con un objetivo más decorativo, que aporte ligereza visual y haga que la cocina parezca más amplia.
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Estantes DIY con cajas de madera
Una idea genial para hacerte con una zona de estantes en la cocina es colocar algunas cajas de madera en la pared. Elige cajas cuadradas, rectangulares o con otra forma, más o menos rústicas en función del estilo del mobiliario.
Pueden servirte las cajas de fruta antiguas o incluso puedes construir tus propias cajas con las tablas de un palet viejo: se trata de un proyecto DIY para contar con una zona de almacenaje muy práctica y decorativa.
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