Aunque pensemos que el sol es sinónimo de cosechas muy productivas, cuando con él van asociadas altas temperaturas e incluso periodos de canícula, acarrea problemas a nuestro huerto. Para que las frutas, verduras y hierbas aromáticas no se sequen o sufran en el cálido verano, sigue estos consejos y, a buen seguro, limitarás los daños que causa el calor en las plantas.
Leer más: Claves para iniciarte en la aventura de plantar un huerto: ¿por dónde empezar?
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Consecuencias si no se protege el huerto del calor
A medida que los veranos se vuelven más calurosos y secos, el huerto se resiente, dado que muchas hortalizas necesitan frescor y sombra para producir y pueden llegar a quemarse cuando reciben con fuerza los rayos solares y las lluvias son escasas. ¿Cómo les afecta llegar en ocasiones hasta a temperaturas superiores a los 40º C? Las consecuencias dependen de cada planta, algunas lechugas comienzan a tener las hojas duras e incomestibles y, por ejemplo, los nabos se vuelven amargos o el perejil se seca. Afortunadamente existen soluciones eficaces que protegen el huerto del calor, te las relatamos.
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Ayuda a regular el calor y a retener el agua
Olvídate de que un huerto bien cuidado en verano es el que recibe mucho riego, más importante resulta que los aportes hídricos no se evaporen rápidamente y ello lo lograrás mediante la aplicación de mantillos extendidos sobre el sustrato. Los hay de muchos tipos, como los de telas tejidas o de plástico, aunque lo más ecológico es apostar por elementos naturales, como paja, corteza de pino, recortes de hierba seca... Créelo, ¡frescura y humedad garantizadas!
Y con el añadido de que se suprimen las malas hierbas no deseadas y que, además, son grandes consumidoras de agua y atraen a las plagas.
Leer más: Cómo eliminar las malas hierbas del jardín y el huerto
Airea el sustrato
Por efecto del calor la tierra se seca y se forman costras. Rastrillando la superficie lograrás ahorrar agua de riego, puesto que facilitarás la penetración de esta en el sustrato. Mientras realizas esta tarea ten mucho cuidado de no dañar las raíces de tus frutas y verduras.
Incluso si hay extendido un mantillo (algo que, como hemos comentado resulta muy recomendable), conviene con cierta frecuencia retirarlo para airear el suelo y, posteriormente, volverlo a colocar.
Leer más: Estas son las flores que (indirectamente) cuidan de tu huerto
La importancia del abono
Las frutas y hortalizas tienen que ser abonadas en las estaciones de la primavera y el verano. El fertilizante no solo es vital para nutrir a las plantas, al mismo tiempo mejora la estructura del suelo y, en consecuencia, consigue que aumente su capacidad para retener agua. Así que no te lo pienses y abona para proteger el huerto de las altas temperaturas.
Por cierto, cuidado con pasarte con el abono, pues puede debilitar tu cultivo.
Leer más: Fertilizantes caseros que funcionan (y otros que debes desterrar)
El momento adecuado para regar
Igual que las personas, en verano las plantas necesitan un mayor aporte de agua o se deshidratarán, pero no vale darles de ‘beber’ a cualquier hora, sin duda es vital evitar regar el huerto durante el día a pleno sol. Selecciona las horas más frescas, es decir, a primera hora de la mañana o las últimas horas del día, cuando el sol comience a esconderse. Otra recomendación: no emplees agua fría, mejor si la temperatura está incluso templada.
Leer más: Los errores más habituales a la hora de regar las plantas y cómo evitarlos
¿Te sueles marchar de vacaciones?
Si vas a ausentarte de casa durante varias semanas (por ejemplo, porque pasas tiempo en una segunda residencia o disfrutas de varias semanas de vacaciones), para no tener descuidado el riego instala un sistema por goteo que puedes hacer que riegue lentamente a lo largo de toda la jornada o, programarlo para que solo lo haga a ciertas horas del día.
Si necesitas una solución ingeniosa y sostenible piensa en que el agua de riego puede ser alimentada por un tanque que recupere el agua de lluvia. Así lograrás ahorros en las facturas de este suministro y será beneficioso para el medio ambiente pues España ya es uno de los países más secos de toda Europa.
Leer más: ¿Sabes cuál es el mejor sistema de riego para tu jardín?
¿Cuándo crear zonas de sombra?
Existen algunas plantas de nuestro huerto que se sentirán cómodas a pleno sol, pero también otras que agradecerán que se les procure sombra en las horas centrales del día, con la irradiación es fuerte. Cañizos y mallas a modo de toldo pueden servir para ello, así como tendales permanentes (como el de la imagen).
Puedes emplear sombreados en el caso, por ejemplo, de las fresas, las lechugas, las acelgas, las remolachas, las berenjenas o los tomates y ve comprobando que estas frutas y verduras reciben bien esta protección solar. Al menor signo de decaimiento de la planta, elimina esta sombra porque será señal de que demanda más luz.
Hay que organizar con antelación
Ya se sabe que una de las claves del huerto doméstico es no apostar por el monocultivo. Así que, en invierno es buena época para plantear la organización de nuestro huerto (dado que muchas tareas disminuyen). En esos meses planifica dónde sembrar las plantas más sensibles al sol y da con su ubicación perfecta. Verás como así tu huerto será muy productivo y podrás disfrutar de unos excelentes productos ‘kilómetro 0’ cultivados por ti mismo.
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