Vivir de puertas para adentro ya no tiene sentido en un momento en el que necesitamos, y nos hemos dado cuenta (el confinamiento nos ha obligado a ello), que el exterior forme parte de nuestro día a día. Por ello, se produce una apertura de la casa no solo desde dentro, sino que se genera un diálogo entre el exterior y el interior de la vivienda, buscando que este sea una parte esencial en el desarrollo de nuestra vida. Además, hay que sumarle el buen tiempo que disfrutamos en nuestro país gran parte del año, factor que nos ayuda a contar con el jardín, la terraza o el balcón no solo en verano, sino también en primavera y otoño e, incluso, durante algunos días de invierno en los que sale el sol. La tendencia de decoración ‘outdoor living’ ha irrumpido este verano, pero viene dispuesta a mantenerse todo el año, vivas en un piso urbano o en una casa a las afueras. Estas son sus claves.
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Colores naturales
Los colores neutros, que van desde distintos matices del blanco hasta los grises, son clave en este estilo decorativo ligado directamente a la naturaleza y la calma. Junto a ellos los tonos tierra, ocres y tostados conviven en total armonía. Esta atmósfera suave y tranquila, puede verse ‘interrumpida’ por un color 100% natural, como es el verde, que estrecha los lazos directos con el jardín y el aire libre y que ha dado lugar a la tendencia ‘green-pocalypse’. Una tendencia que hace del verde su mejor aliado para tener contacto directo con la naturaleza desde el sofá del salón o la mesa de comedor.
Luz natural
La luz es uno de los lujos a los que no debemos renunciar por su poder en el diseño de los espacios y su capacidad para hacernos sentir bien. Al apostar por grandes ventanales, esta se cuela libremente y establece recorridos directos entre las estancias cercanas. Debes evitar que encuentre cortapisas en su camino, como muebles demasiados altos junto a las ventanas o cortinas opacas que fomentan la oscuridad total. Además, procura que fluya ligera y alcance todos los rincones, también los que están muchas veces obligados a vivir en la sombra, como un pasillo o un recibidor.
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Espacios en calma
La naturaleza potencia la calma y la armonía. Por eso, es importante que, al entrar en casa, te inunde cierta sensación de paz, que sea capaz de con solo cerrar una puerta y abrir las ventanas entrar en un espacio protegido y a salvo del ruido exterior y del estrés de sus calles. Esta sensación debe crearse a través de una decoración tranquila y sin estridencias, donde no haya exceso de equipaje, que contribuya al caos visual, sino que sean muebles y piezas funcionales, que nos faciliten la vida y favorezcan nuestro descanso.
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Grandes ventanales
Para lograr una mejor comunicación entre ambos y producir esa sensación de continuidad, las fachadas de cristal se convierten en los mejores aliados de esta tendencia de decoración. Así, grandes, correderos y sin apenas perfiles logran que, al abrirse, las barreras entre el interior y el exterior se diluyan por arte de magia, ampliando las vistas hacia el paisaje que rodea a la vivienda. Eso sí, es tan importante es el tamaño como su óptimo aislamiento térmico y acústico.
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Materiales naturales
La madera, el mármol, el cobre, textiles como algodón o lino y, por supuesto, las fibras vegetales se convierten en los mejores embajadores de un estilo que conecta interior y exterior creando un comedor con vistas o un ‘chill out’ que mira a la chimenea del salón. Sin olvidar, el lado sostenible de los mismos y la importancia del uso de materiales reciclados o procedentes de bosques gestionados de forma responsable. La artesanía y los productos de cercanía se convierten en parte esencial del ‘outdoor living’. Un estilo que no solo apuesta por la naturaleza, sino que también la cuida.
A juego
Para que ambos espacios formen un todo, es necesario que recurran a un estilo decorativo similar, que nos permite extender los límites de la casa hacia fuera, manteniendo unidad en los muebles, las telas y los colores. Resulta primordial que se decoren ambos en total sintonía, sin renunciar ni a la calidad ni a la funcionalidad. Para ello, ha de tenerse en cuenta las condiciones del exterior, para que el mobiliario sobreviva fuera todo el año. En este ambiente, las piezas aptas para dentro y fuera de casa (cada vez hay más que cumplen estos requisitos) son buenas aliadas para lograr esa integración de manera natural.
Generar sensaciones
Pero esta tendencia de decoración, que tiene todo para ser la reina del verano y del invierno, va más allá de comunicar la casa con su entorno, ya que realmente se trata de fusionarlo, para que la casa sea un jardín y el jardín una casa. Esta unión, que puede ser para toda la temporada y toda una vida juntos, debe crear sensaciones que afecten a tu estado de ánimo, pero también a la manera de vivir. Debe ser posible comer mientras contemplas el jardín nevado o florido, pero también al revés, bañarte en la piscina y ver el salón con su cálida sensación de hogar. Se trata de una comunicación que funciona tanto para un lado como para el otro, y en la que no debe haber interrupciones o poca cobertura.
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Plantas y más plantas
Necesitamos que en nuestras estancias haya plantas y formen parte activa de la decoración de interiores. Las ponemos sobre los muebles, las colgamos del techo, las colocamos en el suelo… Nos rodeamos de ella y de su frescura y vitalidad. Más que un rincón tropical, que en verano puede funcionar muy bien, queremos que se integren sin excesos, para que podamos convivir con ellas, de la misma manera que hacemos en el jardín. Para crear este particular oasis, es preciso tener en cuenta tanto motivos decorativos y gustos como criterios de sostenibilidad y un fácil mantenimiento. Debemos huir de todo aquello que suponga un problema en nuestra vida diaria y que nos exija demasiado a nosotros y al medio ambiente. Tampoco hay que olvidar el papel de las macetas, cuya combinación de materiales, formas y tamaños es clave para conseguir una decoración orgánica.
Viejas estancias, nuevos usos
De la misma manera que recuperamos el papel del balcón y lo sumamos al interior de la casa, el patio ha recuperado todo su esplendor, convirtiéndose en el pulmón verde de nuestra vivienda urbana. Un espacio cada vez más aprovechado y querido que amplía los metros y nos ayuda a conectar con el exterior de manera natural. Las viviendas con patio son uno de los ‘must’ de la decoración actual.