No solamente es una de las piezas más decorativas en un dormitorio, sino que también cumple una función práctica. El cabecero es un elemento clave y elegirlo no siempre es fácil. A veces no encontramos un diseño que nos guste, o no tiene las dimensiones adecuadas. Una posibilidad a nuestro alcance es crear nuestro propio cabecero tapizado: se trata de un proyecto DIY fácil de llevar a la práctica.
La magia decorativa de los cabeceros tapizados
Existen varios tipos de cabeceros: de madera, de metal, tapizados, de fibras vegetales, etc. El material determina el estilo y el diseño.
Los cabeceros tapizados no solamente resultan decorativos, sino que también añaden comodidad a tu cama. Tienen un amplio repertorio de ventajas. Para empezar, protegen la pared evitando que se roce y se ensucie y, además, resultan aislantes.
También son un elemento decorativo muy especial, que se convierte en el centro de la habitación.
Por último, los cabeceros tapizados aportan confort y te ayudan a estar más cómodo si te gusta leer o ver la tele en la cama.
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Elige un cabecero a tu estilo
Dentro del conjunto de cabeceros tapizados existen varios tipos diferentes. Puedes elegir un diseño de líneas rectas o un cabecero con formas curvas y sinuosas, más clásico y decorado. A la hora de tapizar tú mismo el cabecero el trabajo te resultará más fácil si optas por uno que tenga una forma sencilla.
También hay cabeceros rematados por tachuelas, o tapizados con la técnica capitoné. En estos últimos el acolchado lleva botones que se reparten de forma geométrica por la superficie del cabecero y crean un diseño propio y especial, con un efecto muy mullido.
Una tarea sencilla
No hace falta ser un experto en bricolaje para llevar a cabo este proyecto DIY. Tapizar un cabecero es una tarea sencilla, para la que solo es necesario conocer la técnica y contar con las herramientas adecuadas.
Aunque no es un trabajo fácil si se trata de butacas, sofás y otros muebles más complejos, tapizar un cabecero no entraña la misma complejidad, sobre todo cuando se trata de un modelo de formas simples.
Un consejo: si puedes conseguir que otra persona te ayude a la hora de tapizar el cabecero, tanto mejor. Se trata de una pieza voluminosa que cuesta manejar. Entre dos el trabajo será más fácil.
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Los mejores tejidos para tapizar
A la hora de elegir el tejido para tu cabecero nuevo, tendrás que optar por telas de tapicería, que sean fuertes y resistentes. Conviene que sean tejidos gruesos, ya que será necesario tensar mucho la tela, que debe soportar la tensión sin problemas.
Por otro lado, lo mejor es elegir telas fáciles de limpiar o con algún tratamiento que las haga resistentes a las manchas. Algodones, linos, terciopelos, chenillas, piel o polipiel, etc. Cada tipo de tejido será perfecto en cada caso, en función de si buscas un resultado más o menos elegante, moderno, clásico, etc.
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Materiales y herramientas
Para crear tu propio cabecero tapizado no necesitas muchas cosas. Te hace falta una tabla de contrachapado de 1,5 cm de grosor, aproximadamente. Lo mejor es que elijas una tabla rectangular.
También has de contar con gomaespuma de 2,5 cm de grosor con las mismas dimensiones de la tabla. Una capa de guata más grande que el cabecero (debe medir unos 30 cm más que la tabla, tanto en horizontal como en vertical). Busca también la tela de tapicería que más te guste, una moldura de tachuelas, pegamento en spray, hembrillas, tacos y alcayatas (para fijar el cabecero a la pared).
En cuanto a las herramientas, hazte con una grapadora de tapicero, manual o eléctrica, y grapas. También necesitarás unas tijeras, un martillo, un metro y un cúter.
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Paso 1. Cortar las piezas a la medida adecuada
Para hacer tu propio cabecero tapizado el primer paso consiste en cortar la tabla a la medida adecuada. Si puedes, compra la tabla ya cortada con las dimensiones que necesitas.
Mide y corta la gomaespuma a la misma medida de la tabla utilizando un cúter afilado. Después recorta la guata dejando un margen de unos 15 cm por los cuatro lados de la tabla.
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Paso 2. Preparar el relleno
Coloca la gomaespuma sobre la tabla de contrachapado y pégala con el adhesivo en spray, para evitar que se mueva. No es necesario que quede muy pegada, bastará con que pongas un poco de pegamento en las esquinas de la tabla.
Después coloca la guata sobre la gomaespuma y dobla los bordes hacia la parte trasera de la tabla, sujetándola con las grapas procurando que quede bien estirada.
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Paso 3. Colocar y sujetar la tela
Recorta la tela con la que vas a tapizar el cabecero de forma que quede una franja suficiente para envolver los bordes y graparla por detrás. Si está arrugada o tiene algún doblez, plánchala para que quede totalmente lisa.
Para trabajar más cómodamente puedes extender la tela sobre el suelo con el reverso hacia arriba (extiende primero un plástico para que no se manche la tela), y después colocar el cabecero con la guata hacia abajo. Así te resultará más fácil ir grapando la tela. Pon una grapa cada 3 cm aproximadamente: primero en un lado en el centro y depués en el lado contrario. La clave de esta tarea es tensar bastante la tela de forma que no quede ninguna arruga.
Ten cuidado con las esquinas: es la zona que puede traerte más complicaciones. Dobla con cuidado la tela, recorta el sobrante y pon la grapa.
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Paso 4. Coloca la moldura de tachuelas
Ya tienes el cabecero tapizado. Sin embargo, si quieres darle un toque más decorativo puedes clavar una moldura de tachuelas metálicas fijándola con el martillo. Una vez colocada, da la sensación de ser una fila de tachuelas sueltas clavadas en el cabecero. El efecto es muy decorativo.
Coloca dos hembrillas en la parte trasera de la tabla para poder sujetarla a la pared con tacos y alcayatas. ¡Ya puedes disfrutar de tu nuevo cabecero!
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