Por las venas de Lola León Domecq , hija del empresario Tomás León y de Lola Domecq, corren muchos siglos de historia. Descendiente de la legendaria familia de bodegueros jerezanos, se encuentra vinculada a otros personajes históricos, como Regla Manjón, condesa de Lebrija y considerada la “Médici andaluza” por su gran labor de mecenazgo, o Juan de Moreda, uno de los comerciantes más influyentes de la ruta que unía Sanlúcar de Barrameda con el Nuevo Mundo en el siglo XVII.
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Construida en 1569, es uno de los ejemplos más bellos de las residencias de los ‘cargadores a Indias’, los mercaderes que se dedicaban al comercio con el Nuevo Mundo
Al margen de levantar en la ciudad gaditana un floreciente negocio ultramarino, este mercader adquirió la majestuosa Casa de Moreda, uno de los ejemplos más bellos y mejor conservados de las casas-palacios de “cargadores a Indias”, nombre que recibían estos mercantes en aquella época. También conocida hoy como Casa Manjón, está repartida en varias estancias: salones, biblioteca, oratorio, jardín y un patio porticado con columnas. Adaptado a los tiempos actuales, el edificio, uno de los ejemplos más fabulosos del barroco sanluqueño, continúa siendo un fiel reflejo del poder que sus primeros propietarios aglutinaron entonces.
Cuatro siglos después, Lolita, como su círculo más cercano se refiere a ella, nos recibe en este magnífico tesoro arquitectónico que sus antecesores han sabido mantener a pesar de guerras, revoluciones y demás avatares. Lo hace acompañada de sus hijos, Sofía y Pedro, de diez y siete años, nacidos de su matrimonio con el publicista italiano Emanuele Manzini.
Aunque reside habitualmente en Madrid, esta profesional del sector de la cosmética de lujo, que ahora se dedica al cuidado de sus pequeños, se traslada todos los veranos hasta aquí para disfrutar de la gastronomía local, las paradisíacas playas del sur o la lectura, su pasión. Y, por supuesto, del indescriptible placer de viajar a un fascinante pasado sin la necesidad de levantarse del sillón.
—¿Cuál es la historia de esta casa?
—Se construyó en mil quinientos sesenta y nueve, pero pertenece a nuestra familia desde mil seiscientos sesenta y dos. Ese año la compró Juan de Moreda, quien se dedicó al comercio y la navegación hasta el Nuevo Mundo. A su vez, fue capitán de la Carrera de Indias, como se llamaba la ruta comercial que, en el siglo XVII, unía Castilla con sus virreinatos americanos.
La casa-palacio, exponente del barroco sanluqueño, está repartida en varias estancias y cuenta con biblioteca, oratorio y un fabuloso patio porticado con columnas
—¿Cómo ha logrado sobrevivir a tantas generaciones?
—Somos una familia clásica y nos gusta conservar nuestras tradiciones. Y, por tanto, el amor por este lugar va de generación en generación. A mí me lo transmitieron mis abuelos ¡y mis padres, Tomás y Lola! Ellos son amantes del campo, los caballos, los toros y, además, les apasionan las antigüedades. ¡Lo llevan en las venas!
—Has veraneado aquí desde pequeña. ¿De qué modo te influyó crecer en un sitio tan especial?
—¡Un privilegio! Es un remanso de paz y un punto de reunión con todos mis tíos y primos.
—¿Recuerdas lo que más te impresionó cuando entraste por primera vez?
—¡El patio! Y el oratorio, con un retablo de estilo barroco. Es muy especial y en él se han celebrado algunos acontecimientos familiares, como bodas.
Entre los personajes que la han visitado destacan el Rey Alfonso XII y los infantes don Alfonso de Orleans y Borbón y su mujer, Beatriz de Sajonia-Coburgo
—También hay obras de arte y un rico mobiliario. Háblame de ello...
—Como decía, siempre hemos sido amantes del arte y las antigüedades. Para mí, la pieza más especial es un bargueño napolitano que heredó mi madre. En cambio, el valor de la residencia está en su arquitectura, que representa uno de los pocos edificios de cargadores a Indias que se conservan en Sanlúcar de Barrameda.
—¿Qué significa que ahora tus hijos, Sofía y Pedro, también disfruten de este lugar?
—Me gusta que puedan vivir en una casa cargada de historia. Ellos se divierten en cualquier recoveco. ¡Les encanta curiosear y descubrir cosas nuevas! Montan a caballo desde muy pequeños y disfrutan mucho de Sanlúcar, especialmente en verano, que es cuando más tiempo pasamos aquí.
—¿Ya les has hablado de la responsabilidad histórica que supone mantener un edificio con semejante pasado?
—Siempre hemos tenido un gran sentido de la responsabilidad con su conservación. Sabemos que es muy especial y pretendemos que siga por muchas generaciones.
—¿Qué es lo que haces cuando te instalas aquí?
—¡No me quiero mover! Disfruto al máximo la tranquilidad y el entorno. Solemos dar comidas y disfrutamos al máximo con familia y amigos. Un espacio como este facilita mucho la labor de anfitriona. ¡La gente se queda encantada del ambiente que se respira!
“Siempre hemos tenido un gran sentido de la responsabilidad con su conservación. Sabemos que es muy especial y pretendemos que siga por muchas generaciones”
—Efectivamente, tiene una gran historia, porque ha sobrevivido a muchos acontecimientos…
—A guerras y revoluciones. Por ejemplo, la ocuparon los franceses… Afortunadamente, se ha sabido recuperar y ha sido devuelta a su esplendor original.
“Me gusta que mis hijos, Sofía y Pedro, puedan vivir en una casa cargada de historia. Ellos se divierten en cualquier recoveco. ¡Les encanta curiosear y descubrir cosas nuevas!”
—¿Cuál es el miembro de tu familia que más contribuyó a su conservación?
—Todos mis antepasados han ayudado a su realce. Gracias a ellos, hemos recibido este legado que mantenemos con mucho orgullo. Destacaría a Regla Manjón, condesa de Lebrija, y a Pedro Armero Manjón, conde de Bustillo. Y también a mi abuela paterna, Pilar Domecq Aguirre, a la que le otorgaron el Premio de la Conservación de Inmuebles, en dos mil siete, por su labor.
—Regla Manjón, la famosa condesa de Lebrija, era una gran mecenas y una mujer muy culta. De hecho, entre sus amigos, se encontraban muchos literatos relevantes de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX que desfilaron por aquí y por su palacio de la calle Cuna, de Sevilla. ¿Qué otros invitados relevantes han visitado la Casa de Moreda?
—Mi abuela y mi padre me han contado muchas historias. Han pasado muchas personalidades influyentes. Entre otros, Su Majestad el Rey Alfonso XII, que vino a visitar la casa y su bodega, y los infantes don Alfonso de Orleans y Borbón, nieto de la Reina Isabel II, y su mujer, Beatriz de Sajonia-Coburgo, también han estado, ya que vivían en Sanlúcar.
—Pedro Domecq, el hermano de tu bisabuelo, era marqués de Domecq. ¿Cuál es tu relación con las famosas bodegas jerezanas?
—Mi padre y mi tío Santiago han recuperado recientemente las Bodegas León Domecq, un negocio que era propiedad de mi bisabuelo Tomás Domecq Rivero y de su hermano, Pedro Domecq, el marqués de Domecq. Tradicionalmente, se dedicaban al envejecimiento de los vinos y vinagres que vendían a otras bodegas, y ahora, han empezado a embotellar vinos muy viejos de excelente calidad.
Rafael de León, letrista de canciones populares como “Ojos verdes” o “María de la O”, es antepasado de Lola: “Mi abuela me contaba que venía en verano de visita y recitaba sus poesías”
—Otro de tus antepasados fue Rafael de León, poeta y letrista de numerosas canciones populares, como Tatuaje, Ojos verdes o María de la O, interpretadas por artistas como Concha Piquer, Lola Flores o Marifé de Triana. ¿Qué historias has escuchado sobre él?
—Mi abuela me contaba que venía en verano de visita y recitaba sus poesías. Era muy querido y valorado por todos.
—Y cuando viajas hasta Sanlúcar con tu marido y tus hijos, ¿dónde te escapas?
—¡Hay muchísimos sitios! Me gusta levantarme temprano, al amanecer, e ir al paseo marítimo. Muchos días puedo ver jinetes corriendo por la playa a caballo. Me encanta salir a comer a Balbino, Bajo de Guía, Bodegón de Lola o Casa Pepe Ramírez. Soy una gran lectora y disfruto haciendo deporte. Intento llevar una vida sana y equilibrada. Después de haber trabajado muchos años en una empresa de cosmética de lujo, decidí dar un vuelco a mi vida y dedicarme por completo a mi familia…. ¡y también poder viajar entre Madrid y Cádiz!
—El de Sanlúcar fue el puerto elegido por Cristóbal Colón para partir hacia su tercer viaje tras descubrir el Nuevo Mundo. ¿Por qué este enclave es tan especial?
—Sanlúcar fue una ciudad muy importante debido a su localización, ya que, en efecto, era puerto comercial con las Américas. Por ello, muchas familias ilustres se establecieron aquí, coincidiendo la Edad de Oro, en los siglos XVI y XVII, en la que gobernaban los duques de Medina Sidonia. Por eso, ellos poseen los archivos de todo el descubrimiento de América.
—Antes de despedirnos, Casa de Moreda es prácticamente un palacio. Teniendo en cuenta la magia de este lugar, ¿has comprobado si también lo habita algún fantasma?
—El entorno es ideal para todo tipo de historias. Siempre hemos contado anécdotas que nunca sabremos si eran verdad o si nos hemos dejado llevar un poco por el ambiente… (Risas).
Aquí también vivió la famosa condesa de Lebrija, considerada la “Médici andaluza”, por su gran labor de mecenazgo, y amiga de de los intelectuales más relevantes