¿Sabías que hay un montón de cosas que tienes en casa que pueden ayudarte a cuidar las plantas? Y es que muchos alimentos que consumimos y productos que usamos para limpiar, correctamente aplicados, pueden ser sustitutos de abonos o insecticidas químicos. Además de ahorrar algo de dinero, la mayoría de estos productos no harán daño a tus mascotas y, además, son ecológicos. ¿Se puede pedir más? Te hablamos de 9 cosas que tienes en casa, como el jabón o el vinagre, entre otras, que te ayudarán a proporcionar un mejor cuidado a tus plantas. Y, sobre todo, más natural.
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Vinagre
Una las características del vinagre es que tiene un montón de usos y aplicaciones para las plantas. Una de las más comunes es como regulador del pH de las plantas. Si el agua de tu zona está muy calcificada, puedes acidificarla con una cucharada de vinagre por cada litro de agua. ¡Pero hay más! También sirve para desinfectar tus macetas y semilleros y para crear una trampa para los insectos y proteger tus plantas de la mosca de la fruta. Incluso lo puedes emplear como repelente de hormigas (echándolo sin diluir alrededor de las macetas). También puede usar el vinagre como herbicida si no quieres que en una zona de tu jardín no crezcan ni plantas ni hongos de ningún tipo. Échalo en el sustrato directamente.
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Jabón
Aunque no deberías utilizar cualquier jabón. Para las plantas, el jabón más adecuado es el jabón potásico, muy útil en la limpieza de casa y, también, contra ciertas plagas que pueden atacar tus plantas. De hecho, se emplea como insecticida y acaracida contra el pulgón, la cochinilla, mosca, blanca, trips y araña roja, entre otros. Incluso puede utilizarse como fungicida contra la negrilla, siempre que tu planta se encuentre en los primeros niveles de infección.
Para utilizarlo, calienta un litro de agua y echa 25 gr. de jabón potásico. Dale vueltas hasta que se disuelva y espera a que el agua con jabón se enfríe. Échalo en una botella con spray y pulveriza los tallos y las hojas por el envés. Repite el tratamiento hasta que las la plaga haya desaparecido cada 3 o 4 días y tantas veces como sea necesario.
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Bicarbonato
Este ingrediente, que utilizamos en repostería, lavar la ropa y hasta en la limpieza de casa, también puede emplearse como fungicida contra tus plantas. Qué versátil, ¿verdad? La capacidad del bicarbonato como antiácido natural hará que los hongos no puedan sobrevivir en un ambienta tan ácido.
Para aplicarlo sobre tus plantas, mezcla una cucharada de bicarbonato de sodio y una cucharada de jabón natural y neutro en un litro de agua. Puedes fumigarlo sobre la planta o, si la infección de hongos es muy severa, hazlo sobre el sustrato sin encharcar la maceta.
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El agua del acuario
Si tienes pececillos en casa, cuando limpies el acuario, no deseches el agua. ¡Sirve como abono para tus plantas! Y es que esta agua no contiene cloro, pero sí nitratos, fosfatos, microelementos y otras sustancias orgánicas que, al descomponerse, fertilizarán la tierra de tus plantas. Así estarás abonando tus plantas y ahorrando agua. Ahora, si has tratado el agua del acuario para alguna enfermedad ya sea con cobre, azul de metileno, verde de malaquita o formaldehído, no la uses, ya que provocarás que tus plantas crezcan más despacio.
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Cerveza
Y, no, no necesitarás mucha. Valdrá con la sobrante de un botellín o una lata o la que tienes en la nevera y que ha perdido el gas. La cerveza es un gran aliado en la cocina, pero también puede ayudarte con las plantas. Tiene proteínas, levaduras y minerales como calcio, magnesio, fósforo y potasio, perfectos para cuidar a tus plantas y potenciar su crecimiento. Para utilizarla, echa tres cucharadas de cerveza en un litro de agua y úsala para regar tus plantas. Si utilizas este remedio casero en tus plantas de exterior, verás cómo, además, ahuyenta los caracoles y atrae a las mariposas.
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Cáscaras de huevo
Cuando te hagas una tortilla o unos huevos revueltos, no tires las cáscaras. Úsalas para abonar tus plantas. Y es que cuentan con nutrientes como el carbonato de calcio, muy beneficioso para las plantas de interior, las de exterior y hasta el huerto. Para usarlas, machácalas bien con el mortero hasta que quede como un fino polvo y añádelas en la base de cada planta. También sirve para reducir la acidez del suelo (al contrario que el vinagre), de manera que, si colocas unas cáscaras machacadas en el sustrato con frecuencia, conseguirás reducir su acidez.
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Germinados de lentejas
Hacer germinados de lentejas en casa es muy fácil. Tan solo necesitas colocar un algodón humedecido dentro de un frasco de cristal y añadir unas lentejas secas. Presiona suavemente el algodón para que las lentejas se empapen y mantén la humedad durante varios días hasta que veas cómo crecen. Para utilizarlo en tus plantas como abono y enraizante. Tritura el germinado de lentejas en agua y cuélalo, quitando los restos de las lentejas. Después, mezcla este una parte de este líquido con diez partes de agua y úsala como riego.
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Clavos oxidados
Si has visto que en tu caja de herramientas hay algún clavo oxidado o has detectado que un mueble que vas a tirar cuenta con alguno, no los tires. Y es que el ácido férrico del óxido puede ayudarte a acidificar el sustrato de tus plantas. Para usarlos, échalos en un recipiente con agua (mejor si es grande, como una garrafa) y déjalo reposar durante varios días. Después, úsala para regar.
También puedes introducir directamente los clavos en la tierra (con cuidado de no ponerlos donde se puedan pisar o dañar a alguien), de manera que vayan liberando poco a poco el ácido férrico en el sustrato y variando el pH a uno más ácido.
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