La fresia es una planta bulbosa de fácil cultivo que resulta perfecta para decorar el interior de tu casa y también el jardín. Su floración, que tiene lugar en primavera o verano según la variedad, es todo un espectáculo digno de disfrutar, gracias a sus flores de intensos colores. ¿Quieres saber los cuidados que necesita para cultivarla? ¡Toma nota!
Una planta bulbosa
Se trata de una planta que crece a partir de bulbos, o también llamados cormos, que se siembran en otoño. Estos deben estar duros al tacto. Si los notas blandos, mejor recházalos, porque puede ser que estén dañados.
Planta los bulbos de fresia en otoño, siempre que las temperaturas no sean demasiado bajas, ya que se trata de una planta que no tolera las heladas.
Si la vas a cultivar en maceta, plántala después del verano y colócala en un lugar soleado pero a cubierto. Crecerá muy bien si la mantienes en el interior durante el invierno.
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Floración espectacular
La fresia hace gala de unas preciosas flores que nacen de tallos largos, cada uno de los cuales puede tener unas 6 o 7 flores de forma acampanada. Pueden ser de diferentes colores, desde el blanco al rojo pasando por el amarillo, el anaranjado, rosa, morado o azul.
Una de las características principales de las flores de fresia es su riquísima e intensa fragancia, en especial la de las variedades de flores blancas y amarillas, que son las más aromáticas.
Más de una variedad
Existen diferentes variedades de fresia, y cada una de ellas posee rasgos propios que la distinguen del resto, aunque todas ellas se cuidan de una forma similar y necesitan las mismas atenciones.
- Freesia glandiflora. Es una de las fresias de mayor tamaño. Florece en verano y también en otoño.
- Freesia x hybrida. En primavera y en verano se llena de flores de diferentes colores. Hay una gran multitud de plantas de fresia híbridas con flores diferentes.
- Freesia laxa. Presenta unas flores de color rojo rosado muy llamativas. Florece en primavera.
- Freesia refracta. También es en primavera cuando aparecen sus flores de color amarillo claro y muy fragantes.
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Color en el jardín
A la hora de buscarle un lugar en el jardín, procura sembrarla a pleno sol o en semisombra, en un terreno bien drenado para que no se encharquen sus raíces al regarla.
Para plantar los bulbosa de fresia, una vez hayas decidido dónde ponerlos, haz un agujero de unos 5 cm y coloca el bulbo con la parte puntiaguda hace arriba, cubriéndolo con 2 o 3 cm de tierra. Ten la precaución de dejar suficiente espacio entre los bulbos (unos 8 cm aproximadamente), y riega abundantemente después de sembrar. Es importante que los bulbos tengan suficiente humedad hasta que brote la planta.
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En el interior
Cultivar fresias dentro de casa es una buena idea, sobre todo si el clima es riguroso y las temperaturas en invierno son muy frías. En ese caso esta planta estará mucho mejor en el interior, siempre que la pongas allí donde reciba la suficiente luz natural.
Puedes ponerla cerca de una ventana, en un espacio soleado y fresco, alejada de los radiadores o de otras fuentes de calor. Y procura que el lugar esté bien ventilado, aunque debes proteger a tu fresia de las corrientes de aire.
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El sustrato ideal
La fresia no es demasiado exigente con el sustrato, aunque sí debe estar bien drenado y aireado. Aunque prefiere un suelo ligeramente ácido, crecerá bien si el pH del terreno es neutro. Una opción es mezclar sustrato universal, mantillo y arena, para mejorar el drenaje. De esta forma será más fácil controlar que la tierra no se encharque.
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¿Cómo hay que regarla?
Cuando las plantas de fresia hayan brotado, tendrás que regarlas de manera abundante durante su periodo de crecimiento, de forma que el terreno esté siempre húmedo.
La fresia necesita mucha agua cuando está creciendo, aunque debes vigilar que no se produzcan encharcamientos que podrían hacer que los bulbos se pudran.
Un consejo: si ves que las hojas de tu fresia se ponen amarillas, deberás reducir la frecuencia del riego.
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Plagas y enfermedades
Si bien la fresia no es una planta delicada que atraiga a muchas plagas, sí puede sufrir el ataque de algunos insectos como pulgones, ácaros o caracoles y babosas. Cuando el ambiente es muy seco aumenta el riesgo de que la ataque la araña roja, por lo que tendrás que regarla más.
En cuanto a las enfermedades que sufre la fresia, destacan el fusarium, que hace que se sequen las hojas y las raíces, por lo que es necesario eliminar los bulbos, y la botritis, que provoca manchas grises en hojas y flores. En ese caso, hay que eliminar las partes de la planta que estén afectadas.
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La belleza de un ramo
La fresia es una planta perfecta para utilizar como flor cortada. Si las cultivas en tu jardín, podrás cortar algunas de sus flores de vez en cuando para hacer ramos veraniegos y disfrutar de su belleza en casa.
- Las flores de la fresia duran mucho tiempo frescas: hasta tres semanas.
- Son muy fragantes y hacen gala de una gran belleza. - Corta las flores a primera hora de la mañana, que es cuando están más frescas.
- Ponlas inmediatamente en un florero o un jarrón con agua, añade un conservante floral y cambia el agua con frecuencia. Corta los tallos en diagonal antes de ponerlos en el agua.
- No pongas las flores a pleno sol ni tampoco cerca de un frutero. Las frutas destilan etileno, un gas que acelera el envejecimiento de las flores.
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