Si hay algo que el interiorista donostiarra Mikel Irastorza sabe hacer es sorprender y combinar estilos decorativos, de una manera tan espectacular como sencilla. Este piso, situado en un edificio modernista del Eixample de Barcelona, es una prueba, ya que recupera elementos típicamente modernistas, como los suelos cerámicos y las molduras, incorporando una paleta cromática divertida y rompedora y diseños ‘mid century’ que aportan emoción en todo su recorrido, respetando el pasado, pero diseñando el futuro.
Oda al pasado
Tras una reforma integral, que no dejé (casi) nada en pie, el resultado fue perfecto, bajo una interpretación del diseño modernista catalán y haciendo una oda al pasado de la vivienda. Sin duda, las molduras ornamentales de los techos y los suelos cerámicos de colores daban forma a un fondo ideal para después incluir una ‘deco’ atrevida y rompedora.
Reforma integral
Como el piso llevaba muchos años cerrado, se encontraba en muy mal estado, sus estructuras estaban muy deterioradas y su distribución compartimentada resultaba poco práctica para la vida actual. “Cambiamos absolutamente todo y llevamos a cabo una reforma integral. Eso sí, sacamos moldes de las molduras del techo originales que quedaban en la casa y logramos reinterpretar lo que originalmente pudo existir”, explica Irastorza. Para lograrlo, introdujo pinceladas de color mediante el cuadro de Wang Hualqing y la alfombra bereber que adquirió en Marrakech, y el toque ‘mid century’ del aparador danés y la butaca alemana.
Distribución moderna
Para llevar a cabo una distribución más acorde a nuestros días, se derribaron prácticamente todos los tabiques divisores y se empezó de cero con el salón como protagonista de la casa. Además de los materiales que se recuperaron, se añadió tarima en el estar y las habitaciones, con el fin de aportar calidez al ambiente, junto a algunas alfombras de colores; mientras que para el resto de estancias se eligió un pavimento nuevo con ‘look’ antiguo.
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A todo color
El color es otro de los aspectos clave en este proyecto de interiorismo. Así, en las paredes se puede ver una paleta de pinturas intensa, como el verde eucalipto, que, además de darle carácter a los ambientes, consigue resaltar el blanco de los techos y, por consiguiente, las fantásticas molduras. Una vez creada la caja ideal, Mikel Irastorza le dio su particular toque, con un estilo ecléctico, con espíritu modernista catalán y aires ‘mid century’ para lograr efectos sorprendentes. Para ello, incorporó muebles y objetos decorativos adquiridos en Berlín y en Francia, como las butacas francesas de los años 70 o los cuadros del pintor alemán Georg Karl Pfahler.
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Un toque ‘arty’
El color se apodera no solo de las paredes, sino que salta a los muebles, las alfombras y los objetos, como ocurre con esta estantería amarilla del salón comprada en Lisboa. Mientras que los cuadros y obras de arte se reparten por sus paredes, de forma sorprendente, combinando marcos de distintas tonalidades, tamaños y motivos y, sin embargo, logrando armonía y equilibrio visual. Los adornos también forman parte de este universo artístico, dado su carácter escultural.
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Cocina retro
La cocina, amplia y llamativa en acabados, no tiene nada que envidiar al salón, tanto por dimensiones como por poder decorativo, donde los azulejos modernistas originales de las paredes se reutilizaron aquí, creando una estancia tan funcional para el día a día actual, como encantadora y bonita para disfrutar. Dado los metros y la abundante luz natural, los muebles de madera oscura no empequeñecen ni oscurecen, sino que, al revés, aportan su dosis de estilo particular y realzan el aire señorial presente en toda la vivienda.
Comedor revestido de azulejos
Integrado en la cocina, el pavimento cerámico azul, negro y blanco y el zócalo alto de las paredes, que decora y protege al mismo tiempo, aporta un toque retro, potenciando la sensación de espacio vivido, donde transcurre la vida en familia alrededor de una mesa con sobre blanco y patas metálicas negras. Llama la atención el asiento tapizado de las sillas, que mantiene el mismo juego ‘vintage’ que los revestimientos y los apliques daneses de Please Wait to be Seated.
Dormitorio principal con papel pintado
Si en el resto de la casa, los azulejos eran la seña principal, en el dormitorio principal es el papel pintado (de Elitis) el encargado de dar forma al espacio, con permiso de las molduras del techo. Decorado en tonos naturales, con beis, marrones y dorados, destaca el espejo de Thai Natura sobre el cabecero y la ropa de cama, especialmente los cojines con motivos geométricos. Con salida directa a la terraza, la luz natural forma también parte de la decoración de interiores, realzando la belleza, la calidez y la calma de la estancia.
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Terraza urbana
Este espectacular piso del Exaimple de Barcelona cuenta con una fabulosa terraza, todo un lujo en el centro de la ciudad. Con pavimento de madera también se persigue el color a través de piezas desenfadadas y divertidas, entre las que destaca la silla Acapulco roja, las mesitas auxiliares y la alfombra de rayas azules, que aporta un aire distendido y moderno. Para dar frescor, se han colocado jardineras con plantas trepadoras en todo el perímetro y se han situado macetas de barro con especies frondosas y exuberantes.
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Comedor exterior
Dado que en Barcelona se puede disfrutar del exterior durante gran parte del año, se ha habilitado un comedor al aire libre, protegido del sol y las miradas indiscretas de los vecinos por una pérgola de cañizo. Para mantener la continuidad de estilo con el interior, se ha colocado una cenefa vertical de azulejos blancos y negros, que aportan dinamismo y rompen con la uniformidad del ambiente. Las sillas verdes, que comparten color con las enredaderas que se cuelan por la barandilla, son un acierto al poner también una pincelada cromática atrevida.
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