Cierto que las cocinas blancas son las más populares. Son atemporales, ofrecen un look limpio y, sea cuales sean tus gustos, se adaptan a todos los estilos decorativos, como la prístina cocina blanca de Bora que precede a estas líneas. Pero, aunque bonitas, atemporales y elegantes, ¡todo el mundo tiene una cocina blanca! En el lado contrario, las cocinas de color. Tanto si quieres un espacio original, llamativo y desenfadado como si buscas una opción elegante y moderna, en esta selección de cocinas en distintos colores, encontrarás las inspiración que estabas buscando. ¡Larga vida al color!
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Cocinas de madera, otra opción clásica, pero renovada
Las cocinas de madera tuvieron su auge hace años, aunque el blanco les cogió el relevo. Ahora, la madera vuelve a ser protagonista en muchas cocinas. Y todo gracias a los diseños abiertos, que piden muebles que encajen con la decoración del salón y pasen desapercibidas. En este contexto, la madera de nogal ha ganado la batalla a otras maderas con acabados más claros. Para darle luminosidad, el blanco es el aliado perfecto. Colócalo en la zona del office o mediante complementos, como ha hecho aquí el Estudio de diseño y decoración de PortobelloStreet, y no perderás esa sensación de luminosidad.
Cocinas negras, la elegancia en el espacio de trabajo
Aunque este neutro tiene fama de oscurecer los espacios y empequeñecerlos, si tu cocina cuenta con luz natural, puede ser una opción moderna para los muebles de la cocina. E incluso la encimera, como en esta propuesta de Mobalpa. Nuestra recomendación es que elijas un diseño minimalista, limpio y sin tiradores, ya que el poder decorativo del negro es altísimo. ¿Y la calidez? Puedes llevarla mediante un acabado de madera en el suelo. Puedes utilizar madera maciza (siempre que se cuide y se trate con protectores naturales que alarguen su vida), suelos laminados (hay muchos modelos resistentes al traqueteo de una cocina) o cerámicos con acabado en madera.
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Gris, otro neutro que no falla
Y lo mejor es que se adapta, igual que el blanco, a muchos estilos decorativos. Rústico, como vemos en la imagen de apertura de este artículo, si lo combinas con vigas de madera, suelos hidráulicos y azulejos tipo metro; o moderno, sin tiradores y un diseño lineal, como en este diseño de la interiorista Pia Capdevila. Pintando las paredes de blanco, la luminosidad estará garantizada. Y, como ves, funciona a la perfección en cocinas grandes. Pero también en cocinas pequeñas.
Verde grisáceo, la vitalidad hecha cocina
¿Que quieres una cocina de color, pero que no sea demasiado llamativa? Decántate por un color frío suavizado con matices grises, ya sea azul o verde, como en esta propuesta de Iago Blanco. Como en otras ocasiones, la madera y el color blanco pueden ser tus aliados, pero a diferencia del resto de propuestas, emplea la madera en alguno de los muebles mejor que en el suelo (que será mejor revestir con un color grisáceo que no quite protagonismo al color). ¿Y el blanco? Ubícalo en la encimera y en las paredes. La luminosidad no se verá comprometida.
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Color taupé, el color de moda en decoración
Entre el gris y el beige, el color tapué o color topo es otro de esos colores que ha ido ganando protagonismo en decoración gracias a su versatilidad. Y es que aporta la calidez del beige y el estilo moderno del gris con un resultado atemporal, cálido y muy acogedor. Y funciona bien en cocinas abiertas o cerradas, grandes y pequeñas. Como ejemplo este proyecto de la interiorista Pia Capdevila. Y, además gracias a que es tan versátil, combina muy bien con otros materiales, como la madera o el mármol, y colores, aunque preferiblemente neutros, como el blanco o el negro.
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Verde oliva, el estilo más campestre
Y sí, puedes llevarlo a la ciudad, como en la cocina de un piso ubicado en la ciudad y reformado por el Estudio Espejo&Goyanes. Para darle ese halo rústico, lo más adecuado es elegir muebles con molduras y pequeños tiradores e, incluso, colocar una vitrina o una estantería abierta que se convierta en el mejor espacio para lucir tu cristalería, vajilla o juego de té favorito. Para un toque más campestre, no dudes en colocar un fregadero tipo granja o farmhouse. ¡El resultado será de diez!
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Coral, el color de las cocinas desenfadadas
Hace un par de años, el color coral se erigía como Color del Año de Pantone y comenzó a verde en grandes dosis en la decoración. Un buen ejemplo es este espacio diseñado por Miele y Delta Cocinas para Casa Decor. Aunque se trata de un color llamativo, es una atrevida opción que quedará genial en una cocina grande y con mucha luz. Combinado, además, con materiales nobles, como el mármol, no perderá su estilo actual y moderno.
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Amarillo, un color vital ideal para espacios pequeños
Siempre y cuando no se abuse, el color amarillo puede ser una opción perfecta para una cocina pequeña. Lo ideal es destinarlo a los muebles y decorar las paredes, el antepecho y la encimera con otros colores. Para que haya contraste, elige un tono claro, como el blanco que se sume a la luminosidad del blanco, y uno oscuro que deje que el amarillo se luzca. ¿Arriesgado? Sí, pero también único, juvenil y alegre.
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Color burdeos, moderno, elegante y muy vistoso
Otra opción para llevar el color a tu cocina es el burdeos, un color elegante y atemporal que se mantiene vigente pasen los años que pasen. En esta propuesta de Rehau, el color burdeos protagonizan los muebles de una cocina lineal, de diseño minimalista y sencillo, que prescinde de los tiradores y otros artificios. ¡Y es que este color ya decora por sí solo! Ahora, si no quieres que se vea oscura, elige una encimera blanca, color que puedes llevar también a alguno de los estantes abiertos, de manera que el mueble respire. También lo puedes colocar en el antepecho, si buscas más luminosidad, o en negro, como en esta propuesta, si quieres dotarla de profundidad.
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Azul oscuro, ¡qué elegante te ves!
Y más cuando se combina con elegantes y señoriales materiales como el mármol que protagoniza no solo la encimera, sino también el antepecho y hasta parte del revestimiento de la campana de obra. El azul oscuro es un color perfecto para dar vida a una cocina pequeña si lo que quieres es que llame la atención. Ahora, si prefieres que pase desapercibida, emplea mejor un neutro como el blanco, el gris o el taupé de los que hemos hablado anteriormente.
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Si no te atreves con los muebles…
¡Lleva el color a las paredes! Y es que si ya tienes tu cocina, pero buscas un poco de vitalidad y color, pintar las paredes de un color llamativo puede ser la alternativa perfecta. Utiliza un tono intenso que conceda profundidad, como el azul verdoso de esta propuesta de IKEA. Pero, ¿qué pasa si buscas más luminosidad, pero el blanco no te convence? Prueba a pintar las paredes de un amarillo suave o empapelar una de ellas con un papel pintado vital y llamativo.
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