La vida de Missy Bridgers cambió radicalmente cuando conoció a su marido, Eduard de Guardiola, hace doce años, en Atlanta. Missy, americana, promotora inmobiliaria y diseñadora de interiores es una de las mujeres más destacadas de la alta sociedad de Palm Beach . Los orígenes familiares de su marido se sitúan en San Sebastián. Los une la gran pasión para construir hogares elegantes y espectaculares.
Hoy nos reciben en su impresionante casa de estilo mediterráneo, a la que han llamado ‘Villa Tramonti’, en homenaje a los atardeceres de la costa de Amalfi , donde la pareja pasó su luna de miel. Desde el gran arco de piedra de la entrada principal se percibe la magnificencia de la mansión, con una decoración de inspiración italiana que combina el gusto clásico y el arte contemporáneo. Las obras de Julian Opie, Gisela Colón, Robb Wynn, Nir Hod, Cándida Álvarez, Nancy Lorenz y Kadir López cuentan la pasión por el coleccionismo del matrimonio de Guardiola, refinados conocedores y con exquisito gusto.
De estilo mediterráneo y con impresionantes vistas, se llama ‘Villa Tramonti’, en homenaje a los atardeceres de la costa Amalfitana, donde la pareja pasó su luna de miel
—¿Puedes contarnos tu historia?
—Soy de Carolina del Norte, de ascendencia alemana y he vivido en Atlanta durante veinticinco años. Antes de eso, residí en Nueva York tres años. Hice mi carrera en banca. Conocí a mi marido, Eduard de Guardiola, en una fiesta de Navidad el diecinueve de diciembre de dos mil diez y, desde ese momento, no nos hemos separado. Él emigró con su familia desde Cuba a Estados Unidos cuando tenía cinco años. Se crió en Coral Gables, en Florida. La nuestra es una historia de amor de cuento de hadas. Durante quince años vivimos en Atlanta, a menos de un kilómetro el uno del otro, pero jamás nos cruzamos ni llegamos a conocernos.
“Cuando la vimos por primera vez, Eduard dijo que era la casa de sus sueños porque está en el número 353, y es el mes y el año de su nacimiento. Yo diría que así tenía que ser”
—¿Y cómo os conocisteis entonces?
—Teníamos unos amigos que querían organizarnos una cita sorpresa, aunque, por supuesto, ninguno de los dos estábamos interesados en estas cosas. A mi marido le habían dado mi foto, que llevaba en el teléfono, y cuando entré en la fiesta en casa de mis amigos, se acercó y se presentó. Lo siguiente fue que estaba pasando la Nochebuena con la familia de Guardiola y el resto, como dicen, es historia…
—¿Os casasteis en Palm Beach?
—Nuestra primera cita fue en Palm Beach, nos casamos en Palm Beach y nos convertimos en residentes de Palm Beach durante la Covid. Al regresar de un cumpleaños en París descubrimos que el mundo se estaba cerrando y decidimos hacer de nuestra maravillosa casa nuestro hogar permanente. Y ha sido un lugar maravilloso para los dos. Volvemos a Atlanta cuatro días al mes y el resto de nuestra vida la pasamos en Palm Beach o en nuestra casa de Vail, donde disfrutamos esquiando y, en verano, dando largas caminatas. Soy una ávida jugadora de tenis, examazona y viajera por el mundo. Mi marido disfruta del tenis y de viajar también.
—¿Cómo comenzaste en el mundo inmobiliario?
—Sin saberlo, me convertí en promotora inmobiliaria en Palm Beach el día que mi marido y yo nos casamos. Cerramos la compra de nuestra primera propiedad como familia, que adquirimos a Bethesda by the Sea. Compramos el terreno y la casa, que derribamos para construir una nueva de estilo mediterráneo-moderno, acorde a lo que yo llamaría mi sentido estético. Ahí empecé, y he realizado otros seis proyectos.
“Sin saberlo, me convertí en promotora inmobiliaria en Palm Beach el día que mi marido y yo nos casamos. Cerramos la compra de nuestra primera propiedad como familia”
—¿Y de qué manera llegaste a esta casa?
—Llegó a nuestras vidas de una manera muy interesante. La primera casa que construí para Eduard y para mí se puso a la venta con un agente inmobiliario local que descubrió que habíamos adquirido otra propiedad. Y la señora que tenía en venta esta siempre había querido esa propiedad, cuyo contrato ya habíamos firmado. Para resumir una historia muy larga, llegamos a un acuerdo, le asignamos nuestro contrato y nos quedamos con esta casa. Comenzamos entonces un largo proceso de remodelación. Movimos y reconfiguramos cada pared y todo esto se hizo con mi equipo, de gran talento: mi arquitecto Roger Janssen, mi contratista René Alonso y mi diseñador de interiores Marc Thee, quienes realmente pueden leer mi mente. Mi equipo y yo hemos realizado tres proyectos de mucho éxito de principio a fin juntos.
—¿Qué otros proyectos has realizado?
—Marc Thee y yo terminamos recientemente una bonita casa adosada mediterránea cuyo interior hicimos completamente moderno. Las casas que he hecho se consideran todas como joyeros en Palm Beach. Recibo llamadas semanales de personas que me piden que me encargue de otros proyectos, y me siento bastante halagada, pero siempre los rechazo. Cada proyecto que hago está creado para que vivamos mi marido y yo, y construyo los espacios y la estética para nuestro estilo de vida.
“Eduard emigró con su familia desde Cuba a Estados Unidos cuando tenía cinco años. Se crió en Coral Gables, en Florida”, nos dice Missy de su marido, de ascendencia española
Nuestros amigos siempre preguntan si realmente vivimos en nuestros hogares, porque, si entras en cualquier momento en nuestra casa, todo está listo como para una sesión de fotos. Algunas personas interesantes han comprado mis proyectos, el más interesante diría que es Steve Wynn, el magnate de los casinos, que es prácticamente ciego, estuvo aquí en casa y compró una en el agua en doscientos treinta y cinco, vía Vizcaya , porque podía sentir esa calidad y estética tan cuidadas. Ahora él ha acuñado mi frase de que Palm Beach se está convirtiendo en Mónaco y, si miras los valores inmobiliarios en estos días, diría que yo estaba al cien por cien en lo cierto.
—¿Qué es lo que más te gusta?
—Me encanta la alta costura, la joyería, los coches veloces y el baloncesto de la NBA. Mi marido acaba de comprarme un porcentaje de los Golden State Warriors. A él le encantan los barcos, los aviones y las casas muy refinadas . Eduard es el presidente de nuestra familia y yo soy la directora ejecutiva. Cuando vimos por primera vez esta casa, Eduard dijo que era la casa de sus sueños porque el número, trescientos cincuenta y tres, es el mes y el año de su nacimiento. Yo diría que así tenía que ser.
“Cada proyecto que hago está creado para que vivamos mi marido y yo, y construyo los espacios y la estética para nuestro estilo de vida”
—¿Cómo es vuestra vida social en Palm Beach?
—Nuestro lema es que donamos generosamente y de forma anónima a las causas en las que creemos. Después de doce años en Palm Beach como residentes y, anteriormente, como residentes a tiempo parcial, nuestra vida social y grupo de amigos ha evolucionado. Mi objetivo siempre ha sido que la gente sienta que soy una de las personas más amables y simpáticas de Palm Beach, lo cual no es un objetivo fácil de lograr y, por lo que entiendo, actualmente lo he conseguido.
—¿Cuáles son tus rincones favoritos de la casa?
—Nuestras habitaciones favoritas son nuestro salón familiar y el nuevo bar que he construido y amueblado durante la pandemia. Marc Thee y yo hicimos un plan de diseño como si fuera un club lounge tipo Annabelles o el Harry’s Bar y creo que creamos algo intermedio.
—Hay muchas obras de arte.
—Me gusta mucho el arte del cubano Kadir López. Lo conocimos en abril de dos mil quince, en el primer viaje de mi marido a Cuba desde que se marchó de allí con cinco años. Me encanta la obra de Gisela Colón en mi dormitorio. Ella ha creado también dos exclusivos bolsos para Dior y tengo ambos. Hay muebles comprados en Francia y Marruecos durante mis largos viajes. He viajado por todo el mundo. Y hay piezas de porcelana de mi abuela. Mis abuelos tenían casas en Europa y aquí hay objetos que heredé de mi familia.
—Ahora estáis de vacaciones en España.
—Sí, estamos en España. Visitaremos Madrid, Marbella, Barcelona, Mallorca y quizás San Sebastián nuevamente.