Las flores frescas, aunque las preservadas se han hecho un hueco en el hogar, aportan un plus de frescura y estilo a nuestras estancias, logrando que el color y la alegría de la naturaleza se cuele dentro y nos transmita su vitalidad y fuerza. Son parte importante de la decoración de interiores y no hay diseñador que no se rinda a sus encantos. Kenzo Takada, por ejemplo, adoraba las peonías y cada semana renovaba sus arreglos. Sin embargo, debemos luchar con su felicidad efímera, de manera que logramos un ramo bonito, sin tener que ir cada semana a la floristería. Por eso, hemos recopilado las mejores ideas prácticas y trucos de tres expertos que harán que tus arreglos duren más tiempo igual de bonitos que el primer día.
La llegada a casa
Los cuidados empiezan desde el momento en el que el ramo llega a casa. “Es importante que las flores no estén demasiado tiempo fuera del agua. Como mucho un par de horas y jamás en un coche al sol. Una vez allí, retira el envoltorio, sin quitar la rafia que sujeta los tallos en su sitio y elige un jarrón”, aconsejan desde Sally Hambleton.
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Prepara el ramo
Tanto si lo has recibido como si te lo has comprado, cuando llegues a casa, retira el papel en el que vienen y deja que respiren. A continuación, "corta los tallos en diagonal para favorecer la absorción del agua", recomiendan desde metatopy.com. Además, debes tener en cuenta la altura: “Lo ideal es que el inicio del ramo se apoye en la boca del jarrón y que todos los tallos toquen el agua”.
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Hora de limpiar
Y no nos referimos solo al jarrón, que también, sino al propio tallo. “Quita aquellas hojas que queden por debajo del agua. Así, además de sanear las flores, harás que el ramo quede mucho más bonito en tu jarrón. De la misma forma si alguno de los pétalos está marchito, retíralos y haz que el resto pueda respirar y durar mucho más. Por cierto, si quieres que tus peonías (estamos en plena temporada) abran antes, ponlas en agua tibia, calentita, y en un entorno cálido. ¡No falla!”, aseguran desde Colvin.
Cambia el agua
Es uno de los pasos claves para presumir de ramo. Si en invierno, es recomendable cambiarle el agua cada dos o tres días, ahora debe hacerse a diario, para que siempre esté limpia y fresca. Ten en cuenta que hay variedades, como la rosas o los girasoles, que necesitan más, por lo que debes vigilarlas de cerca y, de vez en cuando, ponerlas agua tibia, para que resuciten. Es importante que los pétalos no se mojen, ya que podrían pudrirse. Recuerda que debes eliminar también las bacterias del agua, añadiendo unas gotas de lejía.
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Momento jarrón
¿Sabías que un jarrón limpio hará que tus ramos duren más tiempo? Por eso, "antes de colocar el ramo, quita cualquier hoja verde que pueda tocar el agua y limpia bien el jarrón para eliminar cualquier bacteria", aconsejan desde metatopy.com. La elección de un buen jarrón también es importante a la hora de que tus flores se conserven bien, ya que “un arreglo en un jarrón con una boca demasiado ancha no lucirá como debe y acabará abriéndose hacia los lados”.
Un consejo exprés
Ten cuidado con los diseños de cristal, ya que el agua puede enturbiarse y crear un antiestético efecto.
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Dónde ubicarlo
Elige una ubicación donde “no sufra cambios bruscos de temperatura, corrientes de aire o calor intenso", dicen desde Sally Hambleton. En esta época, huye de aquellos rincones que reciban el sol directo y, por supuesto, no lo pongas bajo el aparato de aire acondicionado o cerca de la nevera, por ejemplo, ya que es una importante fuente de calor. Por cierto, tampoco es un buen lugar cerca de un frutero, especialmente con manzanas (la que más gas contiene), ya que su cercanía, debido al etileno, acelerará su descomposición.
Un extra de nutrientes
Es importante que, además de agua, añadas un nutriente, que incorpore biocida, que elimina bacterias y hongos, sacarosa e, incluso, algún aditivo ácido que avive el color. Puedes comprarlo, todas las floristerías lo tienen y suelen dártelo cuando adquieres el ramo, o puedes optar por uno casero. Así, puedes reemplazar los típicos sobrecitos por una cucharada de azúcar o miel.
Colvin va más allá y nos da la fórmula para que hagas tu propio nutriente en casa. Solo necesitas agua, azúcar y limón. “Llena un vasito de agua con el zumo de medio limón. Añade una cucharadita de azúcar y mezcla todo de forma enérgica. A continuación, diluye la mezcla en el agua fresca y limpia del jarrón”.
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El poder de la aspirina
Si quieres que tus ramos vivan felices durante más tiempo, disuelve dos aspirinas en agua tibia y añádeselas al agua. Este remedio casero, además de para el dolor de cabeza, alarga la vida de tus ramos, logrando, además, que luzcan mejor cara, ya que hace que los tallos permitan el paso del agua. Una cucharada de limón también es una buena alternativa.
Mantenimiento
Tan importante es la llegada a casa como los cuiados en los días posteriores. Para asegurarte de que absorban bien el agua, recorta los tallos en diagonal, como hiciste cuando colocaste el ramo, unas tres veces a la semana. De esta manera, los tallos tendrán más superficie de contacto con el agua y la absorberán mejor, luciendo más frescos y bonitos.
La flor también importa
El tipo de flores también influye a la hora de alargar su durabilidad. De esta forma, las tropicales durarán menos, por ejemplo, ya que llevan varios días a sus espaldas hasta llegar hasta aquí. También hay flores, como claveles, gladiolos o crisantemos, que perduran más y aguantan más bonitas durante más tiempo. Y puestos a elegir, cuando vayas a comprar tu ramo, ten en cuenta que cuanto más cerradas estén, más tiempo estarán contigo.