Ventajas e inconvenientes de separar la cocina del salón con un tabique de cristal

¿Un espacio diáfano y abierto o totalmente compartimentado? Ambas posibilidades pueden resultar todo un éxito a la hora de planificar la distribución de nuestra casa. Y, como no podría ser de otra manera, ambas opciones tienen ciertos inconvenientes que es importante conocer y valorar.

Si estás pensando en instalar una pared de cristal que separe cocina y salón toma nota de estas consideraciones que te ayudarán a decidirte.

Para fans del open concept

¿A quién no le gustan los espacios abiertos? ¿Quién no se ha quedado extasiado alguna vez ante la visión de un loft amplio y diáfano, sin ningún tabique que dividiese los metros cuadrados? Sin embargo, los espacios abiertos también tienen sus problemas. Los tabiques de cristal vienen a ser una solución para paliar estos inconvenientes sin renunciar al concepto abierto del espacio.

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Cuándo merece la pena derribar tabiques

En ciertas ocasiones eliminar un tabique al uso entre la cocina y el salón ofrece muchas más ventajas que inconvenientes. En casas muy pequeñas, por ejemplo, en las que la cocina y el salón resultan poco espaciosos, quitar la pared que los separa hace que el interior se vea mucho más amplio y luminoso. En estos casos esta puede ser la mejor de las soluciones.

El resultado sería una cocina americana, abierta al salón. Una forma de organizar el espacio que también tiene numerosos seguidores, y no solamente en Estados Unidos, sino también en latitudes más próximas a nosotros.

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Una solución intermedia

La razón por la que las separaciones de cristal tienen tanto éxito es porque están a medio camino entre los espacios diáfanos, totalmente abiertos, y los tabiques de ladrillo habituales.

Una mampara acristalada mantiene cierta intimidad para cocina y salón, pero sin llegar a ser una pared inamovible. Separa los espacios, pero deja pasar la luz natural, y con ello no se pierde luminosidad.

Además, hay tantas posibilidades entre las que elegir que es imposible no encontrar un tipo de tabique que se adapte a tus necesidades. Puedes elegir puertas correderas de cristal para abrir o cerrar cuando lo desees, o también es posible construir un murete hasta media altura y colocar vidrio en la parte superior.

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Elegantes y muy decorativos

Existe una gran variedad de tabiques acristalados para separar ambientes en el interior de casa, y la mayoría de ellos resultan decorativos.

La estructura puede estar construida en madera o metal. Para los primeros se puede elegir un acabado en madera natural o pintado de blanco o de negro. Las estructuras metálicas suelen ir pintadas de negro, ya que se inspiran en el estilo industrial.

En cuanto al estilo, los tabiques pueden estar decorados con molduras de aire clásico, o mostrar un diseño más lineal y minimalista. Sea como sea el tabique elegido, lo cierto es que aportan un toque personal y diferente al espacio.

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Un amplio repertorio de ventajas

Si tenemos una planta abierta e instalamos un tabique de cristal para separar la cocina del salón, ganaremos en ciertos aspectos, ya que hay ciertas ventajas que están claras.

- Reducción del ruido. Una vivienda de planta abierta puede sufrir un problema de contaminación acústica. Si estás cocinando en una cocina abierta al salón es imposible que el ruido que hagas no llegue a aquellos que están, por ejemplo, disfrutando de su serie favorita. La pared de vidrio podría garantizar la tranquilidad en el salón, aunque otros miembros de la familia estén en la cocina.

- Olores bajo control. Cocinar produce humos y olores. Esto es así. En los espacios diáfanos es inevitable que estos olores salgan hacia el salón, por muy buena y eficaz que sea tu campana extractora. Los tabiques de cristal tienen la ventaja de evitar que esto suceda, ya que cierran el espacio e impiden que humos y olores se expandan libremente.

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Y algunos inconvenientes

Entre los inconvenientes que tienen las mamparas de cristal destaca el hecho de que exigen un mayor mantenimiento. Para empezar, el cristal es un material muy bello… pero también muy engorroso de limpiar. Atrae el polvo y, además, lo hace evidente, lo que te obliga a estar pendiente de mantenerlo limpio, con el esfuerzo añadido que esto supone.

Por otro lado, obliga a tener la cocina siempre impecable. ¿Te imaginas que no fuese así y que desde el salón tuviésemos una visión de la cocina revuelta y llena de carrachos sucios?

Otro inconveniente de los tabiques de cristal es que resultan  más caros que otras soluciones divisorias como las paredes de ladrillo o los paneles de yeso laminado tipo Pladur.

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¿Tabiques fijos, correderos o con puertas abatibles?

Si ya te has decidido a instalar una pared divisoria de cristal entre la cocina y el salón, ahora la cosa se complica un poco más: ¿la quieres fija o prefieres que se trate de paneles correderos? Esta última alternativa tiene la ventaja de que cuando quieras tener un espacio más amplio y diáfano solo tienes que abrir las puertas para conseguirlo. De la misma manera, podrás cerrarlas cuando lo necesites.

Por otro lado, los paneles de cristal correderos son más caros que los fijos, algo que también hay que tener en cuenta.

Otra opción posible es que la pared divisoria de cristal cuente con una puerta abatible que permita el acceso.

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La seguridad es prioritaria

Sea como sea la estructura elegida, ya se trate de madera o de metal, es fundamental asegurarse de que el cristal que van a emplear para construir el tabique es un vidrio templado de seguridad.

Ten en cuenta de que el material es sensible a los impactos, por lo que ha de cumplir con ciertas normas para ofrecer la garantía necesaria de que se evitará en lo posible cualquier tipo de accidente. Es lo mismo que ocurre con las mamparas de baño y ducha.

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¿Parcial o total?

Si te gustan los tabiques de cristal, pero no quieres una separación total entre la cocina y el salón, puedes elegir unas puertas correderas, o puedes optar por poner un tabique fijo que no cierre el espacio por completo, si no solamente la mitad. Es una solución sencilla que separa pero no aísla demasiado. Como inconveniente, no te salvará de que los humos y olores que se producen en la cocina alcancen el salón.

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