Son muchos los argumentos que avalan las tarimas para exterior sintéticas y las convierten en una alternativa real a las de maderas tropicales (generalmente más costosas y con mayores requisitos de mantenimiento, por no hablar de que no siempre proceden de explotaciones controladas). No obstante, y pese a su componente ‘tecnológico’, tampoco vamos a decirte que son la panacea. Mejor, analizamos sus pros y contras para que puedas hacer una elección bien meditada.
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¿Sabes qué son las tarimas exteriores sintéticas?
Conocidas también como tarimas de composite o ‘tecnológicas’, este tipo de tarimas están realizadas con un porcentaje de fibras de madera que se sitúa entre un 40 y un 60% de la composición final, que se combina con resinas o polímeros (polietileno, polipropileno, PVC…). El resultado es un producto disponible en una gran variedad de acabados y calidades, con numerosas ventajas tanto técnicas como estéticas.
Por otra parte, también hay versiones sin maderas, 100% realizadas en polímeros, como las que propone la firma Timbertech (en la imagen, un modelo en acabado oscuro de su colección Azek Vintage), que ofrece garantías de hasta 50 años frente a manchas y decoloración.
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Despreocúpate de la tarima de exterior
Inalterables frente a la acción del sol, la lluvia e incluso fenómenos climatológicos extremos como las heladas, sin duda, la principal ventaja de las tarimas sintéticas para exteriores es que no requieren ningún tipo de cuidado específico, como sí sucede con las de madera natural o el bambú (que tienden a agrisarse si no se les aplican aceites de forma periódica y pueden astillarse al resecarse).
Si además de que no requieren mantenimiento le añadimos que son muy estables, con contracciones y dilataciones mínimas, y que no son vulnerables frente a hongos o insectos, queda claro que se han ganado a pulso su calificación de ‘tecnológicas’. La de la imagen es una propuesta de Supertarima.
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¿Resultan una opción ecológica?
Hechas con un alto porcentaje de materiales reciclados como virutas y serrines, las tarimas de composite son una alternativa sostenible a las de madera natural. Además, una vez que finaliza su (larga) vida útil, pueden reciclarse, por lo que constituyen una solución muy adecuada desde el punto de vista medioambiental.
También se debe señalar que sus acabados cada vez más realistas, como el que propone la firma Pavimentus en su serie Pavideck Plus (en la imagen), las convierten en una opción tan estética como respetuosa con el entorno.
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Para gustos, colores
Junto con los acabados que imitan de forma cada vez más realista las maderas más habitualmente empleadas en tarimas de exterior, las variedades sintéticas pueden elegirse en colores que la madera no puede ofrecer: desde colores lisos a imitaciones de piedras naturales, el resultado es una mayor libertad creativa a la hora de diseñar el pavimento de la terraza o el jardín.
Para una aún mayor resistencia frente a la degradación del color, las manchas o los arañazos, hay gamas en las que las tablas incorporan un tratamiento encapsulado que optimiza sus prestaciones.
Algunas colecciones, como la Top Duo de Urban Deck, marca propia de Gabarró, ofrecen incluso lamas con dos tonalidades (gris y marfil) o variedades de madera (teca e ipé, en la imagen), que pueden elegirse o combinarse entre sí gracias a su diseño reversible.
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Prestaciones adicionales
Los acabados superficiales de las tarimas de composite son también diversos y abarcan desde la textura lisa a la que reproduce el grano de la madera o los ranurados. La incorporación de tratamientos superficiales antideslizantes (para una mayor seguridad incluso con los pies mojados), junto con la posibilidad de colocar las lamas por su cara lisa o ranurada, hace que sean una opción ideal en el borde de las piscinas.
Esta es una propuesta de Leroy Merlin con superficie ranurada, en un intenso acabado en color marrón chocolate.
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Fácil instalación
La colocación de las tarimas sintéticas para exterior es prácticamente igual a la de las tarimas de madera, aunque algo más sencilla por su fácil mecanización. Lo habitual es que las lamas se coloquen mediante clips ocultos sobre unos rastreles fijados previamente al suelo, para que el agua pueda drenar con facilidad.
Incluso algunos fabricantes, como Yvyra, han desarrollado innovadores sistemas de instalación como Magnet, que permite que las tablas encajen como imanes a los rastreles y convierten la tarima sintética en un pavimento practicable, como puede verse en la imagen, un detalle de lama de la serie Exterpark Magnet Composite. Es decir, en caso necesario, cualquier tabla puede instalarse y desinstalarse de forma manual y fácil asegurando siempre acceso al subsuelo sin obras ni complicaciones.
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Atención, ¡no todo son ventajas!
Ya habíamos advertido al principio que esta opción también tiene sus contras. Y es que, si bien las gamas altas de tarimas de exterior cumplen con todo lo que hemos explicado, el gran boom de estos productos ha hecho que hayan entrado en el mercado muchas calidades de tarimas sintéticas (algunas de ellas de bajas prestaciones). Así que, si no quieres tener que cambiar tu tarima exterior mucho antes de lo deseado, es importante elegir productos de firmas fabricantes o distribuidoras reconocidas debido a que aquí, más que en muchos otros ámbitos, lo barato puede salir muy caro, si tenemos en cuenta que, contrariamente a lo que pasa con la madera, una tarima sintética no acepta restauraciones superficiales.
Esta es una tarima sintética de exterior encapsulada, más resistente y totalmente antideslizante (con clasificación C3) de la firma Deckron.
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¿Se calientan mucho las tarimas sintéticas?
El hecho de que, por su composición, las tarimas de composites se calientan (mucho) más que las de madera y pueden llegar a hacer muy incómodo su uso con los pies descalzos es otro de los principales argumentos en contra de estos productos.
La buena noticia es que este problema se ha solucionado en gran medida en las tarimas ‘tecnológicas’ de gamas más altas. Ello se debe, sobre todo, a los diseños alveolares de las lamas (huecas en su interior), que favorecen la ventilación y evitan que se recalienten en exceso. Y, por supuesto, los colores oscuros concentrarán más calor que los claros, así que te recomendamos apostar por tonalidades suaves. La de la fotografía pertenece a la colección Relazzo, de Rehau, y es una propuesta que incorpora una capa protectora frente a los rayos UV.
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¿Y qué hay del precio?
Los pavimentos para exterior de composite pueden ser hasta un 40% más baratos que los de madera natural y tienen una vida útil de unos 20 años. De hecho, algunos fabricantes de tarimas de gama alta ofrecen garantías de 15 a 25 años. No obstante, no hay que olvidar que son varios los factores que influyen en el precio final de los productos, desde la composición de los materiales empleados hasta el tipo de diseño (las tablas macizas pueden ser más costosas que las alveolares, al igual que las encapsuladas).
Nuestro consejo: huye de las propuestas low cost e invierte en un producto del que, realmente, te puedas despreocupar, con el respaldo de una firma solvente.
La de la imagen es una propuesta de la serie Good Life, la gama más asequible de la firma Fiberon, que ofrece garantía de 25 años en uso residencial frente a decoloraciones y manchas.
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