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Orden en casa

Así debes guardar las mantas, edredones y ropa de invierno

Todo en orden tras el cambio de armario


Actualizado 26 de abril de 2022 - 13:43 CEST
© Victoria-Borodinova/Pexels

Llegando el buen tiempo, tu casa no solo te pide una limpieza de primavera. También es el momento de hacer el cambio de armario y sacar la ropa más fresquita para recibir las altas temperaturas como se merecen. Esta renovación implica rescatar tus blusas más ligeras, los vestidos veraniegos y los pantalones más finos, pero también tendrás que cambiar la ropa de cama y guardar los edredones y la ropa de abrigo en óptimas condiciones para que, la temporada que viene, estén limpios y en perfecto estado de revista. Te proponemos varios consejos para guardar las mantas y la ropa de abrigo. 

Leer: Trucos para ordenar y colocar la ropa dentro del armario

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© Westwing

Primero, lávalo todo

El momento idóneo para guardar el edredón, las mantas y la ropa de abrigo no responde a un día concreto en el calendario. Cada uno tiene una percepción del frío y del calor, así que cuando sientas que el edredón pesa demasiado y que las mantas te sobran, ha llegado la ocasión de  guardarlas. 

Pero antes de liarte la manta a la cabeza (nunca mejor dicho) y guardar la ropa de abrigo, tendrás que lavarla y dejar que se seque bien. Si tu edredón es de plumas, puedes lavarlo en la lavadora. Comprueba que no haya que comprimir mucho el edredón para introducirlo en la máquina, así como que no tenga ‘fugas’ por donde puedan escaparse el relleno. Utiliza un detergente suave y evita el suavizante. Después seca el edredón al aire libre. Si el edredón no cabe en la lavadora, es mejor que lo lleves a una tintorería. En el caso de las mantas de lana, sigue el mismo proceso. 

Leer: ¿Es posible lavar mantas y edredones en casa?

© Fagor

¿Qué hago con los abrigos?

Aunque parezca que está limpio, los abrigos tienden a coger olores o cuentan pequeñas manchas difíciles de apreciar. Por eso, los expertos recomiendan lavarlos, al menos, una vez al año, dependiendo del tejido con el que estén confeccionados tus abrigos, podrás o no lavarlos en casa. Casi todos los abrigos, sean del tejido que sean, pueden meterse en la lavadora –a excepción de los de cuero, ante o piel, que deberías llevarlos a una tintorería–. Lo importante es que no los laves a más de 30º, con un detergente suave y evitando siempre el suavizante. 

Un consejo: cuidado al lavar los abrigos de paño, ya que muchos podrían estropearse al lavarlos en la lavadora. Comprueba la etiqueta y, en caso de duda, llévalo mejor a una tintorería. 

Leer: 10 errores que cometes al hacer la colada (y cómo evitarlos)

© Leroy Merlin

Utiliza accesorios especiales para guardar la ropa

Las fundas para la ropa son la mejor alternativa para guardar desde las mantas a cualquier tipo de prenda sin dañarlas. La mayoría de modelos pueden adaptarse a los estantes superiores del armario y están dotados con una cremallera para proteger la ropa durante los meses que no la utilices. Al elegir una bolsa para guardar la ropa, mide bien su altura y anchura, de manera que aproveche cada centímetro de tu armario. Recuerda que deberás doblar bien cada manta o abrigo para que ocupe menos y, sobre todo, no se estropee. 

Hay bolsas para guardar la ropa que, en vez de abrirse por arriba, se abren por uno de los lados, de manera que si necesitas algo de su interior, no tendrás que sacarla del armario. Tan solo tendrás que acceder al contenido a través de su apertura frontal. Cómodo, útil y, sobre todo, ¡superpráctico!

Leer: La mejor distribución para el armario

© Shein

Bolsas de vacío, una solución para ahorrar centímetros

Otra alternativa para guardar la ropa en casas pequeñas o si te faltan metros en el armario, son las bolsas de vacío, con las que podrás ahorrar hasta un 75% del espacio y mantener tu ropa protegida del polvo, la suciedad y la humedad. Estas bolsas son perfectas para mantas, edredones, sábanas y hasta abrigos de plumas (las hay especiales para colgarlas de la barra del armario), aunque no son la mejor opción para prendas que se arrugan con facilidad, ya que después, probablemente, tengas que plancharlas cuando las recuperes (ya sea para el invierno o para el verano). 

Estas bolsas te cabrán en cualquier lugar, ya sea en el altillo de los armarios, en un lateral o, incluso, en el canapé de la cama. 

Leer: 10 ideas (realistas) para aumentar el espacio para guardar en el dormitorio

© IKEA

El bajo de la cama también es un buen lugar 

Si tu armario es pequeño o no te caben las mantas, edredones y ropa de invierno, hay otros sitios en los que puedes guardarla. El canapé de la cama es un mítico, pero si tu cama tiene una estructura normal y no cuentas con ese gran maletero, puedes hacerte con unos cajones o cajas que puedes colocar bajo la cama. Los hay de madera, de fibras e, incluso, valen las cajas de plástico con ruedas de toda la vida. La clave para que se mantenga la ropa limpia es protegerla en una bolsa ahorra de vacío de las que te hemos hablado o de plástico, de manera que no entre el polvo ni la suciedad. 

Leer: 13 ideas para guardar y ordenar el dormitorio (y no son un armario)

© Shein

Otros lugares en los que guardar la ropa de invierno 

Si no tienes espacio en los armarios de casa, una buena opción es guardar las bolsas con la ropa en las maletas o mochilas que no sueles utilizar y luego volver a dejarlas en su sitio. 

Otra alternativa para guardar la ropa más voluminosa de otra temporada y que no te ocupe sitio en casa es guardarla en el trastero o el garaje. Ahora, recuerda que debe ser un espacio limpio, seco y oscuro, de manera que la ropa no coja humedades ni le dé el sol, ya que podría dañarla. Para estos casos, lo mejor es utilizar bolsas opacas o meterlas dentro de un armario, bien protegidas de todos estos elementos. 

Para evitar que cojan malos olores, puedes incluir dentro de las bolsas de vacío unas toallitas para la secadora, que te ayudarán a conservar la tela de mantas y edredones fresca sin importar dónde las almacenes. 

Leer: Ideas que funcionan para mantener el orden en el trastero

© IKEA

De qué material elegir las bolsas para guardar mantas y ropa de abrigo

Lo mejor es emplear fundas o cajas de plástico, ya sean bolsas de vacío o de plástico duro. Este tipo de envases mantendrán protegidas tus mantas, edredones y ropa sin miedo a que se vean afectados por molestos insectos, como las polillas, que podrían destrozar todo el contenido. De hecho, evita siempre las cajas de cartón, ya que este material atrae a las polillas y podrías encontrarte tu ropa y edredón llenos de agujeros cuando quieras volver a usarlos el invierno que viene. 

Leer: ​​Cómo limpiar, guardar y organizar la ropa de casa para el cambio de temporada

© Etsy

Alternativas a la naftalina

Una opción de toda la vida para proteger tu ropa de las polillas de una temporada a otra es la naftalina, aunque este químico tiene un intenso olor que puede ser desagradable para muchos. Pero no es la única opción que tienes para proteger tu ropa y, ya de paso, perfumar tu armario. En lugar de naftalina, puedes utilizar hojas de lavanda o bolitas de cedro que, además de proteger tu ropa de las molestas polillas, conseguirán que la ropa que tienes guardada se mantenga con un olor muy agradable. 

También puedes utilizar hojas de laurel, aunque en estos casos es recomendable introducirlas en bolsas de algodón, ya que suelen partirse en trocitos. La pimienta es también muy buena opción, un poco triturada y también en bolsitas de algodón. 

Leer: Trucos y consejos para que tu armario siempre huela bien