Las fotos atrapan instantes de felicidad, por eso deben ocupar el sitio que merecen en la decoración de la casa, en lugar de dejarlas eternamente en Google Drive o en el móvil. Un viaje lejano, un cumpleaños, un simple paseo dominguero o las vacaciones de Semana Santa pueden tener cabida en tus paredes o muebles y prolongar los buenos momentos. Para que no caigan en el olvido (piensa en las mil carpetas de tu teléfono) es necesario saber de qué material dispones y hacer que muchas de ellas (deben ganarse el honor) vean la luz. Estas ideas de decoración te ayudarán a organizar tus fotos y convertirlas en hermosos recuerdos situados estratégicamente por tu casa.
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Valora el 'material' y clasifica
Antes incluso de imprimir o hacer una composición, es necesario organizar. En primer lugar, debes adoptar un método de orden en función de si están en el móvil, el ordenador o en una cámara y clasificarlas de la manera que te resulte más efectiva en carpetas por mes, año o tema. Lo principal es poder almacenar tus imágenes de forma fluida para encontrarlas fácilmente. También resulta práctico crear varias copias de seguridad en diferentes medios ('nube', ordenador, disco externo...) para no perderlas en caso de un problema técnico. Para ordenar las miles de fotos que se suele acumular, debes borrar todas las que no te gustan, están mal encuadradas o borrosas.
Piensa qué hacer con ellas
Hay muchas formas de jugar con tus fotos de vacaciones, según quieras colocarlas en un álbum o colgarlas o colocarlas en tu casa. También es importante elegir el formato, ya que los pequeños se pueden colocar en todas partes, mientras que las impresiones grandes son perfectas para realzar la pared o una pieza. El tamaño puede variar desde el clásico 10 x 15 cm para poner sobre la chimenea, el aparador del salón o la mesita de noche hasta el tamaño L, como 30 x 40 cm, para decorar las paredes e imprimir personalidad a un rincón del salón.
Vivan los álbumes
Aunque parecían una reliquia del pasado, los álbumes han vuelto en sintonía con los nuevos tiempos y prometen ser algo más que un libro escondido en la librería. Ahora es un bonito objeto decorativo que se exhibe en una mesa de centro entre las revistas o se coloca estratégicamente sobre un mueble del salón. Sin olvidar su carácter práctico que te permite almacenar gran cantidad de fotos. Existe una gran variedad de diseños y formatos, pero lo importante es que se puedan ver una y otra vez sin que se deterioren. Auténticos tesoros, para que sean el libro de tu vida, nada mejor que recurrir a aplicaciones que te permiten diseñarlo a tu manera o hacer un 'scrapbooking' en familia.
La foto ideal
Que no la perfecta. A veces ocurre que fotos en las que sales mal o está desenfocada te transmiten una agradable sensación, aunque no vayan a ganar un concurso de belleza. Como todo arte, la fotografía apela a los sentidos y es muy personal en términos de gusto. La decisión de exhibir una u otra imagen, debe tomarse en base a lo que te apetezca o sientas en ese momento, aunque esté lejos de la perfección. Las ‘robadas’ suelen funcionar siempre porque son espontáneas y frescas y, por el contrario, debes evitar aquellas en las que sales posando o son poco naturales. Necesitas recuerdos auténticos.
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Retocadas y listas
Nos buscamos que estén perfectas, sino que, aunque no sea nuestro mejor plano, sí diga algo de nosotras. Por eso, ¡viva el Photoshop! que nos permite mejorar y lograr que una foto del montón pueda ser un ‘fotón’. A veces, simplemente es necesario ajustar el brillo, el contraste y buscar el encuadre que resalte lo que queremos mostrar. Por cierto, imprimirlas en un buen papel y en un sitio especializado siempre es la mejor alternativa a tu impresora de casa con algunos colores desgastados.
¿Con o sin marco?
Una vez elegida la imagen, el papel y la composición que quieres crear, es el momento de decidir si llevan marco o no. Sin él resultan más modernas e informales, pero también pueden dar la sensación de que son un amor pasajero, ya que el marco logra que te fijes en ella y resalta su contenido. Una vez elegido el marco, recuerda que es mejor el cristal que el plástico, ya que este último puede desenfocar la imagen, y que el paspartú mejor de 5-7 centímetros que fino, para que dé mayor prestancia.
Dónde exponerlas
Una vez hecha la selección final, debes elegir aquellas más idóneas para decorar la casa y aquellas que se encuentran más cómodas en el álbum. Ten en cuenta que las fotografías de vacaciones de Semana Santa y verano, que suelen ser más artísticas, son perfectas para exhibirse en las zonas públicas de la casa, como el salón, el recibidor o el comedor, mientras que las íntimas y personales son una buena opción para decorar el dormitorio, el baño o el pasillo. Eso sí, ante todo deben ser evocadoras y hablarte, aunque sea al oído.
Cuestión de estilo
Decorar una pared con fotos aporta valor 'deco' al interiorismo y permite tener a la vista esas instantáneas que te traen buenos recuerdos. Para no equivocarte, sigue estos dos pasos. Empieza eligiendo entre todas las imágenes que acumulas en todos tus dispositivos (teléfono, cámaras digitales, ordenador…). Después, piensa en una composición y haz simulaciones en el ordenador: poniendo una al lado de la otra y viendo el efecto y volviendo a cambiar de lugar para ver cómo quedará en la pared mientras las ajustas bien. La elección debe ser variada y coherente y crear una serie que cuente una historia, un recuerdo, un viaje... Es importante que todas tengan la misma luz y encuadre que sirva de nexo de unión.
Colgadas en la pared
Así, además de decorar la pared, realzarás un rincón soso, aportarás personalidad a una estancia ‘gris’, como suele ser un despacho, y llenarás tu casa de buenas energías. Ten en cuenta que conviene colgarlas a la altura de los ojos y que deben estar en sintonía con la decoración y el mobiliario que las rodea. Si vas a combinar varias fotos, recuerda que deben tener un nexo de unión (marco, color, tema, tamaño…) y que las composiciones simétricas son las más sencillas.
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