Hay pocas plantas tan agradecidas como la cinta o lazo de amor: es una planta que necesita pocos cuidados, tiene un porte vistoso y elegante y es muy agradecida. Además, es una planta purificadora, que limpia el aire de manera efectiva cuando está decorando el interior de cualquier casa, aunque también puede colocarse en terrazas y jardines, siempre que no se vea expuesta a temperaturas bajo cero. Se trata de una planta colgante con muchos beneficios para la salud que alegrará cualquier rincón de tu casa. Te contamos todo lo que tienes que saber sobre la cinta o lazo de amor.
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Características de la cinta o lazo de amor
La cinta responde también a otros nombres como lazo de amor, araña o malamadre, siendo su acepción científica Chlorophytum comosum. La cinta es una planta perenne que pertenece a la familia Agavaceae y que procede de Sudáfrica. Este carácter tropical la hace perfecta para tenerla en casa, aunque en climas templados también puede prosperar en exterior siempre que no se ve afectada por heladas.
Uno de los mayores atractivos de la cinta es su porte colgante, gracias a sus hojas alargadas y puntiagudas que pueden ser de un verde intenso o ir de blanco en el interior a más verde en el exterior, o viceversa, dependiendo de la especie. No suele llegar a medir más de 60 cm, aunque sus hojas pueden superar los 75 cm. En primavera, desarrolla unos estolones (tallos que salen el tallo principal) de donde salen unas pequeñísimas flores de color blanco, muy delicadas.
Cabe destacar también que se trata de una planta que absorbe la humedad, por lo que es muy adecuada para decorar baños y cocinas. Asimismo, tampoco es perjudicial para tus mascotas.
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Beneficios de la cinta
El lazo de amor o malamadre es una planta purificadora, capaz de eliminar las impurezas del aire. En concreto, el Chlorophytum comosum es capaz de absorber hasta un 95% de monóxido de carbono del ambiente. También elimina del aire el formaldehído (560 microgramos por hora), presente en suelos, paredes, armarios, ropa y hasta productos de limpieza e higiene personal, así como el touleno (presente en combustibles como la gasolina o el carbón) y el xileno (presente en el humo del tabaco, pinturas, barnices y lacas, entre otros).
Además, aunque esta aplicación no es muy conocida, también se puede consumir en tés o infusiones. Para ello solo tienes que añadir las hojas de la cinta cuando el agua empiece a hervir. Asimismo, es empleada para hacer vaporizaciones, siguiendo el mismo proceso, e inhalando el aire caliente.
Tipos de cinta
Existen varios tipos de cinta, que pueden diferenciarse por la anchura y el color de sus hojas. Aun así, hay varias especies que son las más populares:
- Chlorophytum comosum ‘Variegatum’: sus hojas son blancas en los extremos y se van tornando a color verde en el interior.
- Chlorophytum comosum ‘Vittatum’: al revés que la anterior, esta cinta tiene las hojas de color verde en los extremos y una franja más blanquecina en el centro.
- Chlorophytum Laxum: este tipo de cinta o malamadre se caracteriza por tener las hojas de color verde.
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¿Cómo cuidar la cinta? La mejor ubicación
La cinta es una planta perfecta para principiantes o personas que no tienen mano con la jardinería, ya que necesita unos sencillos cuidados y que tolera bastante bien la humedad, uno de los errores más frecuentes en el cuidado de las plantas. Estos son sus principales cuidados:
- Iluminación: si está en interior, hay que colocarla en una estancia con mucha luz, pero alejada del sol directo. En el exterior, hay que ubicarla en posiciones de semisombra, donde no reciba el sol durante las horas centrales del día. Ten en cuenta que la luz directa puede secar sus hojas.
- Temperatura: es una de las claves que hace que sea una planta tan resistente y es que soporta temperaturas de -2 °C a 30 °C, evitando siempre someterla a heladas.
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Cuidados de la cinta: ¿cuándo se riega?
El riego es uno de los factores del cuidado de la cinta o lazo de amor más importantes. Se trata de planta que adora la humedad, por lo que será necesario darle riegos frecuentes durante el verano, entre dos y tres veces por semana, y reduciéndolos en invierno a uno semanal. Elimina el agua restante del plato al regarla y evita encharcarla.
Al ser una amante de la humedad, se aconseja pulverizar sus hojas con agua a temperatura ambiente.
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Buen drenaje y abonados regulares
Lo ideal es dotar a la tierra de un sustrato con un buen drenaje, para lo cual se recomienda crear una mezcla de ¾ partes de sustrato universal y ¼ de arena de río.
En cuanto al abono, lo ideal es proporcionarlo durante los meses de calor, de primavera a verano, se recomienda hacerlo cada dos semanas. En invierno y otoño solo será necesario hacerlo una vez al mes.
Finalmente, la cinta es una planta que no necesita ningún tipo de poda, aunque es necesario eliminar las hojas que se van quedando secas para eliminar posibles enfermedades.
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¿Cuándo trasplantar la cinta o lazo de amor?
Cuando veas que las raíces sobresalen por los agujeros de drenaje de la maceta, es recomendable trasplantarla a una más grande. Ahora, ten en cuenta que, cuanto más grande sea la maceta, más crecerá. De hecho, una opción es dividir la planta en dos o más durante el trasvase y trasplantarla en macetas diferentes.
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Cómo se reproduce la cinta o lazo de amor
Esta planta es muy sencilla de reproducir, gracias a los nuevos hijuelos que salen de sus tallos alargados. De hecho, si no se van a trasplantar, conviene también eliminarlos, ya que consumen mucha savia de la planta madre, que no recibirá los nutrientes que necesita y provoca un mal aspecto.
Para reproducirla, tan solo hay que cortar los hijuelos y enterrarlos en una maceta con una mezcla de ¾ partes de sustrato universal y ¼ de arena de río. Después, hay que regar la maceta y esperar a que enraíce.
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Enfermedades y plagas más comunes de la cinta o lazo de amor
Revisa tu cinta o lazo de amor y si ves que tiene alguno de estos síntomas, puede haberse visto afectada por una plaga o enfermedad:
- La punta de las hojas de mi cinta están secas: esto se debe a una falta de agua y ausencia de humedad en el ambiente. Riégala y pulveriza sus hojas con agua a temperatura ambiente.
- Las hojas de mi cinta están negras o muy marrones: suele ser debido a un hongo provocado por el exceso de humedad. La mejor solución es trasplantar la maceta, eliminando toda la tierra y cambiándola por sustrato nuevo. Elimina las partes dañadas y aplica un fungicida. En cuanto a la maceta en la que estaba la planta, se recomienda lavarla bien con lejía.
- Manchas blancas en el envés de las hojas: esto significa que la planta se ha visto afectada por la cochinilla algodonosa. Pueden eliminarse con un algodón empapado en alcohol desnaturalizado.
- Manchas amarillas en las hojas de la cinta: lo más probable es que tu cinta se haya visto afectada por una plaga de araña roja o ácaros. Para solucionarlo, se recomienda aumentar las pulverizaciones. En caso de una infestación muy grave, es mejor utilizar productos químicos específicos.
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