La cocina es una de las zonas con más ajetreo de toda la casa. En ella se realizan numerosas actividades que acaban por dejarse notar en las paredes, en el suelo o los muebles. Se trata de un espacio muy expuesto a las manchas, a la suciedad y el deterioro que necesita soluciones prácticas y eficaces. Si te has propuesto renovar la apariencia de tu cocina con pintura, antes debes saber qué tipo de producto necesitas.
Un entorno difícil de mantener
Cocinar, comer, hacer los deberes, trabajar, etc. Son tantas las actividades diarias que solemos realizar en la cocina que se convierte en uno de los espacios con más vida de la casa. Algo que incide directamente en su mantenimiento, pues la cocina se ensucia mucho más (y más rápidamente) que otras estancias, por lo que debemos estar atentos y proporcionarle el cuidado adecuado.
A la hora de renovar la cocina, la pintura puede convertirse en una buena opción. En este espacio se producen humos, vapores, salpicaduras, etc. No es el mejor entorno para utilizar revestimientos delicados. Los azulejos pueden ser muy prácticos, pero también lo es la pintura si sabemos elegir la más adecuada. En especial cuando se trata de las zonas más críticas: alrededor de los fuegos, el fregadero y la zona de trabajo.
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Elige siempre pinturas lavables
Es el requisito fundamental que tiene que cumplir cualquier pintura que vayas a emplear en la cocina, ya sea en las paredes, los azulejos o los muebles y armarios. Que la pintura se pueda limpiar fácilmente es muy importante, ya que se ensuciará sin remedio.
Si puedes limpiar las superficies pintadas, conseguirás que dure más tiempo y evitarás que tener que volver a pintar en poco tiempo. Entre las pinturas lavables existen varios tipos: pinturas al aceite, pinturas plásticas, esmaltes sintéticos y esmaltes acrílicos (al agua). Cada tipo es adecuado para un uso.
Para las paredes es mejor emplear pinturas plásticas, mientras que los esmaltes son adecuados para decorar los muebles.
Un consejo: utiliza, en la medida de lo posible, una pintura de calidad. La diferencia se notará considerablemente en la resistencia que ofrece a las manchas y al deterioro diario.
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¿Mate, satinado o brillante?
Cuando ya tengas claro qué tipo de pintura vas a utilizar, tendrás que decidir el color que prefieres y también el acabado. Este puede ser mate, satinado o brillante.
Si se trata de pintar las paredes, la recomendación es emplear una pintura plástica de calidad con un acabado satinado, en lugar de mate. Los acabados mate, tan decorativos, no son adecuados para espacios con tanto trasiego como la cocina, ya que disimulan peor las manchas y reflejan cualquier desperfecto que tenga tu pared. No resisten roces ni impactos, por lo que es mucho más práctico elegir un acabado satinado, con un matiz ligeramente brillante que, además, se limpiará más fácilmente.
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La mejor pintura para el techo
Aunque no nos demos cuenta cada día, el techo de la cocina se ensucia mucho con las actividades propias del día a día. El humo, el aire caliente, los vapores que se producen al cocinar van depositando en él grasa y suciedad que, al final, pasa a ser evidente.
Cuando renueves la cocina con pintura, presta especial atención al techo y utiliza un producto adecuado. Una pintura plástica lavable con acabado satinado es la mejor opción.
Actualizar los armarios
Si los muebles de tu cocina necesitan una buena renovación pero todavía no ha llegado el momento de cambiarlos puedes darles un aspecto totalmente nuevo con una mano de pintura. En este sentido, tanto el color que emplees como el tipo de acabado es cuestión de gustos.
Sin embargo, hay ciertas consideraciones que se pueden tener en cuenta para elegir la mejor opción posible. En caso de que los muebles sean viejos y estén deteriorados es mejor emplear una pintura mate, ya que el brillo resaltará más los desperfectos, golpes y arañazos que tengan los armarios. Si, por el contrario, los muebles son nuevos le darás un aire muy actual con una pintura de alto brillo.
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Cómo pintar los muebles
Pintar los armarios de la cocina es ese tipo de trabajos que no te atreves a realizar porque piensas que va a resultar un completo desastre. Sin embargo, no es tan difícil y puedes salir airoso de la tarea, si sabes cómo llevar a cabo el proyecto.
Para empezar, necesitas un espacio adecuado para trabajar, con una mesa de trabajo en la que pintar puertas y frentes de cajón. El resultado es mejor si desmontas las puertas y las pintas en horizontal.
Al elegir la pintura, es buena idea decidirse por un esmalte, acrílico o sintético. Si bien siempre se ha considerado que los esmaltes sintéticos son más resistentes, hoy día los acrílicos se han mejorado mucho y son la opción más fácil y práctica. Ahora son resistentes y, además, se limpian con agua, no huelen y tardan menos en secar.
Usa un rodillo de espuma para pintar puertas y superficies lisas y una brocha del tamaño adecuado si tienen molduras. Deja secar el tiempo recomendado y aplica una segunda mano.
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Pintar los azulejos
Los revestimientos de azulejos continúan siendo muy empleados en la cocina, ya que resultan prácticos, duraderos y fáciles de limpiar. Además, las últimas tendencias en cerámica nos traen diseños y colores realmente atractivos.
Sin embargo, si tus paredes de azulejo son antiguas y ya no te gustan, siempre puedes camuflarlas bajo una capa de pintura. Solo tienes que buscar el producto específico, adecuado para pintar azulejos.
Hay esmaltes sintéticos y acrílicos para decorar superficies no porosas como las de las baldosas de la pared, así como pinturas epoxi muy resistentes. Lo importante es elegir una pintura que sea resistente al agua para que resulte duradera y se pueda limpiar fácilmente.
En cuanto al acabado, ya sabes que el efecto mate deja a la vista los defectos, mientras que el satinado los disimula mejor.
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El trabajo, paso a paso
Pintar los azulejos de la cocina es una tarea a tu alcance, siempre que tengas una mínima habilidad para este tipo de tareas y trabajes con método.
Comienza por retirar de las paredes cualquier adorno o elemento que pueda entorpecer el trabajo y limpia los azulejos a fondo con un producto quitagrasas. Deben estar completamente libres de polvo, grasa o manchas. Pinta primero las juntas con un pincel estrecho y después utiliza un rodillo para los azulejos.
Si vas a pintar las juntas de un color diferente para que destaquen, pinta primero las baldosas y después las juntas teniendo cuidado de no manchar.
Aplica una primera capa, deja secar el tiempo suficiente (no tengas prisa) y da otra mano de pintura para terminar. El resultado te sorprenderá.
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¿Cuándo es necesario utilizar una imprimación?
A pesar de que las pinturas modernas han mejorado mucho su capacidad de adherencia a las superficies, en ocasiones es necesario utilizar una imprimación antes de pintar, en especial cuando se trata de superficies poco porosas como los azulejos o los muebles de cocina.
También es recomendable imprimar previamente si los muebles son de un color muy oscuro y los vas a pintar de un tono más claro. O si son de madera sin tratar. En este caso la imprimación cierra el poro de la madera y esta no absorbe tanta pintura.
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