La sal es un producto que todos tenemos en casa. Y aunque lo utilizamos siempre para condimentar nuestros platos y recetas, también puede ayudarte en la limpieza de tu casa. La sal absorbe el agua, lo que ayuda a eliminar las manchas; es abrasiva, de manera que podrás frotar con ella; y es un limpiador muy potente cuando se junta con un ácido (como el vinagre de limpieza o el limón). Por eso, la sal es muy práctica para quitar moho, blanquear la ropa o limpiar las tablas de la cocina. Te contamos todo lo que puedes limpiar con sal, sola y otros ingredientes tan comunes como el limón, el agua o el vinagre.
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1. Limpia la plancha con sal
Si la suela de tu plancha presenta zonas marrones o de quemado, puede traducirse en un mal resultado en el planchado, dejando manchas en las prendas, estropeándolas y teniendo que darlas por perdidas. Pero la sal gorda puede ayudarte a dejar tu plancha como nueva con el mínimo esfuerzo. Para ello, coge un papel encerado o un paño y, sobre él, coloca un puñado de sal gorda. Enciende la plancha y ponla a una temperatura media y frota la suela por encima de la sal. Repite la operación si es necesario. Después, desenchúfala y, cuando esté fría, termina de pasar la superficie con un paño húmedo. ¡Quedará como nueva!
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2. Deja tus objetos de metal cromados como nuevos con sal
Con el tiempo, los objetos metálicos con acabado cromado pueden mostrar manchas difíciles de quitar. El cromo es un acabado muy sensible al rayado, por lo que tienes que tener especial cuidado con los productos que empleas para limpiarlos. Por eso, es aconsejable huir siempre de los productos químicos demasiado abrasivos y decantarse por otros naturales que mantengan su brillo. Para limpiar metales cromados, llena una cazuela con un litro de agua y echa una cucharada de sal y otra de bicarbonato. Cuando empiece a hervir y tanto la sal como el bicarbonato se hayan disuelto, introduce el objeto en cuestión en la cazuela. Déjalo durante 5 minutos y sácalo (con cuidado de no quemarte). Después usa un paño de microfibra limpio para secarlo. Ten en cuenta que, cuanto mayor sea el objeto, mayor tendrá que ser la cazuela y las proporciones de agua, sal y bicarbonato. Si es un grifo lo que quieres limpiar a fondo, tendrás que desmontarlo primero.
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3. Devuelve el brillo a tus objetos de plata
Aunque hay productos específicos para limpiar la plata, si lo prefieres hay varios remedios naturales que pueden ayudarte. Entre ellos, la sal, junto con otros ingredientes, te ayudará a devolverle su brillo. Además, son soluciones inocuas que te pueden ayudar antes de que inviertas en un producto químico. Primero, quita el polvo con un paño seco. Ahora tienes dos opciones. Por un lado, puedes cortar un limón a la mitad, cubrirlo con sal y, después, frotar la pieza de plata que quieras limpiar.
Otra opción es realizar una mezcla con agua, un chorrito de suavizante y un poco de sal. Sumerge la pieza en esta mezcla durante 15 minutos y después, aclara con agua y seca con un paño de microfibra.
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4. Limpia las tablas de la cocina con sal
La sal es un limpiador perfecto para limpiar las tablas de cortar de la cocina. Estos utensilios acumulan muchas bacterias, especialmente las de madera (aunque no son las más aconsejables, mejor si son de polipropileno o silicona). Para limpiarlas, echa un puñado de sal por encima de la tabla y exprime unas gotas de zumo de limón sobre ella. Después, frota con una esponja o un trapo limpio. Recuerda que hay muchas cosas que puedes limpiar con limón, ya que es un desinfectante natural, y que, junto a la sal, te ayudará a eliminar toda la suciedad de tus tablas de cortar.
Otra recomendación importante en cuanto al uso de tablas de cortar es limpiarlas muy bien después de cada uso para evitar la contaminación cruzada. De hecho, tener una para las verduras y otra para la carne y el pescado sería lo más recomendable.
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5. Cómo blanquear la ropa con sal
La ropa blanca tiende a coger un color amarillento con el paso del tiempo, bien por el uso o bien porque la hemos lavado con alguna prenda de color. La sal puede ayudarte a recuperar su blancura original. Para ello, mezcla el zumo de dos limones, con un litro de agua y tres cucharadas de sal. Sumerge la prenda blanca en esta solución y déjalo en remojo durante, al menos, una hora. Después, lava la ropa de manera habitual e intenta que se seque al sol. Verás cómo recupera su blancura. Un consejo: si la prenda es delicada, es mejor que sumerjas la ropa en dos litros de agua con ¼ de taza de detergente y ¼ de agua oxigenada.
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6. Quita lo pegado de las sartenes de hierro fundido con sal
Si se te ha quemado algo de comida en la sartén (nos pasa a todos), puedes utilizar la sal para quitarlo. Puedes utilizar media patata cruda, una cucharada de sal gruesa y una cucharadita de aceite de oliva. Para hacerlo, primero lava la sartén y elimina todos los restos quemados que sea posible. Después, espolvorea la sal gruesa en la superficie de la sartén y frota con la media patata haciendo movimientos circulares. Si no tienes patatas, puedes hacerlo con papel de cocina. Para ello, calienta un poco de aceite en la sartén y cubre la superficie son sal. Frota con un papel de cocina. También puedes emplear papel de aluminio (haciendo una bola con él y frotando las partes quemadas) en vez del de cocina.
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7. Quita las manchas de café
Este truco te vale tanto para la vajilla en la que las manchas de café no se va como para las prendas en las que se ha derramado un poco de café, aunque su aplicación no es exactamente igual. En el caso de la vajilla con un tono amarronado del café, coge un poco de piel de limón y sal y frota la mancha con la mezcla.
Para la ropa con manchas de café, exprime un limón entero y mézclalo con una cucharada de sal. Vierte esta mezcla sobre la mancha de café y frota con un cepillo de cerdas suaves o una esponja, si la prenda es delicada, haciendo movimientos circulares. Deja reposar durante unos minutos y, después, lava la prenda con agua y jabón.
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8. Mantén las tuberías de tu casa limpias
Para evitar que las tuberías del baño y la cocina se atasquen, debes realizar un mantenimiento periódico. La sal puede ayudarte y evitarás el uso de productos químicos, muy contaminantes. Así que, una vez al mes, mezcla una taza de sal con una taza de bicarbonato de sodio y media taza de vinagre blanco. Pon la mezcla en el desagüe, espera unos 10 minutos y vierte agua hirviendo. Así, tus tuberías se mantendrán limpias.
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9. Usa la sal para limpiar el horno
Aunque hay muchos remedios caseros para limpiar el horno, si hay restos de comida quemada o incrustada en sus paredes, puedes utilizar la sal para eliminarlas. Mezcla una taza de sal con una de bicarbonato y una de agua. Mezcla todo hasta que tengas una pasta homogénea y aplícala en las paredes del horno. Deja que la solución actúe durante una hora y media o dos horas y, después, retírala con una bayeta húmeda.
También puedes utilizar la sal para quitar los malos olores del horno. Para ello diluye 250 gramos de sal en medio litro de vinagre de limpieza. Échalo en una botella con pulverizador y rocía el interior del horno con la solución. Deja que actúe durante varios minutos y retira los restos con una bayeta húmeda.
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10. Conserva tus flores frescas por más tiempo
Si te gusta tener flores frescas en casa, este truco te va a encantar para alargar su vida y que decoren y perfumen tu hogar durante más tiempo. Para ello, hay que aumentar los niveles de sales minerales en el agua, de manera que puedes echar una cucharadita de sal en el agua del florero. Hazlo cada dos días y cambia el agua con frecuencia. Así de sencillo. Otra opción es echar una aspirina o una cucharadita de azúcar.
Un consejo: cuando cambies el agua de tus floreros, elimina el rabo final de cada flor, cortándolo en oblicuo y eliminando la parte que se vea más fea.
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