La importancia del color en la decoración de un espacio es indiscutible, por lo que elegirlo es una cuestión relevante. El uso de determinados colores puede provocar sensaciones diversas. Puede hacer que los espacios sean serenos y relajantes o transmitir energía. Elige de entre las opciones que hoy valoramos tu color favorito para la zona de oficina.
El color, un recurso esencial
A la hora de decorar un espacio de oficina en casa es importante analizar qué tipo de sensaciones queremos transmitir. ¿Necesitamos un espacio relajante y sereno? ¿O preferimos que resulte energizante y que despierte la creatividad? Estas cuestiones tienen mucho que ver con la elección del color de las paredes.
Si trabajas en casa seguramente pasarás muchas horas sentado en tu escritorio, por lo que es imprescindible contar con un entorno confortable que presente una paleta de colores que favorezca la concentración, pero que estimule la productividad. Las opciones son muy variadas y no siempre encontramos una que destaque sobre las demás para decidirnos. La solución pasa por reflexionar y valorar todo lo que puedes conseguir con cada propuesta.
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El blanco y los tonos neutros
Elegir el blanco o un neutro claro y luminoso para pintar las paredes de la zona de trabajo es la mejor manera de ir a lo seguro. Ya se trate de un despacho independiente o de una zona del salón o del dormitorio, pintar las paredes de blanco no es una mala idea, aunque pueda resultar algo aburrida.
Se trata de una solución efectiva para espacios muy pequeños y oscuros, en los que se necesita potenciar el efecto de la luz natural y aumentar la sensación de amplitud. Si eres fan de los ambientes minimalistas, el blanco puede ser tu mejor elección.
Un consejo: añade elementos que aporten vida y color a tu oficina blanca, para evitar que resulte demasiado aséptica. Elementos decorativos como plantas que pongan un toque verde o natural, una silla de escritorio tapizada en un color alegre, etc.
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Verde, una apuesta por lo natural
Si el verde está entre tus favoritos a la hora de decorar tu casa, estás de suerte puesto que se alza como uno de los colores del año, a pesar de que el Instituto Pantone haya elegido el Very Peri, una suerte de morado azulado, como color del 2022.
Pintar las paredes de la zona de trabajo de verde puede ser un acierto si eliges bien el matiz. Hay tantas tonalidades distintas que los resultados pueden ser muy diferentes. Elige un tono medio y apagado, como el verde salvia. O más intenso y oscuro como un verde botella. También puedes optar por un tono azulado más vivo.
Un consejo: si te decides por un verde oscuro, combínalo con blanco para lograr el equilibrio. Y si prefieres un tono más ligero, añade algún otro color (como el amarillo o el terracota) para conseguir mayor potencia decorativa.
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Grises muy oscuros con carácter propio
Los colores oscuros son también muy adecuados para pintar las paredes de una zona de oficina, siempre que se cumplan unos requisitos mínimos. Debe tratarse de espacios amplios y luminosos, con la suficiente luz natural. En estos casos pintar una pared de gris oscuro o, incluso, negro aportará una gran personalidad al rincón de trabajo.
La clave para utilizar con acierto estos colores audaces y dramáticos está en equilibrarlos con tonos claros o con blanco, pintando, por ejemplo, una sola pared oscura. Añade muebles claros y una alfombra que aligere el conjunto y tendrás una oficina en casa elegante y chic.
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Azul, un color frío que aumenta la productividad
Hay tantas tonalidades de azul y pueden resultar tan diferentes entre sí que se convierte en un color con infinitas posibilidades cuando se trata de decorar las paredes de la casa.
Un rincón de trabajo dominado por el azul despertará tu energía y disparará tu productividad a cotas increíbles, siempre que des con el matiz adecuado: un azul vivo, chispeante y optimista. Sin embargo, cuando el espacio de trabajo se integra en el dormitorio, es mejor optar por azules claros y relajantes, que aporten serenidad.
En cualquier caso, el azul es un color atemporal que no pierde vigencia, ya se trate de un tono más sofisticado y elegante como el azul marino, o de un color alegre como el que domina en el espacio de la imagen, una propuesta de Annie Sloan.
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Rosa, personal y optimista
Elegir el rosa para decorar tu espacio de trabajo en casa no significa convertirlo en un espacio cursi. Este color puede ser el vehículo perfecto para lograr un espacio que transmita energía y buenas vibraciones.
Para lograrlo, combina dos o tres tonos diferentes de rosa como en el espacio de la imagen donde se ha empleado en la pared, la silla y el escritorio, y añade blanco para equilibrar el conjunto. El resultado transmite sensibilidad y optimismo.
Un consejo: utiliza con acierto los tonos pastel y acompáñalos de otros más intensos para añadir interés.
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Amarillo, pura energía
Si necesitas elevar la decoración de tu espacio de trabajo y aportar una buena dosis de energía, el amarillo en todas sus versiones será una apuesta segura. Elegirlo para las paredes es una forma certera de añadir optimismo al ambiente, lo que te ayudará a mantener un buen estado de ánimo y a aumentar la productividad de tu jornada laboral.
¿Tu oficina en casa es un tanto oscura? El amarillo es una opción perfecta para multiplicar la luminosidad de un espacio.
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Gris y verde agua, la combinación perfecta
En ocasiones es posible emplear la pintura de las paredes de una forma novedosa y original. Más allá de pintar una pared con un color sorprendente e inspirador, podemos crear un diseño especial, siguiendo un patrón geométrico como en el dormitorio de la imagen, que incluye una zona de escritorio.
Para lograr un efecto tranquilo en el espacio firmado por Dulux se optó por el gris y el verde agua, con matices distintos pero siempre claros y serenos. El resultado es una sorprendente manera de acotar la zona de trabajo y separarla visualmente del resto de la habitación.
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¿Quieres color? Apuesta por el papel pintado
La pintura no es la única forma de añadir color al espacio de trabajo en casa. Sin abandonar las paredes como soporte para crear interés visual, puedes recurrir al papel pintado como recurso decorativo que añade color y textura al espacio. En este caso lo difícil será elegir el modelo, dada la infinita variedad de tonalidades y diseños que tienes a tu alcance. En la imagen, un papel pintado de cuadros de la firma Mind the Gap consigue crear un espacio de oficina de lo más interesante, con aire vintage.
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La fuerza cromática de los complementos
Las paredes no son la única opción para decorar con color una zona de oficina en casa. Siempre podemos plantear un espacio con una base blanca o neutra y clara, e incorporar diferentes tonalidades más o menos intensas en los muebles, los textiles o los accesorios.
Elegir una silla de escritorio tapizada en un color llamativo, por ejemplo, puede ser una buena alternativa para crear contrastes cromáticos de interés. O colocar una alfombra estampada, de diseño étnico. También puedes añadir cuadros o fotografías enmarcadas, obras de arte que despierten tu creatividad, o elementos que añadan texturas. Los límites los marcas tú.
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