Hay un momento en la vida de todo mueble, por bueno que sea, que necesita un cambio de imagen, incluso si no está viejo ni deteriorado. Si ese momento ha llegado para tu sofá, estas ideas de decoración te permitirán darle una segunda (y tercera) oportunidad para renovarlo y actualizarlo sin gastar demasiado. Los resultados serán tan sorprendentes que querrás cambiar su ‘look’ cada cambio de estación.
1. Complétalo
A veces, no es cuestión del sofá, sino de los complementos que lo rodean. Puedes añadir una ‘chaise longue’, un puf, un reposapiés o cualquier otra pieza adicional, lo que cambiará no solo el aspecto, sino también su forma. Aquí también entran en juego, las posibilidades de los muebles modulares, una opción muy de moda que permite completar, sin pasarte del presupuesto, un sofá recto normal y corriente y convertirlo en la estrella del salón. Además, el ‘mix & match’ siempre es bienvenido.
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2. Estrena funda
Por supuesto, cambiar las fundas de los sofás es más caro que sustituir los cojines. Aunque hay cierta controversia (muchos interioristas pondrían el grito en el cielo) respecto a la elegancia o no, lo cierto es que pueden ‘salvarte’ y ajustarse como un guante: ¡No las tengas miedo! En el mercado existen firmas que ofrecen diseños de calidad como si fueran a medida y tiendas que cuentan con diseños a precios reducidos, capaces de adaptarse a muchos modelos estándar. Además, si tienes un modelo de Ikea, estás de enhorabuena, ya que hay especialistas, como Bemz, que ofrecen una enorme selección de colores y tejidos para renovar por completo muchos de sus modelos. Para acertar, nada mejor que una buena tela blanca. Un consejo: el verano es el momento ideal para vestir tu sofá con unas bonitas y frescas fundas, que den estilo y aligeren el ambiente.
3. Cúbrelo
Si el sofá está viejo, deteriorado o con manchas, quizás la mejor solución sea ocultarlo bajo una pila de cojines, mantas, textiles reciclados o sábanas y lograr ese aire ‘boho chic’ que tanto te gusta. La clave del éxito de este ‘ocultamiento’ consentido está en contar con una buena tela de lino lavado en color claro en la parte superior, que refuerce el estilo. Si el sofá está en buen estado, pero el asiento es incómodo, no dudes en hacerlo más confortable con sobrecolchones del tamaño adecuado. Te sorprenderá el resultado.
4. Sustituye las patas
Por otras que realcen la estructura. Las patas de los sofás se pueden encontrar en todas partes, desde las grandes tiendas de bricolaje hasta las propias marcas de mobiliario. Algunas, como Superfront, incluso se han especializado en la renovación de muebles con colecciones de patas, tiradores y otros accesorios de diseño. Ya metidos en faena, elige un diseño que se vea y llame la atención en dorado, madera, negro o atrevidos colores. Solo tienes que atornillar y contemplar cómo tu sofá de siempre adquiere un aire ‘midcentury’ tan de moda o encaja a la perfección en tu nuevo salón nórdico. ¡Tú eliges!
5. Diseña otro entorno
Un sofá no tiene el mismo estilo dependiendo de si 'descansa' contra un tabique blanco, frente a un friso de madera o contra una pared de acento. Por lo tanto, antes de cambiar el sofá, considera en transformar el fondo como si fuera un cuadro. Así, puedes pintar de otro color, colocar papel pintado, poner un tapiz, crear una combinación de cuadros… También puedes cambiarlo de sitio, para que le dé una luz diferente o forme parte del otro lado del salón, situándolo, por ejemplo, en medio como elemento separador.
6. Juega con los cojines
Actualizar un viejo sofá muchas veces empieza por los cojines. Una solución tan barata como efectiva. Puedes encontrarlos en todas partes, en todos los colores, en una gran cantidad de estampados o materiales de moda y en una gran variedad de precios. A la hora de elegirlos, piensa que coordinen con la tela del sofá (no hace falta que sean iguales) y con lo que les rodea, desde la alfombra hasta la butaca o las cortinas. También es importante la tela: cuanto más especial y diferente sea, más estilo derrochará tu sofá y cuanto más suave y apetecible, más los querrás. ¿Y las mejores combinaciones? Aquellas que no temen la mezcla, pero mantienen el equilibrio. Combina diseños lisos, colores, estampados gráficos, retro, contemporáneo o étnicos, en contraste o en armonía con la tapicería.
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7. Añade una manta
Esta opción de ‘quita y pon’ puede salvarte o hacerte morir en el intento. Una manta disimula pequeñas manchas, da estilo y abriga sin apenas coste. Puedes ponerla en el brazo del sofá o en el respaldo y tenerla siempre a mano para las tardes y las noches de invierno cuando apetece tener un 'plaid' cerca, aunque no haga frío. Lo malo es que algo tan sencillo también se puede cargar el ‘look’ de la estancia porque, aunque en las revistas parece fácil de colocar, a la hora de la verdad es más complicado de lo que parece y el efecto puede ser justamente el contrario. Así que prueba, dobla y ponla de tal manera que no favorezca el desorden. A la hora de elegirla, recuerda siempre que debe ser de una tela gustosa, apetecible y que no pique. Desde una manta de cuadros escoceses de punto grueso, piel sintética, estampados gráficos para un ambiente contemporáneo o étnicos para imprimir un aire ‘boho’. También es importante que vaya en consonancia con los cojines y que no sea de ninguna marca: tu sofá no es un expositor.
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8. Rodéalo de accesorios
Los accesorios bien elegidos y distribuidos estratégicamente pueden ser todo lo que necesitas para resaltar un bonito sofá o dar vida a uno demasiado convencional y soso. Una mesa auxiliar, una de centro con el sobre de mármol, algunas plantas verdes, un revistero de diseño, un cuadro… Cada detalle cuenta y puede ser el causante de estrenar sofá sin gastar nada. Antes de comprar, mira lo que tienes en casa y piensa qué puede encajarte en la zona del estar.
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9. Transfórmalo
Juega a los ‘transformers’ cambiando, por ejemplo, la cantidad de almohadones del asiento o el respaldo, sustituyendo el clásico uno por plaza por una colchoneta única, que te ayudará a dar un ‘look’ más moderno y especial, al mismo tiempo que logrará que tengas sofá para muchos años. También puedes poner un ribete o tachuelas alrededor de la estructura y reforzar su imagen ‘vintage’, ponerle un volante en la zona inferior o quitarle los flecos, según el caso. La idea está en hacerle un ‘lifting’ cambiando únicamente algunos detalles.
10. Vuelve a tapizarlo
Es, quizás, la opción menos económica de todas, pero también la más duradera. Por eso, antes de ponerte manos a la obra, debes pensar si realmente merece la pena la inversión, ya que solo si el sofá es bueno y cuenta con una estructura firme, resulta conveniente meterte en ese gasto que, en muchas ocasiones, puede costar tanto como un modelo nuevo ‘low cost’. Sin olvidar que tienes que estar segura de que lo quieres contigo una larga temporada y de que es la comodidad hecha asiento. Si no se dan estas condiciones, ni te lo pienses. Como siempre, la tela es fundamental, recuerda que en sofás mínimo deben tener 15.000 ciclos Martindale (test de resistencia).
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