Consigue un baño (aún más) higiénico y fácil de limpiar

Escoge los materiales y el equipamiento más adecuados para que el baño se vea siempre impoluto, ¡sin esfuerzo! Porque esta estancia debe proporcionar relax, tener mucho estilo y ser respetuosa con el medio ambiente, sí, todas esas son cuestiones importantes a la hora de encarar su reforma, pero no deberían hacerte pasar por alto la más importante: que resulte higiénico y, por supuesto, fácil de limpiar. Y es que, siguiendo estos consejos, no solo se verá siempre perfecto, sino que podrás reducir al máximo el tiempo dedicado a su limpieza.

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Elige revestimientos a toda prueba

Sí, las baldosas cerámicas son las estrellas del baño, precisamente, por su higiene y resistencia a los productos de limpieza, pero no todas son iguales. Sea cual sea el estilo que te guste, procura elegir piezas de gran formato, que reduzcan la cantidad de juntas, así como con bordes rectificados, para que estas se vean lo mínimo.

En cuanto a los diseños, huye de los colores lisos y mate en los suelos (son poco sufridos) y decántate por los que creen efectos de luces y sombras. Y, mejor, con superficies lisas (ya que las rugosas son más difíciles de limpiar), aunque con superficie antideslizante, para evitar resbalones cuando se humedezcan.

La buena noticia es que los nuevos suelos porcelánicos reproducen todo tipo de materiales, incluida la madera, con gran naturalidad (como se puede apreciar en esta propuesta de baño pavimentada con la colección Paradís de Casa Infinita), por lo que tendrás muchos para escoger.

Si lo que prefieres es un suelo continuo, una opción también perfecta porque resulta muy fácil de limpiar, opta por el microcemento, el yeso alabastrino o el linóleo, que son resistentes y adecuados para esta estancia tan sometida a la humedad.

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Evita recovecos y rincones difíciles

Un baño sin huecos de difícil acceso en los que se acumule la suciedad no solo es posible incluso en los de dimensiones más pequeñas, sino que es tan fácil como apostar por sanitarios y muebles suspendidos. Las ventajas son múltiples: te permiten limpiar por debajo sin obstáculos y, además, ayudan a generar una mayor sensación de amplitud, incluso en los aseos más reducidos.

Los diseños de muebles con frentes lisos y sin tiradores y los sanitarios de suaves formas orgánicas, como estos de Ideal Standard, son los mejores para crear composiciones limpias y diáfanas.

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Haz desaparecer la cisterna

Instalar una cisterna empotrada reporta un buen número de ventajas en términos de higiene y limpieza: al estar oculta en la pared, es un elemento menos que tener en cuenta y los pulsadores (la única parte visible de estos equipos) presentan diseños depurados y con prácticos acabados antihuellas.

Los últimos modelos de cisternas empotradas son cada vez más compactos (los hay de 8 cm de profundidad), resistentes (con bastidores preparados para soportar hasta 400 kg) y silenciosos, además de incorporar extras como los sistemas de eliminación de malos olores.

Lógicamente, requieren obras para su instalación, aunque también hay alternativas para evitarlas: los modelos panelados para colocar frente a la pared o incluso inodoros de última generación (como el In-Wash con In-Tank de Roca, en la imagen) que ya integran la cisterna en la propia pieza.

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Elige un inodoro ‘inteligente’

¿Un inodoro ‘inteligente’? Si bien han empezado a denominarse así a los modelos que incorporan funcionalidades propias del bidé (al que sustituyen), nosotros ampliamos esta categoría a los modelos diseñados para hacernos la vida más fácil. ¿Cómo? Por ejemplo, con diseños rimless que evitan rebordes en el interior en los que se acumule cal o suciedad; sistemas de descarga de agua que limpian el interior de forma eficaz; tratamientos antibacterianos; sistemas de autolimpieza; o asientos y tapas que pueden montarse y desmontarse con un solo gesto, como los que propone la firma Geberit (en la fotografía).

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Olvídate (casi) de la mampara

Por muy limpio que esté el baño, ¿siempre se te van los ojos a las marcas de las gotitas de agua de la mampara? Para evitarlo, los expertos aconsejan aclarar los vidrios con agua fría después de cada uso (ya que la cal del agua, responsable de esas marcas, precipita con el agua caliente) y pasar una espátula de goma para secarlos.

También resulta de gran ayuda elegir un modelo de mampara con tratamiento antical, que forma una película en la superficie del vidrio que repele el agua con gran efectividad, evitando las incrustaciones y facilitando enormemente su limpieza.

Este modelo de Profiltek ha sido tratado con Teknoclean, basado en nanotecnología, que genera una superficie protectora antiadherente capaz de reducir las incrustaciones de cualquier tipo de bacteria, al mismo tiempo que también repele los líquidos.

Por cierto, los cristales es siempre lo que más nos preocupa porque es la parte más visible de la mampara, pero también debes limpiar regularmente los perfiles y los carriles por los que se deslizan las puertas (si son correderas).

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Guerra a la cal

Eliminar la cal de la mampara supone ganar una importante batalla, pero no la guerra: aún hay que deshacerse de ella en griferías y rociadores. Y es que la acumulación de cal en el rociador o la teleducha puede reducir el caudal de agua e incluso bloquear su salida, lo que obligaría a desmontar las piezas para descalcificarlas. De ahí la importancia de adquirir productos de buena calidad equipados con boquillas antical (generalmente de silicona y de sencillo mantenimiento).

¿Quieres olvidarte también de tener que eliminar la cal de las griferías de la ducha? Instala un modelo empotrado, con las canalizaciones ocultas tras la pared y los elementos mínimos a la vista, como esta zona de ducha con grifería Grohe de la serie Rainshower. Además, su sistema CoolTouch la hace muy segura porque evita el riesgo de quemaduras al tocar la superficie.

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¡Nunca más desagües atascados!

¿Hay algo peor que una ducha que no desagua con rapidez? Sí: ¡tener que limpiar el desagüe para solucionarlo! Evítalo eligiendo un plato de ducha con un desagüe con un práctico filtro anticabello, fácil de extraer para su limpieza y que evita las obstrucciones del desagüe. La ducha de la imagen es el modelo Tempano, de Duravit, extraplana, sin rebordes (y, por tanto, más higiénica y fácil de limpiar) y realizada en un material acrílico con superficie antideslizante. Además, resulta muy práctica no solo por cuestiones higiénicas sino porque permite evadir incómodos tropezones y golpes en las esquinas, al estar a ras de suelo. 

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Un baño ‘touchless’

Seguro que has oído ese refrán de que ‘no es más limpio quien más limpia, sino quien menos ensucia’. Pues en el baño, eso se traduce en soluciones electrónicas, que evitan incluso el contacto (y, por tanto, las molestas huellas de dedos húmedos), que han proliferado a causa de la pandemia de la COVID-19 y sus mayores exigencias en materia de higiene.

Así, cada vez es más habitual encontrar, también en los hogares, griferías con sensor de presencia, que accionan la salida de agua al detectar las manos (e incluso dispensan jabón, en algunos modelos, como Twocare de Sanindusa, en la foto) o placas de accionamiento electrónicas que activan la descarga de la cisterna con solo pasar la mano por delante. De este modo eliminarás buena parte de las superficies de alto contacto en el baño, que de lo contrario deben ser desinfectadas muy a menudo.

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Espejos siempre perfectos

Un espejo de buen tamaño es un aliado perfecto de los baños pequeños, aunque también plantea mayores requisitos de limpieza. Elige un modelo con sistema antivaho, para evitar tener que secarlo cada vez que te duches y, en caso de decidirte por un modelo ‘inteligente’ táctil (con iluminación y con acceso a internet) asegúrate de que incorpora pantalla antihuellas.

En la fotografía, el modelo de espejo Classic, de Manillons Torrent, que cuenta con luz LED perimetral e incluye un sistema antivaho para evitar que se empañe.

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