La guía más completa sobre los jardines verticales en exterior

Un jardín vertical tiene unas características muy específicas, lo que lo hace idóneo para decorar la terraza o una zona del jardín sin ocupar apenas espacio. Pero, además, estos muros verdes comportan muchos beneficios para nosotros y nuestro hogar. Para tratar sobre la temática hemos consultado a dos expertos: Jordi Sánchez San Miguel, director creativo de Simbiosi Estudi y Francisco Díaz Ramos, art manager en Landscapers.

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¿Qué características tiene un jardín vertical?

Francisco señala que una de sus particularidades, aparte de la ya comentada de que se dispone en una pared en su plano vertical, es que se trata de un jardín superintensivo, donde el marco de plantación se reduce al mínimo, alcanzando (según sistemas) densidades de entre 20 y 35 plantas por metro². “Esta característica también hace que sea un jardín muy técnico con sistemas específicos estudiados para su correcto funcionamiento, porque, sintiéndolo mucho, el típico jardín vertical handmade de palets lo más normal es que te dure 1 o 2 meses”, comenta.

¿Qué selección botánica ha hecho aquí el paisajista ? Tulbalgias (Tulbaghia violacea), zebrinas (Zebrina pendula), verónicas (Hebe addenda), ruselias (Russelia equisetiformis), distintas especies de carex, ajugas o búgula (Ajuga reptans) y, por último, cintas (Chlorophytum comosum). Se trata de un jardín con especies de sol y de sombra, porque aunque tiene exposición sur, parte del muro lo tapa un edificio de enfrente.

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Empleo en exterior

Jordi explica que los jardines verticales son más comunes en terrazas para aprovechar al máximo los espacios disponibles, dado que un muro verde permite gozar de vegetación en el plano vertical sin comprometer excesivamente las dimensiones existentes.

“Aun así, en muchos de nuestros proyectos de paisajismo de jardines, con más o menos superficie, incorporamos este tipo de elementos para crear puntos focales que potencien un diseño singular”.

Los jardines vegetales pueden estar conformados por una única planta o, como vemos en la propuesta, un proyecto de Simbiosi Estudi, por variedad de ellas (en concreto se emplean Agave attenuata, Ficus pumila, Aeonium ‘Velour’, Nassella tenuissima, Senecio mandraliscae, Nephrolepis cordifolia, Crassula ovata, Sedum nussbaumerianum y Sedum morganianum).

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Muro vegetal, ¡todo son ventajas!

Estas estructuras vegetalizadas tienen mucho valor estético y ofrecen la ventaja de favorecer el ahorro de espacio sin prescindir del verdor de un jardín estándar. Pero, además, como apunta Jordi, “pueden vestir paredes trabajando como un magnífico aislante natural, captan y filtran contaminantes volátiles, mitigan el exceso de calor, reducen el ruido de las grandes ciudades, ayudan a gestionar las inclemencias meteorológicas, así como los nocivos rayos UV. Y, como en cualquier otro jardín, las plantas actúan sobre el ser humano de manera beneficiosa, rebajando el estrés y fomentando un mayor bienestar anímico”.

El jardín vegetal junto a la piscina lo conforman cuatro especies: Agave attenuata, Ficus pumila, Monstera deliciosa y Carex flagellifera ‘Kiwi’.

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¿Cómo hacer un jardín vertical bello y duradero?

Desde Landscapers no tienen duda de que si queremos un jardín perdurable hay que acudir a un sistema profesional, estudiado y testado, que asegurará la viabilidad de este. “Nosotros distribuimos uno en exclusiva para toda España. Una de sus ventajas es que no necesitas conocimientos en hidroponía (en la mayoría de los sistemas sí) y puedes montarlo de forma fácil en casa”.

¿En qué consiste la hidroponía? Se basa en que la planta tome el alimento de la propia agua de riego. Por lo tanto, su único sustrato es una manta de fieltro que se moja. El problema es que ante un fallo de riego el textil se seca antes que una maceta de tierra bien protegida. Por eso la alternativa más habitual es que el jardín vertical emplee tierra vegetal. Aparte de la manta de fieltro y la tierra, otro sustrato empleado es el musgo sphagnum y, asimismo, sistemas mixtos que combinan cada uno de ellos.

En este caso Landscapers apuesta por una única variedad botánica, helecho rizado (Nephrolepis exaltata).

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Acertada selección botánica

Las plantas y flores más indicadas para conformar un jardín vertical no tienen que ser distintas a las del jardín. Francisco indica que para una orientación soleada se pueden seleccionar aromáticas, gramíneas, trepadoras de sol, crasas y algunas palmáceas pequeñas. Especies rústicas como el durillo y el lentisco también funcionan. El experto aconseja: “simplemente hay que adaptar la dimensión del jardín vertical al futuro crecimiento de la planta. Si tenemos un jardín muy pequeño no tiene sentido incluir plantas que crezcan mucho ya que la escala no sería la adecuada”. En cuanto a sombra, se pueden utilizar helechos, liriopes y tropicales, si estamos en zonas de temperaturas moderadas y trepadoras de sombra.

No obstante, en exteriores no hay que emplear plantas preservadas (en la propuesta se combinan helechos, musgo plano, musgo hola y piedras) porque se conservan de manera óptima en rangos de humedad del 30 al 70% y, al aire libre, es posible se excedan estos valores límites.

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Sistemas de riego

Francisco señala que depende de la tipología de sistemas:

• La gran mayoría de hidropónicos se basan en que el fieltro esté siempre húmedo, por lo que necesitan una dosis de riego muy alta. De hecho, para jardines grandes suele instalarse un sistema que recircula el agua sobrante de los riegos. Aparte de eso, normalmente el sistema poco húmedo en la parte superior y en la parte inferior tiene mucha humedad, ya que son riegos comúnmente denominados ‘a manta’. Desde una línea de riego superior se riega todo lo que hay debajo no teniendo el control del riego planta por planta.

• El riego localizado maceta a maceta minimiza la dotación de riego y el gasto hídrico. Permite también sectorizar el jardín vertical según las necesidades hídricas de cada una de las plantas. Igualmente es fácil detectar problemas de riego ya que si una planta se seca es porque ese gotero no está funcionando bien.

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Dónde ubicarlos y consejos para fijarlos

Jordi comenta que, teniendo en cuenta que un jardín vertical no deja de ser una agrupación botánica, aunque en una disposición menos convencional, deberemos estudiar a fondo las características del espacio para asegurarnos de que podremos cultivar la selección de especies escogida. Resalta especialmente que, sobre todo, “se debe analizar la solidez del muro donde fijar la estructura que sustentará dicha vegetación (una vez saturada de agua de riego o lluvia puede pesar muchos kilos dependiendo del material y de sus dimensiones)”.

Francisco, por su parte, recomienda impermeabilizar la pared donde va a ser instalado el jardín vertical, para evitar problemas, aunque normalmente este no debería acumular humedad en su parte trasera. Aconseja, además, dejar una cámara de aire entre el sistema y la pared (para ello se utilizan rastreles).  

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¿Qué hay de sus cuidados?

Lo más importante es tener el riego bien regulado, sobre todo que no sea deficitario. Francisco, por otro lado, señala que no podemos olvidar que tenemos más de 20 plantas por metro², cuando en un jardín en horizontal denso tenemos máximo 7 (y normalmente 2 o 3). “Esto quiere decir que hay que estar atentos a las plagas, ya que se pueden propagar muy rápido”.

En cuanto a abonos, cada sistema marca una frecuencia u otra y si el jardín vertical está bonito no tiene porqué podarse, puede hacerse en el caso de que unas plantas estén tapando a otras.

Con total salud y buenos cuidados en la propuesta se aprecia un jardín vertical diseñado e instalado por MyD Jardines Paisajismo. En este muro verde se combinan hiedras (Hedera helix mini), cintas (Chlorophytum comosum), setcreasea purpúrea, pitósporos enanos (Pittosporum tobira 'Nana'), loropetalums, helechos de exterior y soleirolias (Soleirolia soleirolii).

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En sintonía con los tiempos

Como la mayoría de los sistemas son modulares y se pueden añadir todos los módulos que se desee, un jardín vertical puede ocupar toda la fachada de un edificio (de viviendas, oficinas, etc.). De hecho, puede ser clave para una arquitectura sostenible.

Jordi explica que "estos muros vivos se complementan a la perfección con otras soluciones como las cubiertas verdes, y de igual modo, intervienen sobre las edificaciones como un cojín térmico que equilibra los extremos de frío y calor durante el año, suavizan la contaminación acústica, acrecientan la vida útil de las impermeabilizaciones y acabados exteriores". Mejoran el comportamiento del edificio y la calidad del aire de la zona, ¿se les puede pedir más a los jardines verticales?

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