El paisajismo es una disciplina amplia, compleja y verdaderamente apasionante que nos transmite toda la emoción que es capaz de encerrar un jardín. Existen tantos tipos de espacios verdes, tantos jardines diferentes, que resulta difícil decidir cuál es nuestro favorito.
Los jardines de estilo inglés hacen gala de una belleza y un encanto especial. Vivieron su época de esplendor en Inglaterra a mediados del siglo XVIII, aunque hoy continúan estando de plena actualidad. Descubre cómo recrear este tipo de paisajismo en tu jardín.
Prima la autenticidad
Románticos, naturales y sobre todo auténticos. Así son los jardines de estilo inglés: espacios que buscan reflejar en la medida de lo posible la naturaleza tal y como es. Pretenden mantener intacta la esencia del lugar a través de un diseño natural, con árboles y elementos vegetales propios de la zona donde se encuentra el jardín.
En este sentido las plantas crecen a su libre albedrío (dentro de unos límites) y, aunque se establece un orden a respetar, la estructura del jardín prescinde de esquemas demasiado encorsetados.
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Claves de diseño
Los jardines ingleses hacen gala de unas características muy definidas, que no dejan lugar a dudas sobre su verdadera esencia.
- Para empezar abundan los espacios abiertos, con vegetación abundante y no demasiado ordenados. Esto proporciona una gran sensación de amplitud.
- La importancia del agua. No pueden faltar elementos de agua como estanques, lagos, pequeños riachuelos, etc. Aportan un toque natural.
- Los jardines de estilo inglés respetan la orografía del terreno (lomas, colinas, desniveles, etc.).
- Trazar caminos es importante en el jardín inglés, de forma que se establezcan recorridos para disfrutar del paisajismo, y del paso de las estaciones en el terreno. Lo más habitual es que el jardín inglés apueste por senderos sinuosos que se adapten al relieve del jardín.
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Elementos añadidos al jardín
Los ejemplos de paisajismo inglés pueden incluir determinados elementos que, si bien no son los esenciales en el diseño, pueden acompañarlo y enriquecerlo. Son, por ejemplo, algunas construcciones como un merendero, un templete o una pérgola de madera decorada con plantas trepadoras.
También las estatuas y esculturas, las fuentes y los bancos de madera que invitan a sentarse y disfrutar del entorno. Un paisaje especial que, aunque recreado de manera artificial, se basa en la propia naturaleza en estado puro.
La composición de los jardines de estilo inglés
Este tipo de jardines muestran una composición muy definida, con tres niveles diferenciados. A nivel superficial se apuesta por plantas cobertoras. En un plano intermedio se planifican arbustos, mientras que a un nivel superior están los árboles. En cada uno de estos niveles, se eligen diferentes especies de plantas capaces de crear contrastes de escala, textura y color.
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Cómo elegir las plantas adecuadas
Aunque parece que las plantas de los jardines ingleses han crecido juntas desde siempre, la realidad es que se han elegido con mucho cuidado para lograr dar esa imagen silvestre y natural pero sin caer en el desorden.
La clave está en combinar sin miedo especies perennes: aromáticas, plantas de flor como hortensias, rosas, peonías, setos como tejos, boj, laurel, etc.
Otra clave es rellenar los espacios que quedan entre plantas perennes con plantas anuales capaces de aportar color en todas las estaciones del año.
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Rosa, la reina del paisajismo inglés
Se trata de una flor muy típica de este estilo de paisajismo ya que aporta belleza, romanticismo, aroma y una gran delicadeza. Si te decides a plantar unos rosales en tu jardín, ten en cuenta que debes elegir un lugar en el que puedan estar solos, sin otras plantas alrededor. De esta manera, y dada su gran exigencia de nutrientes, no tendrán que competir por los recursos del suelo. Debe ser un rincón luminoso en el que puedan disfrutar de unas seis horas de sol al día.
A la hora de regar los rosales hazlo de forma abundante y de forma espaciada en el tiempo, procurando que el terreno no se encharque. También deberás abonar los rosales con un fertilizante específico que potencie la floración. A finales del invierno, pódalos para eliminar las flores marchitas y las ramas viejas.
Lavanda, una aromática con un toque silvestre
Los jardines de estilo inglés hacen gala de una gran profusión de plantas de lavanda (Lavandula angustifolia). Se aprovechan de su apariencia silvestre y natural, de su rico y fresco aroma y de la belleza de sus flores azuladas.
Además, como es una planta rústica, resistente y duradera es sencilla de cultivar. La lavanda no requiere u n riego demasiado abundante, ya que tolera muy bien la sequía. Por el contrario, tendrás que procurar no encharcar el terreno.
La belleza delicada de la peonía
Las plantas de flor son un recurso muy frecuente en el paisajismo inglés. Un ejemplo es la peonía (Paeonia), una especie de origen asiático que hace gala de unas bellas flores grandes que pueden ser de diferentes colores, desde el blanco al rojo pasando por una gran variedad de tonalidades rosas.
La floración surge a principios de la primavera y dura hasta finales del verano. A la hora de plantarlo búscale un espacio con mucha luz, pero sin que quede expuesta directamente a los rayos del sol, ya que eso le perjudicaría bastante.
La peonía necesita un riego regular y constante: dos veces por semana en primavera y verano, y una vez a la semana en invierno.
Prímula, una anual de floración temprana
Una de las estrategias que emplea el paisajismo de estilo inglés es la combinación certera de plantas, con y sin flor. Una vez definido el diseño del jardín con especies de diferente porte, se rellenan los huecos que quedan con plantas de temporada como las prímulas o primaveras (Primula vulgaris).
Se trata de una especie que florece muy pronto y se llena de color a finales del invierno. Para que crezca saludable y muy bella tendrás que regarla generosamente, teniendo cuidado de no encharcar el terreno. Mientras dura la época de floración no está de más proporcionarle un abono para plantas de flor cada dos semanas.