Cuando tenemos un jardín de generosas dimensiones, en su diseño no hay nada peor que dejarlo todo a la vista, que parezca un campo de fútbol, hay que crear zonas diferentes en las que disfrutar de forma distinta. Entre esas áreas, existen los jardines secretos, rincones íntimos y personales (o máximo para dos o un grupo reducido) que configuran espacios muy especiales. Nos asesora acerca de cómo diseñarlos Francisco Díaz Ramos, art manager en Landscapers.
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¿Qué es exactamente un jardín secreto?
Esta es la definición que da Francisco: “No se trata de todo un jardín sino de una parte del mismo que se diseña especialmente para ser disfrutado en confidencia, es decir, una persona sola o bien con otra con la que se tenga una relación especial”. Si en el interior de la casa todo el mundo tiene su rincón personal para estar con uno mismo, ¿por qué no tenerlo en el jardín? Y ese jardín secreto puede configurarse de muchas formas, siempre y cuando conozcamos su propósito.
En la propuesta, Simbiosi Estudi crea un jardín secreto sombreado por una pérgola y decora las paredes con jardines verticales.
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¿Qué propósito tienen?
Rincón de lectura, para meditar, para tomar el sol, para escuchar música, para crear arte… El jardín secreto puede destinarse a lo quiera cada cliente. Desde Landscapers afirman: “nosotros mantenemos una reunión previa con nuestros clientes antes de conocer el diseño. Siempre pretendemos que sea distendida e informal para que puedan abrirse a nosotros y contarnos cómo se imaginan viviendo su exterior. Cuando en esa conversación detectamos que hay algo que les hace mucha ilusión intentamos darle su lugar en el diseño final, jugando con los distintos elementos del jardín para aportar algo de teatralidad y lograr un paisajismo especial”.
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Cuando el terreno manda
En algunas ocasiones una concepción espacial del jardín surge precisamente por una circunstancia de la parcela, como en el caso de la propuesta en el que Francisco encontró que tenía que separarse 3 metros de la finca colindante y por temas de cotas quedaba un pasillo de 3 metros 2 metros por debajo de la propiedad y del jardín principal. Así, se le ocurrió utilizar ese pasillo para diseñar un paseo por una jungla privada, donde poder evadirse del bullicio del jardín y del área de piscina.
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Secretos de un buen diseño
El paisajista recomienda aportar teatralidad, misterio o sorpresa, que son los elementos que juntos o separados pueden hacer tan especial estos rincones del jardín.
Además, por supuesto, son muy buenas tácticas realizar un buen manejo del material vegetal para esconder ese jardín secreto o bien crear un atractivo camino que te lleve hacia él. Es importante que cuando disfrutes del espacio lo sientas tuyo, que resulte íntimo y personal. Es aquí cuando debes poner el acento en la iluminación, el mobiliario y otros elementos decorativos. En este caso, todos proceden de Gato Preto y el rincón goza de una sombra vegetal que proporciona un olivo.
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Diferenciarlo del resto del jardín
Una elección acertada para que el jardín secreto gane entidad propia es seleccionar para él otro tipo de pavimento, que acota visualmente el área. En este caso, la propuesta apuesta por un jardín de césped y la parte privada, con una bañera, situada sobre una tarima de madera que contribuye a dividir visualmente el espacio.
El resto de los elementos a incorporar en el diseño paisajístico van a depender de la privacidad que se requiera. En este caso aparecen vallados, setos, muretes o zonas con elementos de sombra (velas, toldos, pérgolas, cobertizos…).
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Íntimo y personal
“Aunque en nuestro estudio siempre ponemos el empeño en que los jardines que diseñemos tengan el sello personal del cliente, en el caso del jardín secreto todavía más, porque es como su santuario, tiene que ser un sitio sumamente especial. Por lo tanto, es donde hay que echar el resto y llevar la personalización del espacio al máximo”, afirma Francisco.
En la propuesta, la zona de piscina climatizada es un lugar concurrido durante el día, pero desde el atardecer el hidromasaje puede convertirse en el espacio para compartir un burbujeante baño en pareja. La bañera es el modelo Divina, de Novellini, y las lámparas de suelo son suficientes para conseguir un rincón romántico y único.
Con aires de refugio
Es importante que tu jardín secreto disponga de un lugar diferenciado donde puedas sentarte o tumbarte. Otra característica es que tiene que cumplir la función que el usuario espera de él: si es un lugar de lectura tiene que poderse leer cómodamente en el espacio. “En este caso, por ejemplo, miraríamos la orientación del sol para no deslumbrar y añadiríamos un punto de agua de forma que el sonido acompañe en la lectura”, comenta Francisco.
Si es un lugar simplemente para dar un pequeño paseo alejado del ruido de la casa, convendrá aislarlo del resto del jardín y las sensaciones de paseo tienen que ser agradables, ya sea visual, olfativa o incluso de forma táctil, jugando con plantas aromáticas o simplemente poniendo las plantas a la altura de la mano para que las puedas tocar mientras paseas.
En este sendero las mesitas con luz integrada Empty, de Vibia, ofrecen una calidez ambiental destacada.
También para niños y adolescentes
En familias con hijos, los adultos tendrán su jardín secreto y los hijos pueden contar también con otro. Desde Landscapers explican que este tipo de encargos es de los que recogen con más ilusión ya que los padres ponen todo su empeño y piensan en todos los detalles. “Recordamos un proyecto reciente donde hicimos una especie de rincón de confidencias, con un cambio de pavimento y unas mantas y cojines en el suelo. En el fondo de la pared instalamos un panelado de madera de exterior imitando sus motivos favoritos”. Se trata del jardín secreto de la imagen, un rincón en el que la envolvente vegetal es extraordinaria.
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Informal y con personalidad
Para que el jardín secreto de los hijos e hijas sea un éxito debe tener una estética adecuada a los gustos de los más jóvenes miembros de la familia o bien un guiño a su afición favorita. También las cromáticas que más les gusten deben elegirlas ellos. Y no lo dudes, bancos repletos de colchonetas, balancines, tumbonas, hamacas o sillones colgantes seguro que harán las delicias de pequeños y grandes.
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