Combinar bancos y sillas en el comedor es una idea fantástica. ¡Te lo mostramos!

Los bancos no son solo cosa del office sino que puedes incorporarlos al comedor combinados con sillas y lograr una decoración estilosa, original y más divertida. ¿Te parece una osadía? Sí, es una apuesta alternativa a la clásica de optar únicamente por asientos tipo silla, pero no por ello menos acertada, como te mostramos en las distintas propuestas. Aunque tiene una limitación, no es tan adecuada si tu mesa es redonda, se adapta infinitamente mejor cuando su forma es cuadrada o rectangular.

Fíjate en este ambiente, diseñado por la interiorista Pia Capdevila, donde se decanta por el eclecticismo total: sillas afrancesadas de aires clásicos, combinadas con una mesa de comedor de estilo industrial y un banco de tendencia moderna. Una maravillosa mezcla.

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Así puede ser tu banco

En este tipo de conjuntos atípicos, el elemento que debes estudiar mejor cómo debe ser es el banco, que no suele introducirse habitualmente en las decoraciones de comedores. Así, piensa bien si lo quieres de obra, a medida encargado a un carpintero o adquirido en tienda. Otros puntos a decidir son si prefieres que tenga brazos en los extremos, capacidad de almacenaje debajo o que incorpore colchonetas para hacer más mullido el asiento (en caso de no ser directamente tapizado), como ha elegido en esta propuesta Borrós Interiorisme.

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¿Con capacidad para guardar?

Una de las primeras cuestiones que debes plantearte es si deseas que el banco cuente con espacio para guardar, mediante una tapa que se eleve o, como vemos en esta propuesta, a base de casilleros abiertos combinados con cestas. En pisos pequeños donde cada centímetro cuenta, ganar esa capacidad de almacenaje es la mejor de las ideas.

En este comedor la mesa con el sobre de madera de abeto procede de Leroy Merlin. Puedes copiar la idea de mezclar un banco con taburetes, que luego puedes recoger fácilmente debajo de la mesa sin que estorben al paso.

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Posibilidad de combinar materiales

Piensa que darás mucho dinamismo a la decoración si mezclas con desenfado materiales. Las posibilidades son infinitas, desde todos los asientos tapizados pero el banco con una tela diferente hasta, por ejemplo, unas sillas metálicas y el banco en madera. En la imagen, todo el mobiliario es de Gato Preto y se opta por un banco en madera combinado con sillas de madera y fibras.

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Ideal en plantas estrechas

Cuando el comedor se encuentra en un espacio abierto con poco ancho o, como vemos aquí, es de planta alargada pero no muy espacioso, adosar el banco a la pared va a generar más amplitud, real y visual, pues a diferencia de las sillas no hay que reservar espacio tras él para sentarse.

Este ambiente creado por Sube Interiorismo tiene al verde como hilo conductor de las piezas textiles: la alfombra (de Dash & Albert) y el banco y las sillas (diseño del estudio y tapizado todo con telas de Gancedo). La impresionante mesa con pie ornamental la adquirieron en Asitrade.

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Diferentes efectos visuales

Si el banco no se adosa a la pared, se abren las posibilidades acerca de su disposición, pudiendo ser el elemento primero que percibamos ópticamente y, de este modo, que sea más protagonista o, si se prefiere, dejándose detrás. Por la primera opción ha optado la marca Hannun. Aparte, si te cansas, no costará nada cambiar la distribución de los muebles.

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Enmarcar la zona de banco

Para diferenciar el tipo de asientos puedes seleccionar una decoración mural que la destaque, en este caso La Albaida coloca un vistoso papel pintado de sisal natural, de la firma Arte International. Otras opciones son la pintura decorativa o los panelados en materiales atractivos, como la madera.

Mar Barroso, interiorista artífice de la reforma de este piso, detalla que en la nueva distribución que propusieron para la vivienda, con todos los espacios abiertos, el comedor quedaba un poco en la zona de paso, así que el objetivo fue crear un espacio ‘con entidad’, que no se quedase perdido. “La estantería de obra no existía, se generó para poder enmarcar el papel y centrar la mesa y sillas en un espacio propio. El papel fue la primera elección, un con diseño en espiga muy especial y llamativo, y como el objetivo era buscar un equilibrio entre lo sofisticado y lo fresco, decidimos que las sillas pasasen a un segundo plano para no restarle importancia al papel, y añadir un toque de color con el terciopelo del banco. Que el comedor resultase tan especial como ‘vivible’ en el día a día”.

La original mesa de comedor con tablero de roble macizo y patas de cristal es de Devina Nais y tanto las sillas como el banco, de Treforma con telas de James Malone. Aparte, destaca la combinación de lámparas alineadas, de Aromas del Campo.

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En buena sintonía con el salón

Cuando el espacio social es de concepción abierta, hay que ingeniárselas bien para que exista armonía entre los distintos ambientes. En muchas ocasiones, si el ventanal no llega al suelo, el banco se sitúa allí. Y en este caso Tinda’s Project apuesta por una distribución del salón-comedor fluida y sumamente confortable, al colocar el banco adosado al sofá, tan integrado que en realidad se trata de una prolongación del tresillo. Este banco además tiene almacenaje interior; se encargó a medida a Prodec, al igual que las sillas.

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¡Y lo pongo todo!

Muy casual, cuando tengas invitados no te cortes y atrévete a mezclar asientos de todo tipo, como en este comedor de Ikea donde la gran mesa Klimpfjäll es el centro de operaciones y hace las delicias de pequeños y grandes, por lo que se combinan tronas, sillas de niños, sillas tradicionales de comedor y, hasta un banco con almacenaje de discretas dimensiones (el modelo Perjohan, 100 x 25 x 45 cm) y un orificio central para su fácil traslado.

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Función de comedor y, además, de salón

La interiorista Susanna Cots es una amante de dejar los bancos corridos y extralargos para crear un ambiente polivalente que al mismo tiempo sirva a modo de comedor y de ambiente de estar. El secreto inspirador: llenar el rincón con acogedores cojines. En concreto se combina un banco en madera de roble fabricado a medida con una mesa de comedor de la firma Ethnicraft y unas sillas de Carl Hansen & Søn, su modelo icónico CH23.

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