En el salón, en la cocina, en el dormitorio o en el baño. Necesitamos estantes en todas las estancias porque son un recurso clave para mantener el orden en casa. Además, si los eliges bien, pueden ser un elemento decorativo muy especial.
Un modelo para cada espacio
No hay un único tipo de estante que funcione en todos los rincones de la casa. Son muchas las opciones entre las que elegir, en función de las cosas que quieras colocar en ellos y del estilo del ambiente en cuestión. Hay estantes más o menos decorativos, más versátiles, etc.
A la hora de escoger el modelo adecuado debes tener en cuenta el tipo de objetos que quieres colocar, las características de la pared y el diseño de la propia balda.
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Materiales y herramientas
Fijar en la pared una o varias baldas es una tarea de bricolaje bastante sencilla que podrás hacer tú mismo con poco esfuerzo. Para llevarla a cabo necesitarás pocos materiales. A saber, tacos de fijación y tornillos adecuados, además de los estantes que vayas a colocar.
También te harán falta algunas herramientas sencillas que seguro tienes en casa: un taladro con brocas, un destornillador, un nivel de burbuja, un martillo, lápiz y metro.
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Paso 1. Preparar la pared para instalar un estante
El primer paso consiste en preparar la pared de manera adecuada. Es importante tener claro el lugar donde quieres instalar el estante, y saber que justo por ese punto no discurren tuberías de agua o circuitos eléctricos (una idea es comprar un detector específico para averiguar dónde están las tuberías).
Repara cualquier desperfecto que pueda tener la pared. Si es necesario tapa posibles agujeros o grietas con pasta específica, deja secar y lija después. Ahora es el momento de pintar, antes de colocar los estantes, ya que después será más complicado.
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Paso 2. Busca el emplazamiento adecuado
Cuando vayas a instalar un estante en la pared, sea del tipo que sea, lo primero que debes tener claro dónde vas a fijarlo. Haz las mediciones adecuadas y presenta sobre la pared el estante.
Una vez hayas marcado con el lápiz los puntos donde tienes que fijar los soportes, utiliza el nivel de burbuja para asegurarte de que el estante queda recto y nivelado.
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Paso 3. Haz los agujeros para los tacos
El siguiente paso consiste en hacer los agujeros con el taladro y una broca adecuada. Después introduce los tacos en los orificios con ayuda del martillo. Ya puedes fijar los soportes de la balda a la pared con los tornillos y el destornillador. A continuación fija la balda a los soportes. Un destornillador eléctrico te facilitará esta parte del proceso.
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¿De qué tipo son las paredes de tu casa?
Para elegir adecuadamente el sistema de fijación de los soportes y los estantes a la pared, debes tener en cuenta el tipo de superficie sobre la que vamos a instalar las baldas. Es importante que estas queden totalmente fijas, y para eso, hay que emplear unos tacos u otros.
- Muro de mampostería. Las paredes de ladrillo se pueden perforar con ayuda de un taladro percutor y una broca específica para este tipo de materiales. Los tacos de nailon son los más adecuados para estos trabajos.
- Pared de cartón yeso, tipo Pladur. Resulta mucho más fácil hacer agujeros en este material, pero luego tendrás que usar tacos de expansión para instalar los estantes. De lo contrario estos no soportarán mucho peso.
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Estantes con escuadras, los más habituales
Son muy prácticos, ya que soportan mucho peso si utilizas las escuadras adecuadas y las colocas correctamente. Existe una gran variedad de tamaños, modelos y materiales para que puedas escoger el estante perfecto en cada caso.
A la hora de fijar las escuadras a la pared, debes colocarlas a unos 10 cm de cada extremo de la balda, poniendo una cada 80 cm si vas a poner en el estante cargas muy pesadas, y cada 60 cm para cargas medias. Utiliza tacos y tornillos del tipo y medida adecuados para fijar las escuadras a la pared, y sujeta la balda con tirafondos (tornillos con punta).
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Estantes de cremallera, la opción más versátil
Son estantes (o estanterías completas) que se instalan mediante unos elementos que se llaman cremalleras. Se trata de unos perfiles, normalmente metálicos, que se fijan a la pared en sentido vertical, y que cuentan con multitud de orificios en los que se sujetan las cartelas. Estas son unas escuadras sobre las que descansan las baldas.
Una de las ventajas que tienen las estanterías de cremallera es que puedes cambiar en cualquier momento la altura a la que vas a fijar el estante. Se trata de un sistema muy versátil que se adapta al espacio disponible. Además, son resistentes, económicos y duraderos.
Si bien son perfectas para espacios como trasteros o garajes, también puedes encontrar estanterías de cremallera que resultan muy decorativas en el salón o la cocina.
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Estantes de fijación invisible
Son los más decorativos, ya que se componen de una balda de un grosor considerable que se fija mediante herrajes ocultos, por lo que queda volada sin mostrar los anclajes.
La instalación de este tipo de baldas es muy fácil. Llevan un kit de montaje que incluye tacos, tornillos y los soportes metálicos que después se ocultan en el interior de la balda. Esta lleva los rebajes y orificios necesarios para poderla instalar.
- Comienza por presentar la balda sobre la pared y marca los puntos de fijación de los soportes. No te olvides de nivelar con el nivel de burbuja para que el estante quede totalmente recto.
- Haz los agujeros e inserta los tacos.
- Atornilla los soportes a la pared y encaja la balda.
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