El olivo es uno de los árboles que más habituales de los paisajes y geografía española. Con un porte elegante, casi majestuoso, desde hace años es tendencia incluirlos en jardines y terrazas. Y ahora este boom llega también al interior de las casas, decorando cualquier rincón con su presencia y sumándose a tus plantas de interior. Y lo mejor es que, puesto que procede de climas mediterráneos, es una planta que se adapta bien al interior y llenará de alegría tu jardín si lo plantas en el exterior. Te contamos cuáles son los cuidados del olivo, ya lo tengas plantado en el jardín o en maceta.
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Características del olivo
El olivo, cuyo nombre científico es Olea europaea, es una planta apta para cultivarse en maceta, especialmente si no quieres terminar con un gran ejemplar. Porque, aunque el olivo es una planta de crecimiento lento, con los años puede llegar a medir entre 4 y 12 metros. Es un árbol muy longevo de hoja perenne y su tronco y ramas suelen ser retorcidos y nudosos. Sus hojas son pequeñas y alargadas, de un color gris verdoso por arriba y blancuzcas por debajo, de un tamaño de 3 a 10 cm. Su fruto es la oliva o aceituna. Se caracteriza por su carnosidad y forma ovalada. Son de color verde y, cuando llegan a la maduración, tornan a un color rosáceo, violáceo o negro.
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El mejor sustrato para un olivo
Una de las ventajas del olivo es que prospera en cualquier tipo de suelo, ya que están acostumbrados a zonas áridas. Ahora, es muy importante que esa turba cuente con un buen drenaje, uno de los elementos básicos para que el olivo prospere. De esa manera, puedes añadir a tu sustrato universal un poco de arena, grava o fibra de coco. Puedes incluir en la mezcla un poco de humus de lombriz para crear un sustrato más rico en nutrientes.
Cuando la plantes en maceta, elige una de arcilla, ya que ofrece una traspiración adecuada, ayudando a que el sustrato no acumule mucha agua. Si cambias su ubicación en invierno, metiéndola al interior porque hace mucho frío, te recomendamos que elijas una maceta de ruedas para moverla cómodamente. En cuanto al cultivo del olivo, añade en la base una capa de guijarros para que la tierra no se salga por los agujeros de drenaje y, además, proteja a las raíces de la humedad.
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¿Cuánto se riega un olivo?
Como indicábamos, una de las claves del cultivo del olivo es controlar el exceso de agua y los encharcamientos en el sustrato, por lo que conviene dotar a la planta de un buen drenaje y controlar su riego. En cuanto a la frecuencia de riego, dependerá si la tienes en maceta o en el jardín:
- Si el olivo está en maceta: ya lo tengas en el exterior o en el interior, espera a que la capa más superficial del sustrato esté seco antes de regarlo. Hazlo unas dos veces por semana en verano y reduce a un riego semanal durante el resto del año.
- Si tienes tu olivo plantado en el jardín: evita colocarlo en el césped, ya que es una especie que retiene mucha humedad y podría terminar dañando sus raíces. Por el contrario, otras especies rústicas, como la lavanda o la buganvilla pueden ser compañeras perfectas, puesto que tienen más o menos la misma necesidad de agua. Mientras sea una planta joven, se recomienda regarla de manera continua, esperando a que el sustrato esté seco entre riegos. En cambio, cuando es un ejemplar adulto, puede vivir tan solo con el agua de lluvia.
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Dónde plantar un olivo: luz y temperatura
El olivo es una planta que necesita mucho, mucho sol. Por eso, tanto si la tienes en el jardín como en el interior de tu casa, busca una ubicación en la que pueda beneficiarse de todas las horas posibles de luz directa.
Ten en cuenta que, en exterior, no soporta bien el frío y no aguanta temperaturas inferiores a -8 °C. Tampoco tolera bien el exceso de agua, por lo que no es una especie apropiada para climas húmedos y en los que no abundan los días soleados.
Si tu zona es mediterránea, podrás plantarlo en el jardín sin preocupaciones o, si lo tienes en maceta, cambiar su ubicación según la época del año.
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¿Cada cuánto y cuándo se abona un olivo?
Aunque no vayas a comer los frutos de tu olivo y su presencia sea tan solo ornamental, evita utilizar fertilizantes químicos. Lo mejor es que emplees abonos orgánicos y en formato líquido, siguiendo siempre las indicaciones del fabricante. El guano o el extracto de algas son buena opción. Tendrás que hacerlo una vez al año. En climas fríos, abona tu olivo a final del invierno, mientras que en climas en los que no hay helada, hazlo en otoño.
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La poda: clave en el cultivo del olivo
La poda del cultivo dependerá de si está cultivado en tu jardín o en maceta.
- Poda del olivo en el jardín: no es necesaria la poda y muchas personas prefieren que crezca a su libre albedrío. Ahora, dependiendo de la edad de tu olivo, podrás someterle a uno u otro tipo de poda. Si es joven, entre el segundo y tercer año, realiza una poda de formación, eliminando ramas bajas y chupones. En los ejemplares de más de cuatro años, puedes hacer una poda de fructificación, para que produzca más, y consiste en airear la copa de follaje y ramas. Una tercera opción para olivos ornamentales, es una poda estética, con la que se da a la copa del olivo la forma deseada.
- Poda del olivo en maceta: aunque no crece tanto como si está cultivado en la tierra, hay que podarlo para que se mantenga a la altura deseada. Tendrás que cortar las ramas débiles o rotas, así como las que sobren dependiendo de la forma que quieras darle a tu olivo.
Un consejo: desinfecta siempre todas las herramientas que vayas a utilizar para podar.
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¿Cuándo trasplantar un olivo en maceta?
Cuando la maceta se ha quedado pequeña para tu olivo y las raíces salen por los agujeros de drenaje, es el momento de trasplantarla. Esto suele ser cada 2 o 3 años. Hazlo en primavera. Elige una maceta de mayor tamaño que la que anterior, coloca una capa de grava o guijarros en la base para favorecer el drenaje y, después, echa un poco de sustrato universal. Introduce el cepellón, con cuidado de no romper las raíces, y termina de rellenar con sustrato. A continuación, riega.
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Enfermedades y problemas más comunes del olivo
Aunque el olivo es una planta bastante resistente, puede verse afectada por algunas plagas como la cochinilla, la mosca del olivo, el barrenillo del olivo o arañuelas. La única solución es aplicar un insecticida ecológico, como el jabón potásico, uno de los remedios caseros más eficaces para las plantas.
Si las hojas están amarillas o se caen, puede ser síntoma de un exceso de agua que ha llegado a las raíces. Si la tienes en el jardín, espera a que el sustrato esté seco y ajusta la frecuencia de riego. Si la tienes en maceta, haz lo mismo y, cuando la trasplantes, asegúrate de proporcionarle un drenaje mejor.
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