Aunque el suelo de tu jardín sea rico en nutrientes, con el paso del tiempo se irá empobreciendo y, de vez en cuando, necesitará un aporte de sustancias beneficiosas para las plantas. Proporcionarle un buen mantillo es una manera formidable de dárselas, aunque este material orgánico tiene otros beneficios interesantes para el jardín. ¡Descúbrelos!
¿Qué es el mantillo?
Se trata de un abono orgánico compuesto por distintas sustancias que tiene numerosos beneficios para las plantas. Para empezar, extendido sobre el sustrato, lo enriquecerá y mejorará considerablemente su estructura.
Pero no solo servirá para nutrir las plantas, sino que les ofrecerá protección ante otros peligros como, por ejemplo, los cambios bruscos de temperatura, el calor extremo o las heladas. Esto es así porque el mantillo se puede utilizar para el acolchado, una técnica que consiste en emplear un material determinado para proteger las raíces de las plantas.
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Grandes ventajas para tus plantas
No son una ni dos las ventajas que tiene el mantillo para las plantas de tu jardín. Utilizarlo en determinadas circunstancias tendrá numerosos beneficios para ellas.
- El mantillo es un material orgánico que se va descomponiendo de forma lenta y progresiva, y así va suministrando al terreno los nutrientes que las plantas necesitan. Actúa como un abono de liberación lenta.
- Contribuye a mantener la humedad del terreno y mejora el drenaje del mismo evitando los encharcamientos.
- Es tremendamente beneficioso en zonas de climas riguroso, con temperaturas extremas, ya que protege las raíces de las plantas tanto del calor excesivo del verano, como de las heladas y el frío del invierno.
- Evita la aparición de malas hierbas.
Leer: Consejos útiles para proteger tus plantas de exterior del calor en verano
¿Cuándo es el mejor momento de utilizarlo?
La mejor época para aplicar mantillo en el terreno del jardín es a finales de la primavera o principios del verano. En este momento, este material servirá de abono y de protección para las plantas de cara a la estación estival, una época difícil para tu jardín debido al calor y al sol intenso. El mantillo protegerá las raíces y contribuirá a mantener la humedad en el terreno, de forma que será más difícil que se evapore.
Para aplicarlo correctamente, hazlo sobre la tierra húmeda de forma que pueda preservar mejor esta humedad. Como precaución, remueve de vez en cuando el mantillo para evitar la aparición de insectos y plagas.
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Acolchado con mantillo, una tarea importante
Realizar un acolchado (en inglés, mulching) es una técnica de jardinería que consiste en distribuir sobre el terreno, alrededor de tus plantas, una capa (ni demasiado gruesa ni muy fina) de material orgánico con el objetivo de proporcionarle nutrientes que favorezcan su desarrollo y de protegerlas frente a los riesgos que las pueden poner en jaque.
Es como abrigar las raíces con una manta natural superprotectora para que puedan hacer frente a situaciones difíciles como pueden ser el calor extremo del verano o el frío intenso del invierno. Además, esta capa de material orgánico se va descomponiendo y convirtiéndose en abono natural para tus plantas.
El mulching puede realizarse con materia orgánica y natural como hojas secas, paja, restos de hierba, corteza triturada, agujas de pino, etc. Hacerlo con mantillo es una opción perfecta para todo tipo de plantas, desde los árboles hasta los cultivos del huerto.
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Elige el tipo que necesitan tus plantas: mantillo con tierra
Existen diferentes mantillos, con distintos tipos de componentes, en función del uso que quieras darles o de las plantas para las que lo vas a emplear. A cada tipo de plantas le van mejor unos nutrientes que otros, por lo que conviene adaptar el mantillo a cada situación.
- Mantillo con tierra: tiene la apariencia de un sustrato común, pero cumplirá perfectamente la función de proteger tus plantas, retener la humedad del suelo y aportarles los nutrientes que requieren. Es adecuado también para plantas cultivadas en maceta, y para plantas que, como los árboles, tienen una vida larga.
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Mantillo sin tierra: más ligero y fácil de utilizar
- Además de los mantillos con tierra existen los que no la llevan, sino que están compuestos por turba u otros materiales como fibra de coco. Son más ligeros pero también aportan menos nutrientes a tus plantas. Por otra parte, no son tan efectivos para favorecer el drenaje del terreno y no evitan de forma los encharcamientos. Puedes usarlos para plantas de temporada, por ejemplo, con una vida más corta.
- Otro tipo de mantillo que debes conocer es el mantillo para ericáceas: su pH es más bajo por lo que es adecuado para plantas acidófilas, que prefieren los suelos ácidos y no alcalinos (de pH alto).
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Para un césped saludable, fresco y renovado
Proporcionarle a tu pradera de césped un buen aporte de mantillo en determinadas ocasiones puede ser una táctica perfecta y efectiva para renovar la hierba y conseguir que crezca de forma saludable.
Para ello deberás repartir el mantillo sobre el césped a principios de la primavera. Hazlo en una capa de un centímetro o centímetro y medio de grosor, empleando un mantillo orgánico de buena calidad (que esté libre de hongos y de semillas de malas hierbas).
Tendrás que extenderlo con una pala de forma homogénea, evitando que se acumule en algunos puntos. Una vez esté bien repartido conviene regar ligeramente para favorecer que los nutrientes penetren en el terreno.
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Fabrica tu propio mantillo
Es una tarea fácil que consiste en reunir aquellos elementos orgánicos que tienes en tu jardín como hojas secas que se han caído de los árboles, restos de hierba que se producen al cortar el césped o restos de la poda de tus plantas.
Toda esta materia orgánica sirve para acolchar el terreno con una capa superficial, sin tratamiento alguno, aunque puedes triturarla un poco para que el resultado sea más homogéneo. Es una forma realmente sencilla y efectiva de nutrir y proteger tus plantas.
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Desventajas de utilizarlo en el jardín
Aunque, como hemos dicho antes, emplear mantillo en el terreno del jardín es por lo general una buena opción, lo cierto es que también tiene su parte negativa, que debe ser tenida en cuenta.
- El mantillo puede atraer ciertas plagas al terreno. Al retener mejor la humedad, puede provocar la aparición de ciertos insectos a los que les encantan estos suelos frescos y húmedos. Sin embargo, si remueves de vez en cuando el mantillo podrás evitar su aparición y, sobre todo, detectarla enseguida si se produce.
- La floración de algunas plantas podría retrasarse. Es cierto que el mantillo protege el suelo del recalentamiento en verano. Y esto, que resulta muy beneficioso para muchas plantas, podría retrasar la floración de otras que necesiten más calor en el suelo. Como el terreno tarda más tiempo en calentarse, algunas plantas crecerán más lentamente y florecerán de forma tardía.
- También puede ocurrir que determinadas semillas no germinen, ya que les costará más esfuerzo brotar.
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