El estilo industrial tiene muchas virtudes, como lograr ambientaciones de inspiración fabril repletos de luz y con mucha personalidad. Es por ello que lleva décadas triunfando y sigue estando aún de rabiosa actualidad. Como hay quien achaca que el estilo puede resultar gélido, vamos a descubrir cómo dotarlo de grandes dosis de calidez. Nos ofrecen un sinfín de sugerencias dos expertos: el interiorista Javier Quintanilla, de Interiorismo Parellades (www.finquesparellades.com) y la arquitecta Eli G. Cruz (www.eligcruz.com). ¡Toma nota!
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Definición del estilo industrial
En el estilo industrial la arquitectura, siempre que puede, deja los espacios abiertos y conectados, tipo loft, con lo que los ambientes se presentan luminosos y suelen ser polivalentes. Resulta austero y, a la vez, sumamente sincero, porque deja a la vista elementos que normalmente se ocultan: instalaciones, viguerías, paredes de ladrillo...
Respecto a la decoración, huye de las excentricidades y es sencilla, bohemia y muy auténtica, con gran presencia de elementos metálicos y poca entrada del color.
En el ático de la propuesta, reformado por Cometa Architects, la madera define el área de almacenaje y los conductos vistos son de cobre. Destaca también que se prefiere no colgar lámparas suspendidas del techo y que el mobiliario se diseña a medida para ajustarse como un guante al espacio disponible.
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Arquitectura en bruto
Sin tapujos, en ocasiones la vivienda se queda con los suelos en bloques de hormigón sin enlucir o las paredes de ladrillo visto. En ese sentido la estética puede resultar brutalista. También es habitual apostar por un suelo continuo, como el que proporcionan el microcemento o el yeso alabastrino.
Javier propone que, para conseguir carácter, lo más importante es destacar la estructura de la vivienda, como las vigas, las columnas o las instalaciones. “Siempre hay algún elemento que destacar, incluso en las casas más modernos podemos dejar a la vista una viga de acero o revestir una pared de microcemento”.
Ricas texturas
La paleta de colores base que son propias del estilo industrial es realmente corta, con predominio de grises, terracotas, marrones y negros. De nuevo nos encontramos con la necesidad de mitigar una ambientación masculina para conseguir unos interiores únicos y especiales. A tal efecto Javier sugiere “dejar algunas paredes en blanco roto para relajar el look y empapelar algún paño con un acabado que recuerde al desconchado natural de las paredes o que nos remita al salpicado de pintura de un cuadro de Pollock”. ¿Más sugerencias? Materiales que hasta parezcan desgastados, poniendo en valor el paso del tiempo.
También los revestimientos y las encimeras de cocina o baño con aspecto oxidado resultan hipnóticos y llenan de personalidad el espacio, lo vemos en este proyecto de Eli G. Cruz en la zona de la chimenea.
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Fluidez espacial
Seguro que reconoces los separadores de espacios acristalados con cuarterones negros, generalmente en hierro. Son muy empleados en el estilo industrial porque se logra diferenciar ambientes, pero siguiendo la máxima de que sigan permaneciendo conectados visualmente.
Este es un aspecto que valora mucho Javier: “lo más característico de la decoración industrial es cómo se vive el espacio. Son casas diáfanas y multifuncionales, con separadores móviles o acristalados, que permiten pasar la luz y disfrutar en todo momento de la vivienda al completo”.
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¡Atrévete a jugar!
“Son espacios en los que predomina la línea recta, por lo que contrastar con algún espejo circular, lámparas de formas orgánicas o trapezoidales y sofás y camas de aspecto muy mullido siempre es un acierto”, propone Javier.
Además, introduce asimetrías para dar un aire más informal al ambiente. El interiorista ofrece otras las claves para aportar un toque desenfadado: “combinar con cojines de diferentes tamaños y texturas, añadir en el espacio mantas de punto grueso o colocar lámparas en grupos de dos o de tres. También resulta muy acertado decorar las paredes con una mezcla de cuadros y espejos de diferentes tamaños y acabados, para que el espacio se perciba vivido”.
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Rebajando su frialdad
El estilo industrial es muy contundente y puede configurar ambientes algo fríos, así que conviene suavizar este efecto mezclándolo con otras tendencias decorativas que aporten calidez. Eli comenta que, “personalmente, me gusta mucho combinado con estilo nórdico, con maderas cálidas tipo roble, y el estilo mediterráneo, con textiles cálidos. Los tonos y colores que mejor le combinan son los de la paleta más cálida: ocres, marrones, naranjas, amarillo mostaza, etc.”.
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El arte del contraste
El hierro, el cemento o el hormigón debería rebajarse con elementos que aporten calidez a la atmósfera, como el ladrillo visto o la madera. Aparte, como sugiere Eli, “los textiles naturales también serán grandes aliados para aportar calidez y ‘sensación de hogar’. Tejidos como el lino, el algodón e incluso el terciopelo, en sus versiones más invernales, harán el mix ideal junto al estilo industrial”.
La iluminación artificial más acertada
Existen infinidad de lámparas que coordinan con el estilo industrial, como las de bombilla a la vista, las de pantalla metálica o los flexos, pero algo vital que debes tener en cuenta es que no proporcionen una luz fría. Tal y como aconseja Eli, “el tono de luz no debe superar los 3.000º K (preferiblemente 2.700º K)”.
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Decora con plantas
Y el último toque final lo darán las plantas de interior, capaces de transmitir una imagen muy fresca y auténtica. Si te estás iniciando en la jardinería apuesta por variedades muy fáciles de cuidar que, por suerte, hay infinidad de opciones, como las suculentas, las zamioculcas, los filodendros, los potos o las arecas (hay una en este ambiente de comedor amueblado con piezas diseñadas por Marià Casals para Hannun). Si tienes mano con las plantas, puedes decantarte por especies más exigentes.
Además, Javier propone utilizar fotos y recuerdos de nuestros viajes. “Es infalible, porque da ese plus de verdad y calidez que convierte el espacio en un hogar realmente personal y único”.
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