Es uno de esos debates ‘deco’ que nunca pasa de moda y en el que no hay vencedores, solo soluciones decorativas, ya que la razón cae en uno u otro lado, según cada caso concreto. Los que están a favor siempre destacan su poder en la decoración de interiores, su calidez y su capacidad para separar ambientes dentro de una misma estancia, como el salón comedor. Los que se posicionan en contra argumentan que en esta zona es un foco de migas y suciedad y que resulta poco funcional. Repasamos las ventajas y los inconvenientes de ambas opciones y te damos las claves para elegir el mejor modelo.
Sin alfombra: es poco práctica
Aunque las alfombras son el complemento perfecto para la casa, en la zona del comedor no son la mejor opción, especialmente si hay niños, ya que es normal que caigan migas, comida y bebida, con lo cual tendrás que estar siempre pasando el aspirador y quitando manchas. Además, viendo este ambiente de Terratinta Group, ¿quién la echa de menos?
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Con alfombra: un plus de estilo
Se han colado en nuestras casas tanto fuera como dentro y tanto en invierno (su época natural) como en verano y nosotros hemos caído rendidas a su poder y a su capacidad para ensalzar cualquier ambiente con su sola presencia. A la moda, son como un buen abrigo que todo lo tapa o como esos zapatos que acaparan la atención del ‘look’. Esta, de la colección Mark Making de The Rug Company (en BSB), cumple todos los requisitos: es bonita como una obra de arte, de lana para poder limpiarla, grande, para que las sillas no se queden fuera al levantarte o sentarte y tiene tanta personalidad que no importa si la mesa o las sillas son ‘low cost’.
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Sin alfombra: para no recargar
Un comedor único y personal no tiene, necesariamente, que contar con una alfombra, ya que puedes darle carácter con otros recursos ‘deco’, como combinar sillas diferentes que aporten dinamismo al conjunto, como en esta propuesta de Nest. Un comedor diferente donde se mezclan asientos de modelos, colores y materiales distintos, acaparando toda la atención e integrándose a la perfección en una estancia moderna, que apuesta por la libertad decorativa.
Con alfombra: para proteger el suelo
En casas antiguas donde el suelo de madera es un valor y una de las señas de identidad de la vivienda, siempre es una buena idea protegerlo con una alfombra, para que no tengas manchas de grasa o vino (casi) imposibles de eliminar o arañazos motivados por el movimiento continuo de las sillas. Eso sí, debe ser un modelo especial, como el de esta propuesta de Davey Lighting, que no desmerezca al resto de muebles y elementos. Recuerda que es importante que se adapte a la forma del comedor, rectangular en este caso, y preferiblemente que sea sufrida.
Sin alfombra: en comedores pequeños
En un comedor o salón comedor de pocos metros, resulta mucho más ligero prescindir de la alfombra, para evitar delimitar ambientes, aunque sea visualmente. De esta manera, se diseña un único espacio común, potenciando la sensación de amplitud. En estos casos, no dudes en completarlo con una mesa redonda, como la de esta propuesta de &Tradition, ya que ocupan menos visualmente y brindan asiento al mismo número de comensales que los modelos rectangulares o cuadrados.
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Con alfombra: más calidez
Si algo no se le puede negar a una alfombra es su capacidad para aportar calidez al ambiente y crear con su sola presencia sensación de hogar, como ocurre en esta propuesta de Jonathan Adler. Eso sí, a la hora de elegirla, opta por un modelo de pelo corto y bajo en lugar de una mullida y de pelo largo (un auténtico imán para las migas) y en materiales fáciles de limpiar como el algodón, las fibras vegetales y, por supuesto, las vinílicas. Respecto al color, recuerda que, aunque las oscuras son más sufridas que las claras, también son más visibles las migas y el polvo. Sopesa tus hábitos y la decoración del comedor y apuesta por aquella que mejor encaje. Por cierto, las tipo moqueta están muy de moda.
Sin alfombra: en ambientes modernos
En comedores modernos o minimalistas donde el ‘menos es más’, la alfombra sobra o, al menos, no es necesaria para lograr un resultado de ‘10’, como ocurre en este ambiente de Ceramiche Refin donde el espectacular pavimento contribuye al ‘look’. Además, como no hay particiones, es también el encargado de crear un espacio único, una solución que encaja a la perfección con la tendencia de decoración ‘open concept’.
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Con alfombra: en comedores formales
Pon una alfombra y habrás dado a la estancia un toque de sofisticación. Por este motivo, son una buena opción en comedores formales, reservados para comidas especiales o celebraciones, como este de El Corte Inglés. Para que el conjunto resulte, sé generosa con las proporciones, pero sin exagerar, para que no ‘baile’ y elige un modelo liso o estampado en función de la mesa, las sillas, el suelo y las paredes. También puedes usarla como base de la decoración, desarrollando el esquema de colores y estilo a partir de ella.
Sin alfombra: en comedores de diario
Los detractores de las alfombras en el comedor siempre aportan dos pruebas para defender su postura: son poco prácticas en una zona donde hay comida y no son la mejor opción en comedores de diario, como este de Hem, donde hay más movimiento y se corre el peligro de tropezar con la alfombra al levantarse y sentarse. Si aún así no te convences y sigues pensando en colocar una, recuerda que debes dejar libre unos 60 cm a cada lado de la mesa, para que las sillas puedan moverse sin enredarse en ella y sin quedar desniveladas.
Con alfombra: para separar espacios
Son una de las mejores maneras de separar ambientes, en esta propuesta de Kave Home el comedor de la cocina, de una estancia sin necesidad de recurrir a tabiques. De esta manera, se mantiene la conexión visual entre el salón y el comedor, por ejemplo, pero se establecen límites visuales que otorgan entidad propia a cada uno. Para lograr un efecto completo, elige un modelo con la misma forma que la mesa, para que actúen como una especie de ‘isla’ independiente del resto. Además, de esta manera lograrás mayor sensación de orden y equilibrarás las proporciones de la habitación. Lo ideal es que sobre por los lados.
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