Cómo decorar el despacho de tu casa para que puedas concentrarte y trabajar mejor

La nueva situación en plena ola de ómicron ha hecho que la vuelta a la oficina se retrase y que el teletrabajo sea, otra vez, la opción idónea mientras las cosas vuelven a la normalidad. Aunque ya nos hemos acostumbrado, lo cierto es que en casa resulta más complicado concentrarse, por no hablar de las ‘visitas’ continuas a la nevera. Por lo tanto, es preciso contar con un despacho donde puedas trabajar como si lo hicieras de manera presencial. Estas ideas de decoración te ayudarán a crear un ambiente tranquilo y relajante para recuperar la motivación y mejorar la productividad.

1. El lugar perfecto

Si no lo has hecho ya, es importante que establezcas un lugar fijo para trabajar, que evite que vayas cambiando de la cocina al salón cada día. Si no cuentas con una habitación para tal fin (la mejor alternativa), puedes montar el despacho en casa en cualquier habitación excepto en el dormitorio, ya que aquí podría, incluso, afectar a la calidad del sueño. La orientación también es un aspecto a tener en cuenta. Para ello, puedes seguir los principios del Feng Shui que recomiendan colocar el escritorio de espaldas a la pared con un espacio despejado frente a ti. Asimismo, es mejor evitar dar la espalda a un pasillo, una puerta o una ventana.

2. Un espacio (bien) delimitado

Para crear un sitio agradable y confortable en el que puedas trabajar bien, es necesario establecer límites que le otorguen independencia y entidad propia. Si has instalado la oficina en un rincón de una habitación, puedes usar revestimientos para suelos y paredes que te ayuden a delimitar los espacios. Piensa, por ejemplo, en colocar papel pintado diferente al del resto de la estancia o en poner una alfombra en el pavimento, que nos ayude a diferenciar visualmente la zona de trabajo. Si no quieres montar tu escritorio contra una pared, también puedes apostar por un medio tabique, un muro de cristal o una estantería que actúen como elementos divisorios.

3. La luz adecuada

Nada como la luz natural para trabajar serenamente y crear un ambiente relajante en tu oficina en casa. Sin olvidar que, el sol proporciona un plus de energía y levanta el ánimo. Por lo tanto, es conveniente instalar el escritorio cerca de una ventana y reforzar la iluminación con lámparas para los días más oscuros o durante las primeras horas de la mañana. Olvídate de las luces excesivamente fuertes y planifica una principal (lámpara de pie o de techo), así como algunas auxiliares (de sobremesa, pinza…) para crear una atmósfera tenue, que evite reflejos en la pantalla para no forzar la vista.

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4. Colores ‘amigos’

Los colores juegan un papel importante en nuestro estado de ánimo y en nuestra forma de comportarnos. Por eso, si quieres una oficina en casa relajante, en la que puedas concentrarte, elige tonos con propiedades calmantes, como el azul o el verde. El primero es el color de la relajación y la tranquilidad, y es de sobra conocido su potencial para la reflexión y la meditación, mientras que el segundo favorece el aprendizaje y ayuda a reducir la fatiga. El rosa claro y el blanco son también buenos aliados.

5. Con curvas

Teniendo en cuenta que los muebles de tu oficina en casa contribuyen a crear una atmósfera más reconfortante, juega con sus diseños y suaviza, en general, el ambiente. Así, el Feng Shui huye del mobiliario de formas contundentes y esquinas afiladas y apuesta por muebles y objetos decorativos con curvas redondeadas, que te ayuden a crear una atmósfera más serena y relajante.

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6. En orden

El desorden no solo nos hace más infelices, sino que, además, favorece el caos. Por eso, si quieres una oficina tranquila, acostúmbrate a ordenar tu espacio de trabajo. Apuesta por un almacenamiento práctico y optimizado que facilite el día a día. organiza tus papeles con regularidad, evita llenar tu mesa de cosas y no dejes nada por medio. Ten en cuenta que, al ordenar tu despacho, también pondrás algo de orden en tu cabeza, para que puedas aligerar tu mente y concentrarte en la tarea. Un consejo: al final de la jornada laboral, dedica tres minutos a recoger para empezar al día siguiente con energía renovada. 

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7. Con plantas

Sabemos que las plantas no solo decoran nuestras estancias, sino que también ayudan a reducir el estrés, recargan las pilas de energía y promueven nuestro bienestar. Por eso, siempre deben tener un sitio en una oficina tranquila. A la hora de elegir las especies más adecuadas, piensa en aquellas que son descontaminantes o resultan capaces de absorber las ondas electromagnéticas emitidas por el ordenador o el móvil. El cactus, la sanseviera o la chamaedorea son tres buenas opciones.

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8. Una decoración inspiradora

Que proporcione una atmósfera amigable donde te encuentres a gusto, aumente tu inspiración y te haga sentir bien. Aprovecha la oportunidad y elige objetos que te ayuden a organizar y te faciliten el día a día. Aunque puedes colocar un detalle como un marco o una planta sobre tu escritorio, lo más indicado es usar el potencial de las paredes. Opta por carteles, fotografías o ilustraciones que puedes colgar directamente en ella o poner en un tablero y crear tu propio ‘collage’; pon un espejo, un calendario o, incluso, un reloj.

9. Una buena silla

El despacho en casa no solo debe ser un ambiente tranquilo, sino también cómodo. Por eso, es clave elegir una silla de calidad, ergonómica con buen apoyo lumbar y, a ser posible, regulable en altura. Con o sin reposabrazos, es una elección personal. Recuerda que, para no sufrir dolores, debes tener una buena postura con los pies tocando el suelo, la pantalla a un brazo de distancia, con la mirada descansando en su tercio superior. 

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10. Carácter práctico

El despacho en casa ideal es aquel en el que puedes concentrarte y relajarte al mismo tiempo. Por eso, crear un ambiente tranquilo no significa renunciar al reloj ni a al calendario, sino introducirlos en la decoración de interiores para que te guíen y te ayuden en tu día a día. Otra buena idea es recurrir a una pizarra donde apuntar las citas y las tareas que debes realizar o llenar tu mesa de notas adhesivas de colores que te recuerden lo más importante.