Enero es un mes difícil. Tras el derroche navideño, con los regalos, las celebraciones, las comidas, etc. hay que apretarse un poco el cinturón para llegar a fin de mes con una economía holgada. Asimismo, es habitual que algunos de los servicios de los que hacemos uso aumenten su precio. Así que ha llegado el momento de ponerse las pilas y cambiar ciertos hábitos, de manera que, a la larga, consigas un notable ahorro en el día a día. Te damos varios consejos que te ayudarán a ahorrar y conseguir llegar a final del año con algunos ahorros y que la cuesta de enero sea menos dura.
Comienza haciendo un análisis de tus finanzas
Lo primero que debes hacer es hacer una valoración de tus ingresos y tus gastos. Coge un papel y un boli y apúntalo todo. Pero absolutamente todo. Y aquí entran no solo los gastos de casa, como la luz, el agua o el gas, sino también las suscripciones a plataformas o comercios online, el café diario, las salidas al teatro o al cine y hasta los cromos de los niños. No te engañes y apúntalo absolutamente todo. Así sabrás de dónde podrás reducir el gasto y qué es lo imprescindible.
Lo ideal es que dividas tus ingresos en tres partes: un 50% para los gastos fijos de casa (gas, luz, comida, etc.), un 30% destínalo al ocio (restaurantes, ropa, viajes…) y un 20% ahórralo.
Evita las compras compulsivas
Sí, sabemos que enero es sinónimo de rebajas. Y que resistirse a comprar esa chaqueta que tanto te ha gustado o ese bolso que te tiene enamorada es complicado. Pero, antes de visitar tus tiendas favoritas o darle al clic de ‘seguir con la compra’, hazte esta pregunta: ¿realmente lo necesito? Si la respuesta es negativa, ya sabes lo que tienes que hacer. Además, en febrero continúan las segundas rebajas en muchas tiendas, por lo que conseguirás una mejor oferta y ahorrarás más.
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Compara precios y no compres de más
Aunque tengas costumbre de hacer la compra siempre en el mismo supermercado, valora visitar otras cadenas o el mercado de tu barrio y comparar precios. También es aconsejable que vayas al súper con una lista y que te ciñas a ella: así no comprarás de más y evitarás gastos superfluos en cosas que no necesitas.
Puedes aprovechar las ofertas 3 x 2 (siempre que sean productos que utilices habitualmente y no sean perecederos). Aunque no lo creas, a la larga ahorrarás. Ahora, intenta resistirte si no son productos que soléis consumir en casa o, de lo contrario, caducarán antes de que les des uso.
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Ahorro en la cocina: sé más eficiente
Di adiós a las cazuelas convencionales y di hola a la olla exprés. Es mucho más rápida y su capacidad suele ser mayor que la de la mayoría de las ollas. ¿Otro consejo? Al cocinar, utiliza una sartén o cazo del mismo tamaño que el fogón de la vitrocerámica, porque de otra manera estarás haciendo consumiendo energía de manera inútil. De hecho, este desperdicio de calor puede suponer un gasto de hasta un 20% más.
Otro truco para que la comida se haga más rápido es tapar las ollas y sartenes, lo que reduce el tiempo de cocción, con un consiguiente ahorro de energía. Un último consejo para ahorrar en la cocina es aprovechar el calor residual: apaga el fogón entre 3 y 5 minutos. Así se terminará de cocinar el plato con el calor acumulado.
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Pásate al ‘batch cooking’
Esta tendencia en la cocina no solo te ayudará a ahorrar unos euros a final de mes, sino que también ahorrarás dinero. Este método consiste en destinar una tarde a hacer un menú semanal y aprovechar cada preparación para varios platos. Te explicamos cómo se hace.
Empieza valorando lo que tienes en el frigorífico y la despensa para planificar el menú y haz una lista con lo que necesitas comprar en el supermercado. Después, cuando vayas a cocinar aprovecha los recursos. Por ejemplo, unas patatas cocidas te pueden servir para hacer una guarnición y para un puré. Si, además, las cueces con más verduras, conseguirás un delicioso caldo que servirá como un plato más de tu menú o para dar sabor a otras recetas. ¿Otro ejemplo? Puedes hacer un sofrito sencillo que sirva de base para varias recetas y al que podrás añadir después los ingredientes que quieras según el plato que estés cocinando.
Di adiós a los gastos superfluos
El café de media mañana, la visita a la máquina expendedora del trabajo, la lotería semanal… Valora reducir esos gastos que solo hacen un agujero en tu economía. Este tipo de productos se pagan con dinero en efectivo, de manera que pasan completamente desapercibidos en la economía mensual. Si lo reduces y vas ahorrando toda esta calderilla lograrás un considerable ahorro a final de mes. Para ayudarte, hazte con una hucha y ve metiendo todas las monedas de cobre, así como las de 50 céntimos y un euro. Ábrela al final del año y verás todo lo que has ahorrado.
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Pásate al club de las tres R
Reutiliza, recicla y reduce. Es una máxima básica para conseguir un ahorro importante a final de año. Empieza por gestos tan simples como evitar el consumo fantasma de los electrodomésticos. Esa lucecita que se queda encendida cuando apagas la tele o el router cuando nadie lo está usando puede suponer un gasto en el hogar entre un 7 y un 11% del consumo total de un hogar según el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía).
¿Más cosas que puedes hacer? Imprimir el papel por las dos caras, apagar el grifo cuando no se está utilizando, evitar los baños (un baño supone cinco veces más gasto de agua que una ducha), reutiliza envases como los frascos de cristal (evitando el consumo de plástico) o compra productos de segunda mano.
Ahorra mes a mes con la regla del céntimo
Aunque ya ha pasado el día 1 de enero, es fácil coger el ritmo. De esta manera, el primer día ahorrarás 1 céntimo; el segundo día, 2 céntimos; el tercer día, 3 céntimos, y así sucesivamente. Así, a final de año habrás conseguido ahorrar 667,95 euros, un extra que te puede servir para los regalos de la Navidad que viene, las celebraciones o darte algún capricho.
Otro método de ahorro es ahorrar cada día del año 50 céntimos. Si lo haces todos los días, al final del año habrás conseguido 182,50 €.
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Valora el consumo antes de gastar
Cierto que, en algunas cuestiones, será necesario gastar para ahorrar a largo plazo. Por eso, si se estropea alguno de tus electrodomésticos, valora invertir un poco más de dinero en un aparato más eficiente y cuyo consumo sea menor. Para ello fíjate en la etiqueta energética, que aportan datos sobre el consumo energético, el agua que consumen, la capacidad de almacenamiento o el ruido que producen. Por ejemplo, un frigorífico (el electrodoméstico que más gasta en casa) de la categoría B puede suponer un ahorro de 90 euros anuales en consumo energético en comparación con otros con una menor calificación energética.
Recuerda que la etiqueta energética cambió en marzo de 2021, desapareciendo las categorías A+++, A++ y A+, dejando solo las que van de la A a la G. Así los electrodomésticos que antes eran A+++ ahora son B, dejando libre la A para nuevas innovaciones de los fabricantes en materia de ahorro.
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