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Limpieza Casa

Cómo lograr que los manteles blancos vuelvan a ser blancos

Desde la forma de lavarlos hasta cómo guardarlos


Actualizado 3 de enero de 2022 - 17:49 CET
manteles blancos 1a© Westwing

Durante estas fiestas, y aún queda el día de Reyes, los manteles blancos han sido protagonistas de las mesas de Navidad. Este básico, con permiso de las opciones a color, crea una base perfecta para que luzcan la vajilla, la cubertería y la cristalería. Sin embargo, su limpieza causa algún que otro quebradero de cabeza, porque las manchas se notan más que en los modelos oscuros. Para ponértelo fácil, hemos recopilado los trucos de limpieza que necesitas conocer, junto con el mantenimiento y cuidado idóneos, para que presumas de un mantel blanco impoluto y… ¡Sin manchas!

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Antes de meterlo en la lavadora…

Y decimos lavadora porque, aunque pienses que a mano lo haces mejor, no es así. Es conveniente que antes de lavarlo, lo pretrates, para estar más segura. Para ello, puedes sumergirlo en una solución de agua y bicarbonato de sodio o usar un producto específico blanqueante. En este caso, controla las cantidades porque, aunque son muy efectivos, también son muy potentes y pueden deteriorar la prenda.

manteles blancos 3a© Scavolini

Instrucciones de lavado

Aunque es evidente, lávalo con prendas del mismo color. Usa mejor detergente líquido, ya que se distribuye mejor, evita que se queden restos en algunas zonas y se mezcla más fácilmente. En función de la cantidad de ropa, ajusta el detergente: lo del chorrito extra causa el efecto contrario. Normalmente bastará con un solo lavado, pero, a veces, es recomendable hacer dos. Si son 100% algodón, lino o percal, la mejor opción es ponerlos a 40-60ºC, aunque nunca esta de más comprobar las instrucciones en la etiqueta. Ojo con las mezclas y con el poliéster, donde debes evitar el suavizante. Elige mejor un programa con un centrigugado corto para que no se arruguen demasiado.

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manteles blancos 4a© John Lewis & Partners

Manchas difíciles

Como siempre decimos, lo mejor para acabar con ellas es eliminarlas lo antes posible. Si son de vino tinto, lo más efectivo es echarla sal (actúa como un secante natural) nada más producirse, cubrirla bien y tras unos instantes, retirarla. Si son de grasa, aplica lavavajillas y lava a altas temperaturas, añadiendo media taza de vinagre blanco (un blanqueante natural). Si esto no funciona, habrá que pasar a soluciones más potentes, evitando en la medida de lo posible la lejía porque, aunque se trata de un buen blanqueador, puede deteriorarlo.

. Con bicarbonato de sodio. Sumerge el mantel en una mezcla de un litro de agua y cinco cucharadas de bicarbonato. Ajusta las cantidades para que quede totalmente sumergido. Espera una hora y lava normalmente.

. Con amoniaco. Un buen aliado contra las manchas de grasa y comida. Introdúcelo durante media hora en una mezcla de tres litros de agua y 250 ml de amoniaco. Y lava a continuación.

. Con aceite de árbol de té. Además de un buen quitamanchas, posee cualidades antibacterianas. Mézclalo con unas gotas de alcohol en un pulverizador y aplica sobre la mancha. Deja actuar 15 minutos y aclara.

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Si se cae cera de vela

Es una de las manchas más complicadas de eliminar, pero no imposible. Para ello, aconsejan desde laempresadelimpieza.com, coloca un papel absorbente, pasa la plancha a una temperatura media, haciendo que el calor derrita la parafina y esta se adhiera al papel y no a la tela. Para terminar, aplica lavavajillas y frota suavemente para desprender cualquier resto que se haya quedado.

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Quemaduras

Aunque por salud y olores lo recomendable es que tus invitados fumen en la terraza o en el jardín, en sobremesas largas esta norma suele relajarse y puede darse el caso de que el mantel también pague las consecuencias. Si esto ocurre en uno liso poco puedes hacer. Sin embargo, si se trata de uno bordado, puedes bordar encima y hacer que desaparezca el agujero, mientras que en los de encaje, puedes poner un trozo con motivos parecidos e intentar disimularlo. Eso sí, el resultado depende de la destreza de la costurera.

manteles blancos 7a© Lo de Manuela

Si tiene encajes o bordados

Al contrario de lo que se pueda pensar se pueden lavar a máquina. Eso sí, con programas para prendas delicadas, con agua fría o casi y con un jabón suave, que no dañe las prendas. De todas maneras, siempre es conveniente revisar las instrucciones del fabricante y olvidarse de la lejía

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Cómo secarlo

Lo mejor, como con el resto de la colada, es tenderlo al aire libre, en un sitio en el que le dé el sol, salvo si es de poliéster. Extiéndelo bien, para que no se origine humedad y, al mismo tiempo, se arrugue menos. No esperes a que se seque por completo para plancharlo, ya que así podrás hacerlo más fácilmente debido al peso. Si quieres meterlo en la secadora, asegúrate de que el fabricante no lo prohíbe y comprueba que no haya manchas, ya que si hubiera estas se fijarían más. Elige un ciclo de secado corto y a baja temperatura y después cuélgalo fuera para que termine de secarse.

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A la hora de guardarlo

Debes guardarlo limpio y sin manchas visibles. Lo ideal es hacerlo en un cajón y cubrirlo con una tela azul, ya que esta no deja pasar la luz del sol, incluso si lo abres para coger otra cosa. Aunque puedes guardarlo sin planchar, lo habitual es dejarlo perfecto para luego ir más rápido. Recuerda que debes hacerlo adaptando su forma al cajón o al sitio donde vas a depositarlo: mídelo primero, así quedará perfecto. Según vas pasando la plancha, déjalo sobre las sillas del comedor u otro soporte similar y no lo dobles hasta que esté frío. Un truco: mejor que la tabla tenga doble muletón y que sea de tamaño XL.

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Preparado para la siguiente ocasión

Para no llevarte sorpresas, procura sacarlo del cajón con tiempo suficiente. Lo normal es que esté arrugado por las dobleces y que estas estén muy marcadas. Si no quieres planchar todo el mantel, pasa un trapo húmedo justo por la doblez y plancha estirando bien. No uses un pulverizador porque según se vaya mojando se irá arrugando. Si la prenda está amarillenta, porque, por ejemplo, le ha dado el sol mientras estaba guardada, añade al cajetín de la lavadora tres o cuatro cucharadas de perborato, que hará que recupere su color original sin estropearse. Si tiene manchas amarillas que no tenía cuando lo guardaste, es porque la grasa se ha puesto rancia. Aunque puedes intentar eliminarlas tú en casa (el jabón Lagarto es una opción), lo mejor es que acudas a un especialista, en Las Hilanderas las dejarán como nuevas.

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