Los muebles de cuero son bellos, muy decorativos, y aportan al interiorismo un toque elegante y especial. Sin embargo, son delicados y requieren de una limpieza cuidadosa y efectiva.
Descubre cuáles son los errores que solemos cometer a la hora de cuidarlos para evitarlos en lo posible. Así lograrás que sofás, sillones y cualquier otra pieza de cuero se mantenga como el primer día.
1. Ponerlos cerca de fuentes de calor
A la hora de amueblar un salón, y de colocar sofás y sillones, son muchas las consideraciones a tener en cuenta. Hay que pensar en la distribución del espacio, las dimensiones y la forma de la estancia, y los elementos que necesitamos.
Pero si tienes la intención de poner un sofá y otros muebles de cuero conviene que elijas bien su ubicación. Debes saber que hay algo que les va fatal: el calor directo e intenso procedente de radiadores, estufas o chimeneas. Por eso procura no colocarlos cerca de estas fuentes de calor, para evitar que la piel se reseque y se deteriore.
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2. Dejarlos a merced de los rayos del sol
Igual que los muebles de piel se terminan por estropear si los colocas demasiado cerca de un radiador o de la chimenea, también se deterioran cuando inciden sobre ellos de forma prolongada los rayos directos del sol, ya que el color del cuero empalidecerá y la piel quedará apagada, sin lustre.
La luz solar, en especial si es directa e intensa, no es en absoluto recomendable para determinados materiales, y el cuero es uno de ellos. Por eso debes evitar a toda costa colocar este tipo de muebles cerca de las ventanas, especialmente las que están orientadas al sur.
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3. Olvidarte de quitarles el polvo
Día tras día el polvo se acumula en tus muebles de cuero, ya se trate del sofá o del cabecero de la cama, y es más perjudicial de lo que se piensa. Por eso es importante retirarlo cada cierto tiempo con un paño de microfibra seco. También puedes aspirar los muebles, siempre que lo hagas con cuidado, a baja potencia y con un accesorio específico en la boquilla.
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4. Pensar que todos los muebles de piel se limpian igual
Antes de nada, en cuanto tengas en casa tus nuevos muebles de piel, debes informarte muy bien de los tipos de cuero que hay, ya que en función de este se limpiarán y cuidarán de una manera u otra. No es lo mismo la piel teñida con anilinas, que el cuero sintético o el ante. Cada una necesitará un tratamiento diferente.
Un consejo:
Cuando vayas a aplicar el mejor tratamiento en cada caso haz una prueba en una zona poco visible para ver cómo actúa el producto.
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5. Limpiarlos con productos inadecuados
A la hora de limpiar los muebles tapizados en cuero uno de los mayores errores que se suelen cometer es hacerlo con productos agresivos. El resultado puede ser nefasto, así que olvídate de experimentar y no pruebes jabones, detergentes, aerosoles, quitamanchas ni ningún otro producto. Limítate a seguir las instrucciones del fabricante y, en caso de duda, consulta a los expertos. Contacta con el departamento de atención al cliente de la marca de tus muebles.
Mientras descubres qué tratamiento has de darles, límpialos con un paño seco y, si están muy sucios, con un trapo húmedo.
Un consejo:
Evita a toda costa los productos agresivos que contengan disolventes o alcohol, ya que pueden comerse el color y apagar su brillo.
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6. No cambiar la forma de los cojines
Pocas cosas hay en una casa, aparte de la cama, que se utilicen más intensamente que el sofá del salón. Por eso, si es de cuero, deberás cuidarlo con mimo y llevar a cabo ciertas tareas que lo mantendrán como nuevo. Una de ellas consiste en mullir los cojines, cambiar su forma, y moldear sus arrugas. Si no lo haces los cojines terminarán por deformarse. Con el tiempo, se marcarán arrugas que después resultan difíciles de eliminar.
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7. Dejar sobre el cuero periódicos y revistas
No es buena idea dejar este tipo de publicaciones, con sus tintas impresas de intensos colores, sobre la superficie de cuero, en especial si esta es blanca o de un color claro. Si lo haces, puede ocurrir que queden manchas de tinta en la piel de los sofás que serán muy complicadas de limpiar.
8. No aplicar un tratamiento protector
Hoy es posible encontrar en el mercado protectores para superficies de piel y cuero realmente eficaces, que te ayudarán a mantener tus muebles limpios y cuidados durante más tiempo. Suele tratarse de productos en formato de crema. Aplícalos con un paño limpio, deja que actúen y después frota con un paño limpio y seco. Sigue siempre las instrucciones del fabricante.
9. Sentarte en tu sofá de cuero con prendas que puedan dañarlo
Si quieres que tus asientos de cuero no sufran, especialmente si son blancos o de tonalidades claras, procura no sentarte en ellos con prendas como los vaqueros, que pueden desteñir y manchar la piel.
Tampoco debes sentarte en tu sofá de cuero con pantalones con remaches o con cremalleras, ya que podrían arañarse. Es importante mantener los objetos punzantes lejos de tus muebles de piel.