La rosa de Navidad o eléboro (Helleborus niger) es una planta codiciada en invierno dado que florece en esta estación y hasta inicios de la primavera. Su situación es en exterior, aunque que es habitual que decore los interiores durante las fiestas navideñas para ser traslada a la terraza o jardín luego, pues se siente cómoda con las temperaturas moderadas y no le irá bien permanecer en la casa con la calefacción puesta. Sus hojas son perennes y sus vistosas flores pueden alcanzar los 10 cm de diámetro. Te descubrimos todos los secretos para cuidarla.
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Fuerte y rústica
Su origen son las regiones montañosas de Europa y Asia Menor y no le teme al frío, de hecho, la rosa de Navidad es capaz de florecer en medio de la nieve (como vemos en la imagen) y de soportar grandes fríos; tolera hasta los -15º C. Resistente y rústica, eso sí, requiere protección de vientos fuertes.
Por todo ello, aunque se vende en macetas como decoración festiva, ten en cuenta que tras lucirla sobre una mesa o aparador en Navidad, deberás dejarla fuera, en la terraza, balcón o el alféizar de una ventana, pues con el calor y la sequedad del interior del hogar terminará por marchitarse. Además, cuanto más en sombra esté menos flores producirá, así que procúrale un rincón luminoso.
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Con bella flor
La rosa de Navidad es una planta rastrera que no suele alcanzar los 50 cm de altura. Plantadas en el jardín, se suelen utilizar para formar grupos, en sotobosques bajo árboles y, también, en macetas o parterres. Idealmente deben colocarse en lugares luminosos pero no expuestos a pleno sol.
Las flores, solitarias o en grupos de dos o tres, surgen entre noviembre y abril, dependiendo de la variedad y el clima. El amplio abanico de colores que proporcionan convierte a esta planta en perfecta para alegrar el jardín en invierno. Y es que sus flores en forma de copa presentan tonalidades diversas: blanca, rosa, amarilla pálida, negra, púrpura, verde pálido, así como variegada (es decir, de diversos colores), son las más habituales. Entre los híbridos se han conseguido tonos alternativos muy atractivos, como el amarillo limón o el marrón rojizo. Por otra parte, como vemos en la imagen, las flores lucen una magnífica corona de estambres dorados en su corazón.
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Claves del riego
Dos precauciones: soporta mejor la sequía que el exceso de agua y con mucho frío debes evitar regar. Dicho esto, la rosa de Navidad va a demandar un riego regular para que la tierra siempre esté un poco húmeda, con la precaución de no encharcar. Por otro lado, prevendrás enfermedades fúngicas si durante el riego evitas que se mojen sus hojas.
Además, las plantas adultas admiten más sol aunque si las tienes en lugares bastantes soleados los riegos deberán ser más frecuentes.
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Sustrato y abono
Las rosas de Navidad crecen rápidamente en un suelo rico en materia orgánica, neutro o alcalino. Y recuerda, aunque conviene que esté húmedo debe tener un perfecto drenaje.
Para garantizar que el sustrato sea fértil, abona cada año con estiércol y después, conviene hacer aportes quincenales de fertilizante mineral durante su floración, que comienza en otoño. Gracias a estos nutrientes lograrás que las flores sean abundantes y grandes.
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La maceta idónea
Dado que la rosa de Navidad enraíza profundamente, debes seleccionar para ella una maceta de forma vertical para que se desarrolle correctamente. Ten en cuenta que cultivadas directamente en el jardín resisten más tiempo sin regar, precisamente porque sus largas raíces pueden adsorber el agua de suelos más profundos.
En la imagen la planta y el macetero se han adquirido en Be.Green.
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Cultivo
Se trata de una planta excepcional, porque cuando la mayoría de las plantas del jardín hibernan ella florece, desde el mes de noviembre y hasta la primavera, y su cultivo puede comenzar precisamente en el otoño. Evita los meses de invierno para plantarla, puedes hacerlo de nuevo en la primavera. Te en cuenta que en tierra en el jardín, se trata de una colonizadora y suele propagarse sin dificultad.
Respecto a la multiplicación, puedes realizarla por división de la mata en otoño. Este es el proceso, que debes hacer, usando siempre guantes porque es tóxica: separa las porciones con un cuchillo afilado y bien limpio, dejando en cada trozo hojas y raíz. A continuación, inmediatamente planta y mantén la tierra húmeda. Es una planta sensible al viento y, recién dividida deberás prestar más atención todavía a protegerla de este.
El otoño es también la estación ideal para trasplantar la rosa de Navidad.
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Goza de buena salud
La rosa de Navidad es una planta resistente que no suele sufrir enfermedades ni ser atacada por plagas. Sus peores enemigos son la Botrytis (podredumbre gris) y los pulgones.
Por lo demás, no exige poda ni grandes cuidados, bastará con limpiarla tras la floración.
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¡Una precaución!
Si tienes hijos o mascotas que pueden jugar con sus hojas y masticarlas o ingerirlas, no apuestes por una rosa de Navidad para decorar tu hogar o jardín, pues se trata de una planta altamente tóxica.
Apuesta pues por la infinidad de plantas inocuas que existen, como las marantas leuconeuras, las cintas, las orquídeas, las violetas africanas, las arecas...
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