Una vivienda de consumo casi nulo es una construcción cuyo índice de eficiencia energética es tan alto que apenas requiere de un aporte externo energético para su funcionamiento. ¿Cómo se consigue y que debo tener en cuenta si quiero construir una casa así? Lo vemos en profundidad y para ellos contamos con las intervenciones de tres expertos: Ander Echevarria, Director técnico comercial de 100x100biopasiva (www.100x100biopasiva.com), con la central situada en Guadalix de la Sierra (Madrid); Jason Watson Todd, CEO y fundador de Terravita (www.terravita.eu), empresa ubicada en Santa Eulària (Ibiza) y José Mª Mateo, arquitecto en Martín Lejarraga Oficina de Arquitectura (lejarraga.com), estudio emplazado en Cartagena (Murcia).
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¿Qué es una casa de consumo casi nulo?
Los tres expertos coinciden en definir una casa de consumo casi nulo como una vivienda que no demanda prácticamente energía para permanecer caliente en invierno o fresca en verano, además apenas hace consumo eléctrico externo, el que gasta lo genera ella misma. Se logra pues bajar el consumo energético y los niveles de emisiones de CO2.
Jason añade, “aparte de tratarse de casas que casi no consumen energía, cuentan con el estándar más alto de la eficiencia energética y, además, la poca energía que necesitan para su funcionamiento proviene de fuentes renovables ubicadas en la propia edificación o en su entorno inmediato”. En el caso del proyecto de la imagen, la casa Can Tanca realizada por su empresa, Terravita, se ha optado por una instalación fotovoltaica que le permite ser autosuficiente.
“Las casas de consumo casi nulo son edificaciones que no se diferencian de las viviendas convencionales a simple vista. Aunque tengan detrás grandes avances tecnológicos para el ahorro energético, materiales de gran calidad y técnicas constructivas ejecutadas con mimo para tener los resultados deseados”, prosigue el experto.
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¿Qué debo tener en cuenta si quiero construir una?
Los tres expertos coinciden en que para construir una casa de consumo casi nulo lo primero a tener en cuenta seria contar con el profesional adecuado y con experiencia en este campo. Desde Martín Lejarraga Oficina de Arquitectura añaden: “tanto la orientación y geometría de la vivienda como la elección de los materiales y sistemas constructivos que la componen, entre otros muchos factores, afectan al rendimiento de la edificación y su elección y diseño es responsabilidad de un buen arquitecto”.
Ander ahonda en dos cuestiones clave:
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Sistema constructivo: si va a ser con estructura de madera, de acero, de hormigón, ladrillo… Hay que tener en cuenta que unos sistemas facilitan más que otros el conseguir un edificio de estas características.
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Orientación en la parcela: por ejemplo, si cogemos de referencia la Sierra de Madrid, que sería una zona muy fría en invierno y muy calurosa en verano, nos va a interesar poner la fachada principal hacia el sur, abrir pocas ventanas al norte y también al oeste, estas últimas para evitar que en verano haya sobrecalentamiento, en definitiva, lo que se conoce como diseñar la vivienda bajo la ‘arquitectura Bioclimática’.
En la imagen, una vivienda en Gran Canaria realizada por 100x100biopasiva, cuyo proyecto lo firma el estudio de arquitectura Moba Showroom.
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Otros puntos claves
Una casa de consumo casi nulo se consigue gracias al empleo conjunto de varias estrategias, que nos resume Ander:
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Utilizar grandes cantidades de aislamiento, adaptados a la zona climática donde se va a construir.
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Instalar ventanas de muy altas prestaciones, que pueden ser de triple vidrio si fuera necesario, a realizar una correcta estanqueidad al aire en toda la vivienda, es decir, no permitir que el aire del exterior entre en la vivienda por sitios no deseados, e impedir que el calor o frescor que tengamos en el interior se nos pueda ir.
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Uso de diferentes energías renovables, como por ejemplo la aerotermia, sistemas de ventilación con recuperador de calor o instalación fotovoltaica de autoconsumo.
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Pero, lo más importante es invertir en la envolvente [fachada y cubierta] térmica del edificio y luego, como apoyo, utilizar la fotovoltaica de autoconsumo para reducir ya al máximo nuestra factura energética. Haciéndolo de esta forma, nuestra vivienda no solo no demandará energía, sino que además tendremos el máximo confort con el mínimo consumo y por tanto también contaminaremos menos.
¿Qué fuentes renovables emplear?
José Mª cuenta que “los sistemas para producción energética más usuales en estos casos son las placas solares fotovoltaicas o térmicas y la aerotermia, pero también podemos encontrar en el mercado otros sistemas, como son los micro generadores eólicos o la geotermia”.
Ander detalla que las fuentes de energía renovables que usan en todas las construcciones de su empresa, 100x100biopasiva, son tres: “por un lado tenemos la aerotermia, que en nuestro caso la que utilizamos si se considera como energía renovable ya que tiene un COP de hasta 6,5, [se refiere a la eficiencia energética que tiene la máquina]; luego también instalamos un sistema de ventilación con recuperador de calor, es decir, que estamos ventilando las 24 horas del día la vivienda filtrando todo el aire que entra del exterior de polvo, polen incluso de algunas bacterias y antes de meterlo al interior de la vivienda lo cruzamos con el aire caliente viciado que extraemos del interior y de esta forma recuperamos hasta un 92 % del calor que lleva dicho aire; y, por último, siempre incluimos una instalación fotovoltaica de autoconsumo mínimo de 2 kW.
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¿Se han edificado casas de consumo nulo?
José Mª es categórico, no. “Una vivienda siempre va a requerir un aporte energético, por pequeño que sea. Es decir, el alto nivel de eficiencia energética en la construcción de una vivienda no evita la necesidad de que al habitarla consumamos energía en el día a día, en acciones tan básicas como pueden ser las de poner el lavavajillas, la lavadora o encender la televisión. Todos los aparatos que pueblan nuestras casas necesitan un aporte energético para funcionar. Estos consumos son inevitables”.
En la imagen vemos un proyecto de reforma ideado por su estudio de arquitectura, que reduce el consumo energético gracias a que la envolvente se aísla y refuerza. Además, las fachadas se cierran hacia la calle, reduciendo al mínimo el número de huecos, abocinados y protegidos por celosías, controlando así el intercambio energético exterior e interior y viceversa.
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Autosuficiencia energética
“El objetivo no es dejar de consumir energía, sino que la energía que consumamos en la vivienda esté producida en esta, para no tener que recurrir, o hacerlo lo menos posible, a un aporte energético de la red general; es decir, el objetivo no debería ser crear edificaciones que no consuman sino edificaciones autosuficientes”, explica el arquitecto de Martín Lejarraga Oficina de Arquitectura.
Ander añade que existen viviendas positivas que generan más energía de la que consumen. “Actualmente hemos terminado de construir nuestro nuevo showroom, al que hemos llamado Casa Sophia y es un ejemplo de ello. Lo hemos logrado reduciendo al máximo la demanda energética del edificio y, además, añadiéndole una instalación fotovoltaica de autoconsumo importante”.
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Coste y rentabilidad
Hay que tener en cuenta un incremento en el coste de la construcción de una vivienda de consumo casi nulo respecto a una casa de código técnico, que cumpla lo mínimo que la ley exige a día de hoy. “Depende del tipo de la vivienda, pero ese aumento ronda el 4-8 % y, por supuesto, será recuperado y con creces en el ahorro de la factura energética a corto-medio plazo. No hay que olvidar que la rentabilidad se consigue desde el minuto 1, por una parte, en cuanto a las condiciones más saludables en el interior de la vivienda y, por otra, desde un punto de vista medioambiental”, señala José Mª.
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¿En qué se diferencia de una casa pasiva?
Una vivienda de consumo casi nulo podría ser una casa pasiva y todas las casas pasivas son de consumo casi nulo.
Como nos cuenta Jason, de Terravita: “la vivienda de consumo nulo esta más centrada en el consumo energético y en el origen de la energía. Mientras que una passivhaus está orientada a reducir el consumo energético, manteniendo el confort. Se basa en las estrategias de la compactación de la vivienda, reduciendo la superficie de exposición al medio exterior. Es necesaria la completa estanqueidad de la edificación que permite en control del medio interior, dotándolo de las condiciones ideales. También se apoya en los estudios de los usos para ubicar los espacios según su orientación óptima, teniendo en cuenta el entorno, las horas de luz y la intensidad de la misma”.
Mirada optimista
Los tres expertos, Ander, José Mª y Jason, recalcan que crece la demanda de nuevas construcciones y reformas orientadas hacia la reducción de la demanda energética. Así lo expresan desde Terravita: “esto lo veíamos ya en los últimos años y muy especialmente en estos momentos, que vemos como el coste de la energía convencional no deja de subir. Por suerte esta vez las instituciones están de nuestro lado, hace unos años que desde la Comisión Europea se está presionando a los estados miembros a legislar para que los edificios de nueva planta y edificios públicos sean de consumo casi nulo. Y quienes apuestan por las energías renovables reciben ayudas”.
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