Las prímulas o primaveras (Primula) son plantas de temporada destinadas a aportar alegría y color con sus hermosas flores. Se consideran de interior y de exterior, por lo que las puedes plantar en maceta o directamente en el terreno y aparte de su estética ornamental te sorprenderán con un agradable olor.
Se trata de plantas originarias de Asia y tienen un porte pequeño (unos 30 cm; por lo general no superan los 40 centímetros). Sus hojas son siempre verde, dentadas y de textura rugosa. Por sus hojas y flores… ¡Pocas plantas son tan bonitas como las prímulas!
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Infinitas posibilidades
Este género abarca más de 500 especies donde el color de la flor varía, puedes encontrar prímulas rojas, blancas, rosas, amarillas, azules, salmón, bicolores… Dentro de estas variedades las Primulas obconicas son plantas de interior, porque no soportan el frío del invierno, mientras que las Primulas acaulis son perfectas para adornar tanto la casa como el jardín, pues crecen perfectamente al aire libre.
Por cierto, si te estás preguntando por su nombre, que en latín significa primero, se refiere a la temprana floración de esta planta que comienza en los últimos meses de invierno.
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Sin excesiva luz
Las Primulas obconicas prefieren una ubicación de la casa luminosa, pero no expuesta a pleno sol y siempre en un lugar fresco con poca o ninguna calefacción. Para las plantas de exteriores, plantadas en tierra o jardineras, evita el sol fuerte, por lo que lo ideal es cultivar las Primulas acaulis en semisombra. Por cierto, protégelas también de las corrientes de aire que las perjudican.
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Abundantes riegos
Los riegos deben ser abundantes, pero con una precaución, que el sustrato drene bien el agua. De lo contrario se provocará pudrición y los resultados de ahogarla pueden llegar a ser catastróficos. Así pues, debes regalarla con frecuencia, de modo que no dejes que el sustrato llegue a secarse y que se mantenga una cierta humedad constante.
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Potencia su floración
Para favorecer la floración abundante de las prímulas usa un fertilizante para plantas con flor rico en potasio. ¿Con qué frecuencia? Dependerá: mientras sea su época de crecimiento bastará con que lo hagas cada tres semanas, pero en cuanto aparezcan los primeros capullos convendrá aumentar el aporte de nutrientes y abonar cada dos semanas.
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Cómo debe ser el sustrato
Le conviene una tierra de floración con una acidez neutra. Pero, insistimos, debe ser una tierra aireada para que no se encharque.
Las nuevas variedades de prímulas ya no provocan rojeces ni irritaciones, si bien es cierto que en el pasado sí. Así que para no arriesgarte a que te provoque algún tipo de alergia o reacción negativa en la piel, te recomendamos que emplees guantes cuando las manipules porque las plantes o trasplantes.
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¿Es una planta anual?
La prímula se cultiva como anual, pero en realidad es una planta de ciclo de vida perenne. Por ejemplo, en exterior solo tendrás que cuidar que no pase un frío invierno, pues no soporta las temperaturas bajo cero ni las heladas persistentes. Y en interior, siendo una planta de climas templados, no le vendrá bien un excesivo calor provocado por la calefacción.
¿Por qué se trata entonces como si fuera una flor de temporada? Dado que va perdiendo su espectacular floración con el paso del tiempo. Pero si lo deseas, puedes conservarla y trasplantarla, si la tienes en maceta. En tal caso hazlo en otoño.
Su multiplicación es económica y se realiza por semillas.
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Cuidados mínimos
La prímula precisa muy pocos cuidados, tan solo que tenga el riego adecuado porque no soporta la sequía y que la tierra esté bien drenada. Así que aparte de los riegos, pocos más trabajos de jardinería necesita. Elimina la hojas que tenga amarillas y las flores que se marchiten, es todo.
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Signos de mala salud
Fíjate en que las prímulas no presenten estas anomalías para garantizar que esté fuerte y sana. Uno de sus problemas comunes es la presencia de moscas blancas y manchas amarillas, soluciona la plaga con un insecticida específico. Si percibes en las hojas puntos de color pardo, es que está siendo atacada por arañas rojas, que deberás combatir con aracnicidas.
Otra plaga que puede afectarla es la del hongo roya y, una vez detectada, para solucionar el problema deberás emplear un fungicida. Ten en cuenta que las causas de que estos hongos surjan son, especialmente, que la planta ha sido sometida a mucha agua o humedad y calor, así que ponle remedio.
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