El papel pintado es el elemento perfecto para actualizar la decoración de cualquier espacio de tu casa, desde el salón al cuarto de baño. No solo es moderno y elegante, sino que, además, tiene la ventaja de que puedes instalarlo tú mismo en poco tiempo.
Un proyecto DIY a tu alcance
Asequible, económico, muy decorativo y personal. Así es el papel pintado, un recurso para decorar las paredes que elevará el interiorismo de tu casa a cotas de elegancia realmente increíbles. Instalarlo es bastante sencillo, por lo que no es necesario tener una gran experiencia en bricolaje para conseguir un buen resultado.
Eso sí, además de conocer la técnica, tendrás que reunir ciertas herramientas que no pueden faltarte. Cada una de ellas tiene un propósito y un objetivo en el proceso de colocación del papel pintado: conocerlas y saber cómo elegirlas es fundamental para llevar a buen puerto esta aventura DIY.
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Materiales y herramientas imprescindibles
Una vez que te hayas decidido a empapelar una o varias paredes de la casa, lo primero que debes hacer es elegir el papel pintado que vas a colocar. Y no solo nos referimos a su diseño, estampado o colorido, sino al tipo de papel que mejor le va a cada espacio: papel pintado tradicional, papel tejido no tejido, papel vinílico, papel autoadhesivo, etc. Lo mismo sucede con la cola. Puedes comprarla ya preparada y lista para aplicar, en polvo para preparar con agua, cola vinílica, etc.
Si, además, has decidido colocar tú mismo el papel pintado entonces es fundamental reunir determinadas herramientas y elegirlas de buena calidad. A continuación repasamos los utensilios que debes tener para empapelar cualquier pared.
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La brocha para aplicar la cola
Además de los rollos de papel pintado y de la cola adhesiva especial para empapelar, tendrás que buscar algunas cosas más. Como una brocha especial para aplicar la cola, tanto sobre la pared como sobre el reverso de las tiras de papel pintado antes de pegarlas.
Se trata de una brocha rectangular provista de un mango redondo de unos 12 cm de largo, a ser posible de fácil manejo. Las cerdas suelen ser de un material sintético capaz de aguantar la acción de los disolventes, y no deben desprenderse del cepillo (trata de comprobarlo y si ves que la brocha suelta pelo no la compres, porque después será un problema a la hora de trabajar con ella).
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Claves para elegir la brocha y acertar
Hay varios criterios de elección de la brocha para empapelar que debes tener en cuenta, si quieres acertar con tu compra.
- Para empezar debes buscar un utensilio ligero y fácil de manejar, con un mango resistente y ergonómico.
- Cuando la utilices, es importante aplicar la cola en cantidad generosa y de manera uniforme tanto en la pared como en el reverso del papel, aunque escurriendo el exceso en el cubo. Para esto conviene que la brocha disponga de un pequeño gancho para sujetarla en el borde.
- Una vez termines de empapelar debes lavar la brocha con agua tibia, escurrirla y dejarla secar. Elige una con cerdas de buena calidad, y mejor si tiene el mango de madera barnizado, ya que estará siempre más limpia.
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Nivel o plomada, para trazar líneas rectas
Cuando tengas que empezar el trabajo de empapelar una pared, será fundamental trazar una línea totalmente recta que te permita pegar la primera tira de papel pintado. ¿Cómo hacerlo? Utilizando un nivel de burbuja o una plomada.
El nivel es una herramienta que consigue una alineación horizontal o vertical perfecta. Es fácil de usar y se emplea mucho en trabajos de bricolaje. Funciona con burbujas que se mueven en un líquido. El nivel está completamente recto cuando la burbuja queda entre las dos marcas.
Por otro lado, también puedes utilizar una plomada, una herramienta que consiste en un peso unido a un cordel que te ayuda a trazar una línea recta.
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El cepillo alisador, para lograr el mejor acabado
Después de pegar cada una de las tiras de papel pintado sobre la pared, es conveniente alisarla para eliminar las posibles arrugas y burbujas de aire que puedan quedar. Para esto se utiliza un cepillo especial, con el que se presiona suavemente sobre el papel pintado de forma que quede bien adherido.
Se trata de un cepillo rectangular de buen tamaño (entre 20 y 30 cm de longitud) con cerdas anchas que pueden ser naturales (de crin) o sintéticas (de nylon). Sean como sean, si son de calidad serán suaves y densas.
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Sin prisa pero sin pausa
Cuando llegue el momento de trabajar con el cepillo alisador, debes ser paciente y no apresurarte. No tendrás problema si vas despacio, presionando con suavidad para no dejar marcas sobre el papel. Así eliminarás las burbujas de aire que puedan haber quedado. Trabaja siempre de arriba abajo, y del centro hacia los bordes. Si tiene empuñadura de madera será más fácil de manejar.
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El rodillo de empapelar
En ocasiones hay que ser especialmente cuidadoso a la hora de colocar el papel pintado, sobre todo cuando se trata de un papel de acabado metalizado, flocado o con relieve. Al usar el cepillo para eliminar arrugas y burbujas, podemos marcar el papel sin darnos apenas cuenta.
En estos casos lo mejor es emplear un rodillo de empapelar. Se trata de una herramienta provista de un mango corto que resulta muy fácil de manejar. El rodillo suele ser de gomaespuma o de silicona. Gracias a su forma y al material con que están fabricados, este tipo de rodillos son más suaves que los cepillos y nos sirven para alisar aquellos papeles pintados más finos y delicados sin dejar ninguna marca en ellos.
Una versión más pequeña de este utensilio es el rodillo para juntas, que te ayudará a lograr uniones perfectas entre las tiras de papel pintado, alisando los bordes.
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El cúter y la cuchilla para juntas
Una de las herramientas que vas a necesitar para empapelar con éxito es un cúter afilado que te servirá para recortar las tiras de papel a la medida adecuada, y para rematar la zona de los rodapiés, marcos de puertas y ventanas, interruptores y enchufes, etc.
Elige un modelo con mango antideslizante y procura que esté siempre bien afilado. Esta herramienta es esencial también para hacer cortes dobles en las juntas. Para ello se instalan dos tiras de papel pintado, de forma que una se solape sobre la otra, y a continuación se hace un corte sobre los dos pliegos a la vez. Así conseguimos juntas limpias y perfectas.
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