La clavelina o el clavel chino (Dianthus chinensis), es una de las variedades más populares de la familia de los claveles y se planta tanto en el jardín como en terrazas y balcones, en maceta. De rápido crecimiento, no alcanza gran altura.
De esta planta destaca el valor ornamental de su fragante floración presente por lo general un largo periodo de tiempo, desde la primavera hasta el otoño. Compuestas típicamente por cinco pétalos, a menudo con un borde con volantes o en zigzag, las flores presentan coloridos que van del blanco al granate intenso, pasando por el rosa pálido y el rojo. Muy a menudo se tiñen de más de una tonalidad, lo que las hace muy vistosas a pesar de que su tamaño no es muy grande, entre 2 y 3 cm de diámetro (es mucho más pequeña que la flor del clavel). Los verdes tallos, por su parte, son erectos y delgados. Descubre qué cuidados precisa para mantenerla esplendorosa.
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Aman el sol
No temas porque reciban sol directo, de hecho, es importante para ellas que reciban al menos cuatro horas de luz al día. Por cierto, lo mejor es plantar las clavelinas a inicios de la primavera, así se establecerán antes del clima caluroso del verano.
Originaria del norte de China, Corea, Mongolia, y sudeste de Rusia, se trata de una especie resistente con una gran capacidad para soportar un amplio rango de temperaturas, así, se puede cultivar en la mayoría de los climas que no experimentan temperaturas extremas. Incluso resistirá heladas ligeras, algo poco habitual en las plantas con flores. Respecto al calor, no se recomienda exponerlas a temperaturas superiores a los 38⁰ C pues se deshidrata.
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Cómo debe ser el sustrato
La clavelina es una planta susceptible al encharcamiento pues le causa la pudrición del tallo y las raíces. De este modo, será esencial procurarle un suelo bien drenado. Por lo demás, no requiere un sustrato específico para su correcto desarrollo, aunque sí que le va mejor que este sea neutro o alcalino (con pH superior a 7).
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El riego perfecto
El agua del grifo puede producir cambios en el pH del sustrato, así que la primera recomendación es que emplees, en la medida de lo posible, agua de lluvia. Respecto a la frecuencia, piensa en que hay que mantener la humedad del sustrato pero sin encharcarlo. Como sucede con otras plantas que demandan pleno sol, durante los meses de calor es fundamental regarlas constantemente, a diario o cada dos días. Para el resto del año disminuye la dosis de agua a una vez por semana o, a lo sumo, dos.
Para nutrir a la planta se recomienda acompañar el agua de riego con fertilizante en primavera y verano; fíjate en la posología indicada por el fabricante del abono, porque no deberás aplicarlo, ni mucho menos, cada vez que riegues.
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Época de plantación
El mejor momento para plantar la clavelina es en primavera, cuando las temperaturas empiezan a subir. Además, si se tiene en maceta hay que trasplantarla cada 2-3 años también durante esta estación del año.
Más cosas, se trata de una herbácea perenne, aunque generalmente se cultiva como planta anual. El motivo es que tras florecer el primer año, luego la planta se debilita mucho y su siguiente floración es mucho más débil, con pocas flores y de menor tamaño.
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Cómo propagarla
La época de siembra va desde verano hasta el otoño, las semillas se siembran en semilleros que se cubren con un centímetro de mantillo y se tapan con plástico transparente. Luego, se tiene que mantener la tierra húmeda y en un lugar sombrío, con una temperatura media de unos 15° C hasta que germinan, aproximadamente una semana después. Cuando ya se haya formado una pequeña planta, se pueden colocar en macetas o el suelo del jardín. En este segundo caso, procura respetar 25 centímetros entre matas.
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¿Conviene podarla?
Aparte de recortar regularmente los tallos muertos o dañador, durante la temporada de crecimiento, tras la floración convendrá podar la planta y dejarla aproximadamente a la mitad de su tamaño, lo que fomentará que posteriormente produzca un mayor número de flores. Gracias a la poda la planta crecerá más espesa.
Por otro lado, las flores aparecen tanto solitarias como en pequeños grupos. Para mantener la planta saneada, corta las flores a medida que se vayan marchitando, así estimularás el nacimiento de nuevas.
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Atractiva para los polinizadores
La suave fragancia de las flores junto con sus estridentes colores resulta muy atractiva para diversos insectos que vienen a polinizar sus flores, muy especialmente mariposas y abejas. También llaman la atención de aves como los colibríes. Así pues, es una buena idea cultivarla junto al huerto o árboles frutales para su polinización.
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A raya
La clavelina es susceptible a enfermedades fúngicas como la phytophthora y la botritis, para que no le aparezcan estos hongos hay que prestar mucho cuidado con no excederse con el riego. Y aunque no suele ser afectada por plagas, cuando llegan son sobre todo pulgones y cochinillas.
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