El consumo responsable se ha convertido en una de las máximas en el hogar, tanto por reducir el gasto y la factura como por compromiso con el planeta. Aunque siempre hablamos de la luz, sobre todo por sus continúas subidas, lo cierto es que la factura del agua también puede darnos desagradables sorpresas. Dado que el baño es una de las estancias en las que más agua se consume, estas 12 ideas prácticas te ayudarán a ahorrar de manera fácil y eficaz, sin que se resienta el confort.
1. Pásate a la ducha
Sabiendo que una ducha consume un promedio 60 litros de agua y un baño, 200 litros, el cálculo en términos de ahorro se realiza rápidamente. Multiplícalo por 365 días y el resultado (73.000 litros) hará que no te quede ninguna duda. Aunque esto no implica que de vez en cuando no puedas sumergirte en una bañera con sales y darte un capricho. Resérvalo para ocasiones especiales, como el viernes por la noche después de una semana dura o para desconectar el domingo y empezar el lunes relajada. Por cierto, si te has planteado cambiar tu bañera por una ducha, recuerda que es una obra de un día, muy sencilla de hacer y económica (desde 1.000 euros).
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2. No olvides cerrar el grifo
Parece obvio, pero a menudo se nos olvida. ¿No nos crees? Piensa mientras estás enjabonándote en la ducha y el agua sigue corriendo, cuando te cepillas los dientes, cuando te afeitas... Hay muchas situaciones en las que dejamos que un chorro de agua fluya continuamente cuando realmente no nos hace falta. Para que te hagas una idea, dejar correr el agua mientras te cepillas los dientes sería aproximadamente el equivalente a 24 litros al día.
3. Grifos con aireadores de agua
Fácil, económico (unos 10 €) y eficaz. Sustituye la clásica boquilla del grifo por un aireador y ahorra agua sin darte cuenta. El funcionamiento es sencillo. Por una parte, reduce el caudal de agua que sale por el grifo, ya que libera menor cantidad porque el orificio es más estrecho. Y, por otro lado, el aparato provoca una importante succión del aire exterior, que se incorpora al agua que sale del grifo para compensar la reducción del caudal. Como media, estos sistemas pueden reducir el consumo entre el 40% y el 60%.
4. Busca fugas
Muchas veces no nos damos cuenta, pero nuestra factura del agua ha subido y nuestros hábitos siguen siendo los mismos. ¡Estate atento! Para verificar si hay una fuga, lee tu contador por la noche y repite la operación a la mañana siguiente. Asegúrate de no haber usado grifos, electrodomésticos o descargas. Contrasta los datos y, si son diferentes, ¡hay una fuga en casa! Ten en cuenta que a veces no es algo llamativo, como una humedad, sino algo defectuoso que hará que tu grifo gotee durante horas, por ejemplo, o que la cisterna eche agua continuamente. Cada gota importa.
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5. Mejor una descarga de doble control
Teniendo en cuenta que vamos al baño unas cuatro veces al día y que una descarga de agua representa una media de 10 litros. Calcula cuánto gasto supone durante un año para una familia de cuatro miembros. Una de las soluciones para reducir este consumo es gestionar el caudal. Para ello, existe una solución cada vez más popular: la descarga de doble control. Un botón para activar un flujo de agua débil, el otro un poco más fuerte. Enseña a los niños a usarla adecuadamente, de manera que al final dar a uno u otro botón sea algo instintivo.
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6. Acorta tu tiempo en la ducha
No eres consciente, pero bajo el agua el tiempo vuela. Según la OMS, una ducha estándar dura una media de 10 minutos, durante los cuales se pueden llegar a consumir hasta 200 litros de agua (20 litros/minuto). Por eso, si eres de las que podría pasarse horas en la ducha silbando sus canciones favoritas, ponte límite. Bastará con una alarma en el móvil o un reloj despertador. Enciende el cronómetro e intenta ganar cada día un minuto al consumo.
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7. Apuesta por una grifería termostática
Entre los derroches de agua ‘inútiles’ se encuentra el que realizamos mientras logramos poner el agua a la temperatura deseada. Litros y litros que se van por el desagüe sin motivo ni control. Para evitar este desperdicio, opta por una grifería termostática que te permitirá ducharte a la temperatura justa casi de forma instantánea (en menos de un segundo). Además de práctica y económica, resulta tremendamente cómoda, ya que ni te quemas ni te hielas.
8. Coloca el calentador cerca
Para evitar la pérdida de calor, pero sobre todo para evitar tener que ‘tirar’ demasiada agua para obtenerla caliente, reduce, siempre que puedas, la distancia entre el calentador y el lavabo o la ducha. Cuanto menor sea el espacio, mejor, ya que tendrás agua caliente mucho más rápido que si la tubería es demasiado larga. Recuerda que la temperatura ideal de un calentador de agua es 50-60º. De hecho, a partir de ahí pueden desarrollarse bacterias, se usa energía sin necesidad y aumentan los problemas relacionados con la cal.
9. Elige un sistema monomando frente a un bimando
El sistema de grifería monomando es mucho más eficiente, ya que obtiene la temperatura del agua que quieres de manera mucho más rápida. Por su parte, el bimando derrocha más agua al mezclar la fría y la caliente. Además, los primeros son perfectos para modernizar el baño, mientras que los segundos darán un toque 'vintage'.
10. Reduce la capacidad del tanque de la cisterna
A veces el ingenio puede ser tu mejor aliado en el ahorro del hogar. Además, no es necesario ser un as del bricolaje para reducir la capacidad del tanque de la cisterna. Solo tienes que colocar una botella de agua de 2 litros llena y cerrada dentro de la cisterna. De esta manera, se reducirá el gasto en la misma proporción.
11. Usa siempre agua fría salvo en la ducha
Aunque en invierno no es una medida muy popular, especialmente en ciertas zonas geográficas, lo cierto es que para conseguir agua caliente desperdiciamos gran cantidad de litros de agua fría. Piensa en las veces que te lavas las manos o te cepillas los dientes y te pasas varios segundos esperando a que salga templada.
12. Compra una lavadora inteligente
Al comprar la lavadora, recuerda mirar bien su etiqueta y comprobar tanto su certificación energética como su consumo de agua, ya que, aunque la inversión puede ser mayor, a la larga lo notarás en tus facturas (hasta 60 euros en el consumo anual). Además, pon en marcha ciertos trucos, como poner la carga justa, determinar el grado de suciedad o elegir el programa adecuado, para lograr una colada más eficiente.