El estilo francés nunca pasa de moda. Lleno de encanto, se mueve con la misma soltura por la ciudad y el campo, dejando una estela de elegancia natural en ambas ubicaciones. Trasládalo a la decoración de la cocina y habrás conseguido un espacio con ‘charme’ que hará la competencia directa al salón y el estar con su isla y sus sillas desparejadas. En un momento en el que la decoración vuelve su mirada a lo auténtico, este estilo decorativo tiene todas las papeletas para triunfar en las casas actuales: solo tienes que echar un vistazo al Instagram de Inès de la Fressange. Estas ideas de decoración transformarán tu cocina en el típico restaurante francés sin necesidad de ir a París. Como ocurre con el espacio de Murelli de Casa Decor 2016. Diseñado por Claudio Salvarini, Marga Lantero y Lola Beneyto, se inspira en la obra del pintor francés James Jacques Tissot y su visión de la mujer y sus ambientes.
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Colores que crean ambiente
Sin tener que hacer reformas integrales ni grandes desembolsos, lograr ese toque bistró pasa por cambiar el color de paredes o mobiliario. Desde el rojo hasta los colores pasteles, pasando por el negro, el no va más del ‘glamour’. Aunque el blanco no es mal compañero, se trata de encontrar un color cálido, que realce la belleza de los materiales preferidos por este estilo (madera, metal, azulejos…). Si no quieres pintar, también puedes incorporarlos al ambiente a través de los textiles. Para reforzar aún más su encanto, deja elementos estructurales a la vista, como vigas de madera, y juega la baza del suelo de madera, tan auténtico como cálido y agradable, como en esta cocina de Schmidt.
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A favor de la mezcla
Y la integración. En este tipo de decoración se combinan con fortuna muebles antiguos con piezas contemporáneas, detalles sofisticados, que evitan el dorado, con accesorios del día a día, y una pincelada de lujo austero con un encantador aire rústico, logrando un ‘vintage’ actualizado, que no pierde su encanto ni su esencia, como el que propone este ambiente de La Redoute Interieurs. No es tanto una decoración ecléctica, sino una base retro, aderezada con pinceladas de otros estilos. Así, una alacena de madera o una vitrina son dos de los elementos que siempre tendrán un hueco en tu cocina, porque resumen a la perfección ese amor por las cosas sencillas y auténticas.
Di sí a los azulejos
Son el acompañante perfecto para este estilo de cocina, que se mueve entre el rústico, la decoración provenzal y el ‘chic’ francés. Tanto en el suelo como en las paredes, lo ideal es elegir un modelo en pequeño formato, los grandes son buenos aliados de los interiores modernos, y con un diseño antiguo: los que imitan baldosas hidráulicas, como estos de Terratinta Group, son una buena alternativa. Si solo quieres dar un toque sin cambiar el pavimento, una buena idea es revestir de azulejos la zona del antepecho y mantener el resto en su color original.
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Una ‘barra’ para todo
Y quien dice barra dice isla. Convierte tu cocina en un auténtico restaurante francés con una isla central, preferiblemente en madera o piedra natural, que invite a tomar asiento en un ambiente amable y cálido. Ya puestas, no dudes en decorarla como se merece con lámparas, taburetes metálicos, un jarrón con flores, una caja de vino antigua, una vajilla única… Se trata de recrear un estilo que crece con los pequeños detalles, logrando una cocina vivida, como la del espacio Dosde en Casa Decor 2021, donde la estética ‘vintage’ se alía con el maximalismo, logrando un ambiente personal y con ‘charme’.
Una mesa de comedor muy bistró
Otro imprescindible al que, si lo metros te lo permiten, no puedes renunciar. Déjate seducir por una rústica mesa de madera (esta de Rowen & Wren), hierro forjado o acero. Aunque tradicionalmente, los modelos de este típico restaurante francés tenían las patas de hierro, hoy puedes pasar por alto este detalle e incluir alguna personalización que le aporte un encanto adicional: cambiar el sobre o pintar las patas, por ejemplo. Respecto a las sillas de cocina, juega la carta del ‘vintage’ actualizado con sillas de metal de colores o de madera más clásicas. Los bancos también son una buena opción. Recuerda que el conjunto siempre debe ser equilibrado y armonioso, sin perder su atrevimiento.
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Una vajilla antigua
Para completar una auténtica decoración bistró, nada mejor que una vajilla antigua, tanto para vestir la mesa como para decorar las paredes o dar una pincelada especial a un rincón con una jarra de porcelana con flores. Lo bueno de esta decoración es que no necesitas que la vajilla esté completa, sino que lo ideal es mezclar diferentes modelos y crear un resultado más auténtico y encantador. Evidentemente tanta belleza no debe encerrarse en un armario, sino que debe lucir, como en este ambiente de Borästapeter, en vitrinas y alacenas que los dejen a mano… ¡y a la vista! En el caso de los vasos y copas, colócalos por tipo (vino, cerveza, agua…), para que sea fácil localizarlos o cuélgalos para liberar armarios. Las tazas también pueden ir en ganchos, pero si cuentas con un precioso juego con cafetera o tetera a juego, ponlo coquetamente en un rincón, sobre una mesita o en el alfeizar de la ventana, logrando una puesta en escena perfecta.
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El papel (principal) de los accesorios
En cualquier decoración de interiores, los accesorios son el ‘alma’ del ambiente, esos detalles que (casi) por sí solos son capaces de transformar un espacio ‘correcto’ en un lugar especial. En este estilo que premia la autenticidad y destaca la importancia de los pequeños detalles son clave para el broche final. Las opciones son variadas y no precisan de un gran presupuesto, sino de buena disposición y cierta creatividad, ya que la idea es recuperar y reciclar objetos como coladores viejos, tarros de conservas que pueden servir de velas, un perchero para los trapos de cocina, carteles antiguos que puedes encontrar en mercadillos… El arte merece una mención aparte, ya que, además de decorar, te ayudará a dar un toque elegante y lujoso, sin caer en dorados o brillos, como en esta propuesta de Zara Home.
Un lugar para las plantas
Estamos ante una decoración capaz de dar vida a tu cocina. Y para cumplir ese objetivo, las plantas tienen un papel principal, sin olvidar lo práctico que resulta tener especies culinarias y aromáticas al alcance de la mano para aderezar los platos y los cócteles. En la isla, el alfeizar de la ventana, la balda cercana a la placa de cocción o colgadas en una pared, las opciones son variadas, también en cocinas pequeñas. Por cierto, un ramo de flores frescas, preferiblemente en una jarra o un recipiente antiguo, como en esta propuesta de Behr, también es una buena alternativa.
Una pizarra como en una ‘brasserie’
Una cocina inspirada en el estilo bistró necesita una pizarra donde apuntar el menú de la semana, la lista de la compra o las citas de médicos y tutores de los niños. Puedes comprarla, Ikea tiene varios modelos, y adaptarla a cualquier rincón libre de la estancia o hacerla tú. Hay pinturas especiales para ello, aunque también basta con una capa de laca negra. Para escribir en ella, puedes usar tizas o pegatinas de quita y pon.