Una buena iluminación es capaz de transformar un espacio anodino en un lugar agradable y especial. Y, también al contrario, si las luces no son las correctas pueden echar a perder el mejor interiorismo.
Por eso conviene que estudiemos la manera de crear espacios bien iluminados con los recursos de que disponemos. Los focos son uno de ellos. Aprender a utilizarlos es importante para poder aportar luces de calidad a todos nuestros ambientes.
Perfectos para lograr una luz general
La iluminación de la mayoría de los espacios de la casa necesita como punto de partida una luz general que resulte práctica cuando cae la tarde y desaparece la luz natural. Para conseguirla tenemos diferentes opciones. Los focos son una de las más importantes en determinados espacios, ya sean más amplios como el salón, o menos espaciosos como el pasillo.
Existen diversos modelos de focos que difieren en la tecnología que usan, en la forma de instalarlos o en el diseño. Conocer las necesidades lumínicas de cada zona de la casa es esencial para poder elegir los focos correctamente.
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¿En qué espacios podemos optar por focos empotrables?
Los focos que se instalan empotrados en el techo son un elemento destacado en ciertos espacios de la casa, aunque no en todas las estancias. Para empezar solo se pueden instalar en esas zonas en las que hay un falso techo de escayola o yeso, con un espacio de entre 5 y 15 cm, que se puede agujerear para empotrar el foco. Si no, la instalación no es viable.
Los focos empotrables aportan una iluminación general a zonas como el pasillo, el salón, la cocina o el baño. Suelen presentar un ángulo de luz abierto, lo que favorece que la luz se extienda alrededor.
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¿Fijos u orientables?
Elegir focos fijos o modelos orientables dependerá del tipo de iluminación que se desee en cada espacio. Si la zona a iluminar es amplia necesitaremos focos con un ángulo abierto (de más de 80º) que proporcionen una luz general sin sombras.
Pero si lo que queremos es iluminar zonas concretas, entonces es mejor optar por focos de ángulo más cerrado (entre 25 y 40º). En estos casos es buena idea apostar por focos orientables que nos permiten dirigir el haz de luz hacia un punto concreto. Pueden ser interesantes para resaltar un cuadro en la pared o un mueble u objeto decorativo, o para evitar sombras en un lugar específico.
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¿Cuándo elegir focos de superficie?
Son los que no van empotrados en el techo, sino que se atornillan a la superficie. Son muy prácticos cuando no disponemos de falso techo o cuando queremos cambiar la iluminación de la casa sin tener que hacer grandes reformas.
Los focos de superficie presentan grandes posibilidades lumínicas. Los hay fijos, pero la mayoría son orientables para dirigirlos donde quieras o necesites.
- De techo: pueden ser fijos o articulados. Los tienes disponibles en un sinfín de diseños y colores.
- De pared: similares a los apliques, pero con forma y diseño de foco. Con grandes posibilidades decorativas que te permiten jugar con la luz.
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¿Cuántos focos tengo que instalar?
Esta es la gran pregunta cuando nos disponemos a iluminar un espacio de la casa con focos. Sin embargo, no es fácil dar una respuesta concreta porque depende de muchos factores, comenzando por la estancia de la casa y, en consecuencia, por el tipo de iluminación que se necesite.
Como regla general, es importante no excederse con la luz para no crear ambientes duros y poco acogedores. Para instalar focos en un pasillo largo se suele colocar uno cada 70 u 80 cm.
En el caso de espacios más amplios como salones o cocinas planifica un foco por cada metro cuadrado. Ten en cuenta que este tipo de espacios suelen llevar otras fuentes de luz complementarias.
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¿Luz neutra, cálida o fría?
La temperatura de color de la luz es un punto muy importante a la hora de elegir la iluimnación de un espacio. Sin embargo, a veces lo pasamos por alto y cometemos errores lumínicos graves. Por eso merece la pena prestar atención a este aspecto, antes de elegir focos u otros tipos de fuentes de luz para la casa.
La temperatura de color de la luz se mide en grados Kelvin, y puede ser más o menos fría o cálida en función de los grados que tenga.
- La luz cálida, de color amarillento, tiene entre 2.200 y 3.500 grados Kelvin. Es adecuada para zonas de estar y de relax como los dormitorios, el salón o el recibidor.
- La luz neutra se asemeja a la luz natural del día. Tiene entre 3.500 y 5.000 grados Kelvin y es perfecta para cocinas y baños.
- La luz fría, muy blanca, tiene entre 5.000 y 6.500 grados Kelvin y resulta muy estimulante. Utilízala en zonas de trabajo, y en garajes y trasteros.
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¿Qué focos van bien en la cocina?
En la iluminación de la cocina se han de planificar diferentes tipos y fuentes de luz que respondan a las diversas necesidades de este espacio.
Los focos, empotrados en el techo, por ejemplo, aportarán una luz general homogénea y práctica. Elígelos de ángulo abierto (con al menos 60º de apertura) e instala uno por cada metro cuadrado de espacio a iluminar.
Añade alguna luz debajo de los armarios superiores en la zona de encimera. Si no tienes módulos altos, instala focos de pared orientables para iluminar el espacio de trabajo de forma puntual.
¿Y en el cuarto de baño?
Como en la mayoría de las estancias, en el baño se requieren dos tipos de iluminación: una general que puede conseguirse con focos empotrados en el techo, y otra puntual en la zona del espejo. En este caso los apliques cumplen muy bien su función. Elige para ambos casos una luz neutra, perfecta para el baño.
En lo que se refiere a los focos de techo, hay que fijarse en el IP que tienen. Se trata del índice de protección que presentan las lámparas frente a la humedad y al polvo. Para el baño necesitarás focos con un IP44, y si los vas a colocar en la zona de ducha o bañera debes ser completamente estancos.
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¿Cuáles elegir para el pasillo y el recibidor?
Son espacios en los que los focos resultan muy prácticos. Suelen ser zonas estrechas, con pocos metros cuadrados, a veces angostas, en las que la iluminación ha de estar bien elegida para no caer en equivocaciones que desmerezcan el resultado final.
Si estás planificando una reforma y vas a instalar falso techo en el pasillo, puedes instalar focos empotrables a la distancia adecuada (con un metro de separación como máximo).
Deben tener un ángulo de apertura amplio para no crear sombras antiestéticas. También es buena idea programar algunos puntos de luz orientados a zonas concretas: puedes iluminar un cuadro en la pared con un foco de superficie, por ejemplo.
En el caso del recibidor, utiliza focos de techo para lograr una luz general y compleméntala con una lámpara de pie o de sobremesa, si dispones de una consola o mueble auxiliar. Tanto en el pasillo como en el recibidos debes elegir una luz cálida y acogedora.
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