Si a ti, como a nosotros, te encantan las coníferas por su aire silvestre, entonces es buena idea que te hagas con algunos ejemplares para tu jardín. Tienes una variedad enorme para elegir los que mejor le van a tu espacio.
Además, son plantas muy resistentes que no requieren cuidados muy complejos. Estas son las pautas de cultivo que debes adoptar para que tus coníferas estén perfectas.
Coníferas: conocerlas es amarlas
Son un tesoro para tu jardín, la terraza o el balcón, tanto para cultivarlas en el suelo o en contenedor. Además de poseer una belleza natural muy especial, ofrecen grandes alicientes a la hora de cuidarlas.
Para empezar hemos de decir que se trata de una familia muy extensa, con muchísimas variedades que, sin embargo, comparten las mismas exigencias y necesidades en cuanto a la ubicación, el riego o la temperatura, lo que simplifica muchísimo su cultivo.
La mayoría de las coníferas son plantas perennes con una hoja muy peculiar en forma de aguja. Además producen frutos o semillas cónicas, las singulares piñas.
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Una interminable variedad
Es, probablemente, uno de los mejores alicientes para cultivar coníferas en el jardín de casa: su interminable variedad te ofrece la oportunidad de encontrar el ejemplar que necesitas.
Hay coníferas de jardín de pequeño tamaño y otras mucho mayores, que alcanzan dimensiones considerables. También encuentras un gran diversidad de formas, colores y tonos de verde o marrón, portes distintos (cónicos, redondos...) y un larguísimo etcétera de opciones para elegir.
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¿Qué suelo les va bien a las coníferas?
Una de las características de esta familia botánica es la gran resistencia que ofrecen y también su versatilidad. En general, todas ellas se adaptan de maravilla a cualquier clima y también crecen sin problemas en cualquier suelo.
Sin embargo, prefieren los sustratos con buen drenaje, que sean ligeros, porosos, para que eliminen sin problemas el exceso de agua de riego. Una mezcla de tierra y mantillo sería perfecto para las coníferas.
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¿Cómo hay que regarlas?
Las coníferas no son exigentes en lo que al riego se refiere. Pueden subsistir con poco agua, aunque lo ideal, si las cultivas en tu jardín, es que las riegues de manera regular siguiendo una pauta adecuada.
Por otro lado, debes tener en cuenta que no todas las coníferas necesitan la misma cantidad de agua ni deben regarse con la misma frecuencia. Hay determinados aspectos, como el clima, el tamaño de la planta o su ritmo de crecimiento, que hacen que el riego deba ser diferente en cada caso.
Como regla general en cuanto al riego, debes aportarle agua a tus coníferas de forma regular y profunda, siempre sin encharcarlas. Vigila el riego de forma especial desde la primavera hasta finales del otoño.
Un consejo: a las coníferas les encanta el agua de lluvia. Si las cultivas en maceta en el porche o en el interior, les encantará que las saques al exterior cuando llueva para que se rieguen de manera natural.
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El mejor abono
Como a la mayoría de las plantas, a las coníferas les viene de maravilla un aporte extra de nutrientes para complementar los que reciben del sustrato. Esto es importante, sobre todo, durante los primeros años después de plantarla, cuando la planta es joven.
Para darles ese empujoncito que tanto les gusta puedes abonarlas con un producto de liberación lenta durante la primavera y el verano, siguiendo las recomendaciones del fabricante en cuanto a la dosis. Una vez tus coníferas han crecido, bastará con que les proporciones fertilizante dos o tres veces al año.
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La poda, una tarea esencial
No cumple solamente una función, sino que sirve para conseguir diferentes objetivos.
- Para empezar es una forma de limpiar la planta de ramas secas y deterioradas.
- También te ayuda a darle la forma deseada y a controlar su crecimiento, lo que es particularmente importante en el caso de los setos y pantallas vegetales. Para conseguirlo debes podarlos en otoño (septiembre y octubre son buenos meses), antes de que el invierno haga su aparición.
- En otros casos lo que se pretende es fomentar el desarrollo de las coníferas (no limitarlo) y para eso debes podarlas a principios de la primavera.
Para formar setos
Si estás pensando en incorporar algunas coníferas a tu jardín lo primero que has de pensar es dónde vas a ubicarlas y cuál va a ser su función. Para formar un seto que rodee el perímetro de tu jardín necesitarás plantas que crezcan lentamente, para poder controlar su forma más fácilmente.
Algunas especies de coníferas perfectas para crear setos son:
- El ciprés común (Cupressus sempervirens). A pesar de que en España se asocia a lugares como los cementerios, es un árbol muy bello con una copa compacta muy adecuado para crear pantallas vegetales. Si has estado en La Toscana sabrás que es uno de los protagonistas de su paisaje. Te ayudará a crear un buen seto, bastante tupido y sin demasiado mantenimiento.
- Tejo (Taxus baccata). Es una conífera de color verde oscuro, muy habitual para formar setos, ya que crece lentamente y es bastante tupido. Le gustan los ambientes frescos y húmedos.
- Tuya (Thuja spp.). Una conífera más pequeña que crece despacio y compone setos muy decorativos. Puede llegar a alcanzar los 18 metros de altura, aunque soporta bien las podas y podrás controlarla a tu antojo.
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Para cultivar en maceta
En una familia tan grande como la de las coníferas y con tanta variedad, no podían faltar ejemplares de porte pequeño ideales para cultivar en macetas o contenedores en la terraza o en el porche.
Elige las variedades más pequeñas, que no crezcan más de 2 o 3 metros. Su porte es muy decorativo, ya sea piramidal o redondo, y como suelen ser de hoja perenne y no pierden su color, estarán perfectas todo el año.
Puedes optar, por ejemplo, por Juniperus en sus diferentes variedades: Juniperus conferta, Juniperus x pfitzeriana (con hojas verde azulado), Juniperus squamate Blue Star, etc.
También son adecuados los Chamaecyparis thyoides y Chamaecypares pisifera, especialmente en ambientes húmedos.
Las Piceas enanas también son otra alternativa interesante. ¡Y hay muchas más!
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Como árboles para dar sombra
Dentro del universo de las coníferas también encontramos diversas opciones para plantar en el jardín si lo que quieres es conseguir una sombra natural, que será todo un tesoro en verano.
Las coníferas son perfectas para ese fin, ya que son muy resistentes y soportan estar a pleno sol en el jardín. Uno de los ejemplares más adecuados es el piño piñonero (Pinus pinea) que, además de piñones, proporciona una sombra muy agradable. Su copa tiene forma de sombrilla y es tremendamente resistente al calor y al frío extremos, y también a la sequía.
Otra alternativa interesante es el pinsapo o abeto de España (Abies pinsapo Boiss), originario de tierras andaluzas. Posee un porte piramidal muy bello y sus hojas son de un color verde grisáceo. Perfecto para plantar como ejemplar aislado.
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